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Era una noche oscura y silenciosa en la ciudad, la luna llena brillaba intensamente en el cielo, iluminando las calles vacías. Hawks volaba sobre los edificios, sus alas doradas destellando bajo la luz lunar mientras patrullaba las zonas. Los rumores sobre vampiros cazadores de sangre habían aumentado en los últimos días, y aunque Hawks no creía en esas supersticiones, sabía que debía ser cauteloso. La seguridad de la gente era su prioridad.

De repente, una sombra se movió rápidamente entre los callejones oscuros. Hawks, alerta, descendió hacia el origen del movimiento. Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, chocó contra alguien. Ambos cayeron al suelo, pero Hawks se recuperó rápidamente, listo para enfrentar cualquier amenaza.

Frente a él, una figura se levantó lentamente. El cabello negro y despeinado, los ojos azules brillantes como llamas y una sonrisa burlona en el rostro. Era Dabi, el villano infame conocido por sus llamas azules. Hawks se fijó en los colmillos afilados que sobresalían de la boca de Dabi y en una pequeña gota de sangre que adornaba su mejilla.

—Vaya, vaya, ¿a quién tenemos aquí? Si no es el querido héroe alado —dijo Dabi con tono sarcástico, limpiándose el polvo de su ropa.

Hawks se puso en guardia, sus alas extendidas listas para cualquier ataque.

—Dabi, ¿qué estás haciendo aquí? ¿Eres uno de esos vampiros de los que hablan?

Dabi soltó una carcajada, su voz resonando en el callejón.

—¿Vampiros? No me hagas reír. Aunque, debo admitir que la idea de cazar sangre suena tentadora.

Hawks frunció el ceño, sus ojos observando cada movimiento de Dabi.

—No estoy aquí para juegos, Dabi. Si tienes algo que ver con las desapariciones, te detendré aquí y ahora.

Dabi levantó las manos en señal de rendición, pero su sonrisa no desapareció.

—Tranquilo, halcón. No tengo nada que ver con eso... por ahora. Pero me intriga que estés tan preocupado. ¿No te da miedo volar en la noche, sabiendo que podrías ser la próxima presa?

Hawks no se dejó intimidar.

—Yo soy quien caza, no el cazado. Y no dejaré que nada ni nadie ponga en peligro a esta ciudad.

Los ojos de Dabi brillaron con una mezcla de desafío y curiosidad mientras comenzaba a acercarse lentamente a Hawks.

—Entonces, demuéstralo. Veamos si eres tan valiente como dices.

Antes de que Hawks pudiera responder, Dabi se movió con una velocidad sobrenatural, acercándose peligrosamente al cuello de Hawks. Hawks sintió el aliento frío de Dabi en su piel y reaccionó instintivamente, apartándolo de un empujón. Pero antes de que pudiera prepararse para el siguiente movimiento, Dabi soltó un polvo fino y brillante en el aire.

Hawks intentó mantenerse alerta, pero el polvo comenzó a afectarlo rápidamente. Sus párpados se volvieron pesados y sus alas perdieron fuerza. Con un último esfuerzo, trató de resistir, pero finalmente se desplomó al suelo, perdiendo el conocimiento.

Dabi observó el cuerpo inconsciente de Hawks con una sonrisa satisfecha. La noche estaba llena de misterios y peligros, y este encuentro era solo el comienzo de algo mucho más grande. Sin perder más tiempo, Dabi levantó a Hawks y desapareció en las sombras, llevándolo a un destino desconocido.

Hawks despertó en una habitación oscura y desconocida. La cabeza le daba vueltas y el cuerpo le dolía. Lentamente, se llevó la mano al cuello, sintiendo un terrible dolor. Al retirar la mano, vio que estaba manchada de sangre. Miró a su alrededor y notó que sus manos estaban atadas, pero al frente de él, permitiéndole apenas moverse.

llamas en la oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora