Price: Damián I (Beta)

Capítulo XIII

Cruel

Sentir la negativa de Alejandro fue un gope duro, tanto para su corazón que ahora se encogía, como para su puto orgullo, tenía ganas de destrozar todo en la biblioteca, se estaba complicado el asunto, Alex estaba siendo difcil pero no importaba, sea como sea, aunque le costara la vida, lo tendría rogando por más, aunque tuviera que romper todos sus huesos y reconstruirlos uno a uno. Ya había probado el fruto prohibido y ahora no quería dejar de comerlo.

Cuando salió de la biblioteca tiró la bolsa de papel con los restos que habían quedado de ambos, aún sentía el leve sabor de la naranja en su paladar, si tan solo las cosas hubieran sido diferentes ahora...

—Eres un puto enfermo

Se le erizó la piel al reconocer aquella voz, apenas había dado unos pasos fuera de la biblioteca cuando la vió, Coraline, con lágrimas en los ojos y sujetado a un asustado Danielle del brazo.

—¿Qué haces aquí?

—Oh, nada, solo pensé que sería curioso venir a ver que hacías a estas horas en la biblioteca

Damián pasó la vista al chico, quien se intentaba quitar del amarre de Coraline, también tenía los ojos llorosos, lo que le faltaba, la última mierda que necesitaba en el día

—Te importa una mierda lo que haga o no

—Besaste a Alejandro

—¿Y?

Coraline se veía más que molesta, iracunda, fuera de sí, se veía peor que cuando la dejó plantada el día de su cumpleaños por ir a su partido de rugby.

—¡Por eso lo molestabas! ¡Soy una tonta! esos estúpidos apodos como "corderito" debía saberlo, eres un enfermo de mierda, infiel y asqueroso ser humano, felicidades Damián Price, has llegado a un nuevo límite

—¿Infiel? no te confundas, lo que pasó ayer en la mañana fue algo de minutos, no más que besos y ya. Jamás regresaría contigo, estabas de zorra con el otro sujeto ¿Crees que volvería así sin más?

—Dijiste su nombre, cuando estábamos a punto de hacerlo, dijiste el puto nombre de Alejandro

Danielle era el único que no cuadraba en toda esta discusión, estaba escuchando cosas que Damián no quería que oyera pero Caroline estaba aún más molesta como para pensarlo siquiera un segundo. Su cabello largo con mechas azul eléctrico se movía salvaje por el aire de finales de septiembre

—¿Lo amas?

—¿Qué?

Damián se llevó las manos a los bolillos de su chaqueta, al parecer el aire empezaba a ser más frío, por alguna razón, aquella pregunta lo tomó desprevenido.

—Claro que no, solo quería experimentar

Las lágrimas cayeron de los ojos de la chica, aún sujetándose a Danielle como si este fuera lo único que la contenía antes de que cometiera alguna tontería, Damián maldecía al no tener nada con que poder sujetarse el. Ambos se miraron unos segundos, con el rugir del cielo, predecesor de una tormenta.

—Demuéstralo

—No tengo por que demostrarte nada, ya te lo dije, fue solo un puto juego, aunque claramente no pienso volver contigo

—¡Demuéstralo o le diré a todo ser viviente que te acuestas con ese becado!

Se atragantó con su saliva, maldición, apenas había besado al pobre sujeto, no podía pensar siquiera en verlo desnudo con...bueno, con su consentimiento, le sonaba irreal.