Capítulo 20: Estudios y Revelaciones

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La agenda en el hospital había comenzado. Alex, acompañado de la doctora Anguiano, se encontraba frente a una serie de pruebas y estudios que abarcarían varios días. El primer día fue una mezcla de anticipación y ansiedad, ya que Alex no sabía exactamente qué esperar.

Los primeros estudios fueron una biometría hemática, una química sanguínea y un análisis de electrolitos. Alex se sentó en una pequeña sala de extracción de sangre, donde una enfermera le explicó el procedimiento. Alex intentó mantenerse calmado, pero la constante atención y la mirada de los profesionales lo hacían sentir incómodo.

—Esto nos ayudará a entender más sobre tu salud general, Alex —dijo la enfermera con una sonrisa tranquilizadora mientras preparaba la aguja.

Alex asintió, intentando relajarse mientras la aguja penetraba su piel. Observó cómo la sangre fluía hacia los frascos, sintiéndose un poco mareado por la situación.

—Alex, esto es solo el comienzo. Trata de relajarte —le dijo la doctora Anguiano, notando su creciente tensión.

El siguiente paso fue medir sus niveles hormonales séricos. Podían usar la misma sangre que ya habían extraído, lo que fue un alivio para Alex, aunque continuó sintiendo que cada prueba era una eternidad.

—Queremos entender cómo tus niveles hormonales se ven afectados por tu condición —explicó la doctora Anguiano—. Esto nos dará una mejor idea de cómo tu cuerpo está respondiendo. Los resultados tardarán un poco más, eso sí.

Luego, llegó el turno del ultrasonido genital. Alex se sintió particularmente vulnerable y expuesto durante esta prueba. Una doctora, especializada en ultrasonidos, le pidió que se acostara en la camilla mientras aplicaba el gel frío en su abdomen y su entrepierna.

—Esto nos permitirá ver tus órganos internos con claridad —dijo, moviendo el transductor sobre su piel—. Trata de respirar profundo y relajarte.

Alex intentó seguir sus instrucciones, pero sus niveles de ansiedad estaban cada vez más altos. Cada movimiento del transductor parecía durar una eternidad, mientras la ultrasonografista se esforzaba por obtener las imágenes más detalladas posibles.

Finalmente, le realizaron una prueba de cariotipo, que implicaba otro análisis de sangre para estudiar sus cromosomas.

—Esta prueba es crucial para entender tu composición genética —dijo la doctora Anguiano—. Nos ayudará a ver si hay algo inusual en tu cariotipo que pueda explicar tu condición. Tendremos que esperar algunos días para tener los resultados.

Alex asintió, tratando de procesar toda la información mientras la aguja nuevamente penetraba su piel. Cada prueba lo hacía sentir más agotado, tanto física como emocionalmente.

Casi al final de los estudios, su ansiedad alcanzó su punto máximo. Rodeado por tantos profesionales, sintiéndose expuesto y vulnerable, Alexia aprovechó el momento de debilidad para tomar el control.

—¡Hola a todos! —dijo Alexia, saludando efusivamente a los asombrados profesionales—. Parece que me tocó mi turno.

La doctora Anguiano y el resto del personal quedaron perplejos, pero rápidamente vieron la oportunidad de oro que se les presentaba. Decidieron repetir todos los estudios ahora en Alexia.

Comenzaron nuevamente con la biometría hemática, luego la química sanguínea y los análisis de electrolitos. Alexia, a diferencia de Alex, parecía disfrutar la atención, coqueteando y sonriendo a los profesionales.

—¿Les gusta lo que ven? —dijo, riendo mientras le extraían sangre.

El personal médico procedió con el ultrasonido genital, notando una diferencia significativa en la anatomía de Alexia.

—Esto es increíble —dijo la doctora del ultrasonido—. Él tiene sus testículos totalmente íntegros; ella tiene un útero y ovarios funcionales.

Alexia sonrió con satisfacción mientras la doctora movía el transductor sobre su abdomen.

Finalmente, realizaron la prueba de cariotipo en Alexia. Cuando llegaron los resultados, confirmaron que, sorprendentemente, el cariotipo de Alexia también era XY, igual que el de Alex. Respecto a las otras pruebas no encontraron ninguna anormalidad: los niveles de hormonas séricos de Alex y Alexia mostraban los parámetros adecuados para un chico y una chica de su edad, respectivamente.

La doctora Anguiano reunió al equipo para una discusión preliminar.

—Estamos ante algo completamente inusual. Alex y Alexia tienen órganos sexuales completamente funcionales de ambos géneros, pero ambos comparten el mismo cariotipo XY —dijo, claramente asombrada—. Esto desafía todo lo que sabemos sobre la biología humana.

Alexia, presente en ese momento, escuchó con interés y diversión.

—Bueno, parece que soy un verdadero enigma —dijo, guiñando un ojo.

La doctora Anguiano se volvió hacia Alexia, tratando de mantener la profesionalidad.

—Vamos a necesitar tiempo para analizar todos estos datos. Te contactaremos tan pronto tengamos más información —dijo, intentando ocultar su asombro.

Alexia asintió y, después de un rato, dejó que Alex retomara el control. Alex, ahora más consciente del impacto de su condición, se sentía agotado y preocupado.

—Gracias por todo, doctora —dijo Alex, su voz reflejando su cansancio.

—Cuídate, Alex. Mantente en contacto y no dudes en llamarnos si necesitas algo —respondió la doctora Anguiano.

Al salir del hospital, Alex se sentía abrumado por todo lo que había sucedido. Sabía que el camino hacia la comprensión y la resolución de su condición sería largo y complicado. Pero también sabía que no estaba solo. Tenía el apoyo del doctor Morales, de sus amigos, y ahora también de un equipo de profesionales dedicados a ayudarlo.

Mientras se dirigía a casa, pensó en las palabras de Alexia y en la complejidad de su situación. A pesar de todo, una pequeña parte de él se sentía aliviada de haber dado este paso. Sabía que cada prueba, cada estudio, lo acercaba un poco más a entender quién era y cómo podría vivir con Alexia en paz.

Elfuturo seguía siendo incierto, pero Alex estaba decidido a enfrentarlo convalentía y determinación. Con cada día, esperaba encontrar más respuestas y,finalmente, una solución que le permitiera vivir una vida plena y equilibrada.

Crisis DualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora