Capitulo 25

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Capitulo 25

Me despido de Martha, del tío Fer y de mi padre prometiendo que estaré de regreso en unos días.

Durante el camino de regreso pienso si mi decisión de enfrentar a Aarón en una buena opción... pero decido no pensar mucho las cosas o probablemente me arrepentiré. Así que en cuanto llego a la ciudad tomo un taxi directamente a la empresa ni siquiera se si Aaron estará ahí, decido entrar por el estacionamiento y subir todas las escaleras no quiero que nadie me vea porque aunque ya no estoy tan hinchada de mi cara aún parece que me dieron una paliza.

Llegó por fin al último piso cansadísima me detengo un poco para recuperar el aliento y acomodar mi cabello.

Saul se levanta de inmediato al verme.

-Andy, ¿Qué haces aquí?, estás bien?- pregunta preocupado

-Estoy bien amigo no te preocupes, ¿Estás Aaron en la oficina?-

-Si está ahí, ¿Qué pasa Andy?- insiste mi amigo preocupado

-Tengo que hablar con él - respondo algo acelerada

-Andy primero respira y cálmate ¿estás segura de que quieres hablar con él?

La seguridad con la que llegue comienza desvanecerse así que le respondo no muy convencida -No lo sé amigo... solo quiero que me diga la verdad y saber si podemos continuar o es mejor seguir cada quien por su camino- debió escuchar mi tono desesperado porque solo me abrazo.

-Hazlo no lo pienses más - trata de acomodar mi cabello en un intento de que no me vea tan mal, pero al final los moretones en mi cara no ayudan en nada.

Abro la puerta sin tocar y veo a mi Dios griego detrás de su escritorio, sentado en su hermosa silla, pero me sorprende encontrar a un Aaron abatido; parece que no ha dormido en días, tiene el cabello despeinado. En cuanto me ve, se levanta.

—¡Por Dios, pequeña! —dice con voz preocupada mientras corre hacia mí y me abraza—. ¡Estás aquí! —Puedo sentir su rico aroma combinado con olor a whisky. ¿Acaso ha estado bebiendo? Aunque me gustaría quedarme así el resto de mi vida, me lastima; aún tengo moretones en mi cuerpo y, si no hablo en este momento, muy probablemente terminaré desistiendo de hablar con él—. Necesitamos hablar —respondo mientras lo alejó de mí.

Es en ese momento que Aaron me ve a la cara y me mira horrorizado por los moretones en mi rostro.

—Duele menos de lo que ves —dijo restándole importancia. Observó cómo su mirada cambia y su cuerpo se pone rígido.

Regresa a su escritorio mientras toca su cabello. Va a decir algo cuando lo interrumpo.

—Estoy aquí para...

No me deja ni siquiera comenzar cuando me interrumpe, importándole poco lo que tengo que decir.

—No tienes nada que decir, creo que tomaste la mejor decisión al terminar la relación. —Lo miro sorprendida; pensé que querría salvar la relación, pero por lo visto no es así.

Me quedo impresionada por sus palabras y puedo sentir cómo el corazón se me encoge. No me mira, así que decido confrontarlo. Me acerco a él y lo tomó del brazo, intentando que me mire, pero no lo hace.

—Mírame de frente y dime que no quieres nada más...

—Lo siento, pero no puedo —responde abatido—. Es mejor que te vayas.

Suspiro dolida y tomó la poca dignidad que me queda. Ignoré todas las señales que siempre me dijeron que terminaría rompiéndome el corazón, pero decido irme...

FerrecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora