Capítulo 25: Explorando Nuevas Posibilidades

99 5 0
                                    

La semana terminó sin mayores incidentes, siendo lo único relevante la notificación de las fechas de los exámenes finales. El más próximo sería el de química, una materia en la que Sofía estaba ayudando a Alex. Decidieron estudiar juntos el viernes, y esta vez, Alex sugirió que lo hicieran en su casa. Sofía aceptó gustosamente, emocionada por la oportunidad de pasar más tiempo con Alex y ver su hogar.

Al salir de clases ese día, se dirigieron inmediatamente a casa de Alex. Fue la primera vez que Sofía estaría ahí, y no pudo evitar sentirse un poco nerviosa y emocionada. Al llegar, los padres de Alex la recibieron con calidez y gratitud.

—Gracias por ayudar tanto a Alex, Sofía —dijo Teresa, sonriendo—. Tu apoyo ha sido invaluable para él.

Roberto asintió, añadiendo:

—Sí, realmente apreciamos todo lo que has hecho.

Sofía se sintió un poco abrumada por la gratitud de los padres de Alex, pero también muy orgullosa de poder ayudar.

—Es un placer —respondió con una sonrisa—. Alex es un gran amigo, y quiero asegurarme de que esté bien.

Después de la breve charla con los padres de Alex, se dirigieron a su habitación. Sofía no pudo evitar notar la cantidad de ropa femenina que superaba por mucho la ropa masculina en el armario de Alex. Había faldas, vestidos, blusas y zapatos femeninos que apenas dejaban espacio para la ropa masculina. Esta observación despertó su curiosidad y también su deseo de ver a Alex explorar más ese lado de su identidad.

Comenzaron a estudiar y, después de un rato, Alex comenzó a entender a la perfección los temas de química con los que aún tenía dificultades. Sofía se mostró paciente y detallada en sus explicaciones, asegurándose de que Alex se sintiera cómodo y seguro con el material.

Cuando terminaron de estudiar, Sofía se levantó y observó el armario de Alex con detenimiento.

—Alex, ¿por qué no usas nada de tu ropa femenina, aunque sea en casa? —preguntó, genuinamente curiosa.

Alex se encogió de hombros, sintiéndose un poco incómodo.

—No sé... aún no estoy listo para eso —respondió con sinceridad.

Sofía, pensando que era hora de cambiar eso, se acercó al armario y comenzó a revisar entre todas las faldas y vestidos que Alex tenía. Finalmente, escogió un conjunto que creyó se vería muy bien en él. Se trataba de un vestido de gasa en color lavanda, con detalles de encaje en el escote y la cintura, que caía suavemente hasta las rodillas. Para combinar, seleccionó un par de zapatos de tacón bajo, también en lavanda, con un lazo decorativo en el empeine.

—Prueba esto, por favor —dijo, extendiendo el vestido hacia Alex.

Él inicialmente dudó, sintiéndose abrumado por la insistencia de Sofía, pero finalmente cedió.

—Está bien, lo intentaré —respondió, tomando el vestido y dirigiéndose al baño para cambiarse.

Mientras Alex se cambiaba, Sofía buscó entre los accesorios y encontró unos aretes que combinaban perfectamente con el conjunto. Eran unos pendientes con un moño en la parte del lóbulo, del cual colgaba una perla que reflejaba la luz de manera delicada.

Cuando Alex salió del baño, Sofía quedó sin palabras. El vestido le quedaba a la perfección, resaltando su figura de manera sutil y elegante.

—Te ves increíble —dijo Sofía, con una sonrisa de satisfacción—. Ven, déjame ponerte estos aretes.

Alex se acercó y Sofía le puso los aretes con cuidado. Luego, decidió retocar su maquillaje, añadiendo un poco más de sombra de ojos y brillo de labios para completar el look.

Mientras lo hacía, no pudo contenerse más y, movida por un impulso, se inclinó hacia adelante y besó a Alex. Él, aunque sorprendido al principio, correspondió al beso con suavidad. Durante el beso, Sofía sintió una sensación cálida frente a ella mientras tenía los ojos cerrados. Al abrirlos, vio que estaba besando a Alexia.

Sofía intentó separarse, pero Alexia la tomó del rostro con suavidad y continuó besándola apasionadamente. Al principio, Sofía se sintió confundida y asustada, pero pronto se dejó llevar por el beso, sintiendo una extraña mezcla de emociones que la abrumaban.

Después de unos momentos, Sofía sintió de nuevo esa sensación cálida y, al abrir los ojos, volvió a ver a Alex besándola. Se separaron lentamente, ambos respirando con dificultad y mirándose a los ojos con una mezcla de sorpresa y confusión.

—¿Qué... qué acaba de pasar? —preguntó Alex, con la voz temblorosa.

Sofía se tomó un momento para recuperar la compostura antes de responder.

—No estoy segura, pero... fue increíble —dijo, con una sonrisa tímida—. Alex, te ves tan lindo con este vestido. Realmente creo que deberías intentar usar ropa femenina más a menudo, al menos aquí en casa. No tienes que hacer nada que no quieras, pero quiero que sepas que te apoyo y que creo que te ves hermoso.

Alex asintió, todavía tratando de procesar lo que había sucedido.

—Gracias, Sofía. Significa mucho para mí escuchar eso —respondió, sintiéndose un poco más seguro.

El resto de la tarde transcurrió en una mezcla de silencios cómodos y conversaciones suaves. Aunque ambos se sentían un poco nerviosos por lo que había pasado, también estaban emocionados por las nuevas posibilidades que se abrían ante ellos.

Mientras se preparaban para despedirse, Sofía le dio un último consejo a Alex.

—Recuerda, Alex. No importa lo que decidas, siempre estaré aquí para apoyarte. Eres una persona increíble, y estoy muy feliz de ser tu amiga.

Alex sonrió, sintiéndose agradecido por tener a alguien como Sofía en su vida.

—Gracias, Sofía. Eres una amiga increíble. No sé qué haría sin ti —dijo, con sinceridad.

Coneso, se despidieron, prometiendo seguir estudiando juntos y explorando nuevasposibilidades en su amistad y más allá. Mientras Sofía se alejaba, Alex sequedó en la puerta, sintiendo una extraña mezcla de esperanza y anticipaciónpor lo que el futuro podría traer.

Crisis DualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora