llamas en la oscuridad

#19

Hawks se levantó de la cama, un poco mareado. Dabi, al verlo así, sonrió con ternura y se levantó para ayudarlo. Sin embargo, Hawks se desplomó en el suelo, sus piernas temblando. Aunque Hawks intentó tomárselo en broma, Dabi estaba visiblemente preocupado, consciente de que estos eran los efectos secundarios de la transformación en vampiro, algo que él mismo había experimentado.

-Vamos, te llevaré al baño -dijo Dabi, sosteniendo a Hawks y guiándolo con cuidado.

Llegaron al baño y, de inmediato, Hawks cerró la puerta de golpe, dejando a Dabi afuera. Dentro, Hawks empezó a vomitar, un proceso doloroso y desorientador. Cuando finalmente salió, se encontró a Dabi sentado en la cocina, esperándolo con una mirada de preocupación.

-¿Estás bien? -preguntó Dabi, levantándose rápidamente.

Hawks, aún debilitado, sonrió con esfuerzo y asintió ligeramente. Dabi le ofreció un vaso de agua, que Hawks aceptó, pero el líquido no calmaba su sed. Sentía una necesidad más profunda, un deseo que el agua no podía saciar.

-Esto no ayuda... -murmuró Hawks, mirando el vaso vacío con frustración.

De repente, en un movimiento impulsivo, Hawks mordió a Dabi en el hombro a través de su camisa. Dabi soltó un jadeo de sorpresa, pero no se resistió. En cambio, pasó una mano tranquilizadora por la espalda de Hawks, comprendiendo su necesidad urgente.

-Toma lo que necesites -susurró Dabi, tratando de calmar a Hawks.

Hawks bebió con avidez, sintiendo la energía renovarse en su cuerpo. La conexión entre ellos se hacía más fuerte con cada gota de sangre que compartían. Finalmente, Hawks se apartó, lamiéndose los labios y respirando profundamente.

-Lo siento... no pude evitarlo -dijo Hawks, avergonzado.

Dabi negó con la cabeza y sonrió.

-Está bien. Es parte del proceso. Solo... avísame la próxima vez, ¿vale? -respondió Dabi, su tono lleno de comprensión y cariño.

Hawks asintió, sintiéndose un poco más tranquilo. Sabía que con Dabi a su lado, podía enfrentar cualquier desafío que su nueva naturaleza le presentara.

En la noche, Hawks recibió un mensaje de Endeavor, pero lo ignoró sin siquiera leerlo. En ese momento, Dabi se sentó a su lado y empezó a besarlo. Hawks respondió al beso, y pronto ambos cayeron sobre el sofá. Dabi quedó debajo y Hawks encima, sonriendo mientras le quitaba la polera a Dabi, dejando su torso desnudo.

-Eres hermoso -murmuró Hawks, admirando el cuerpo de su pareja.

Dabi sonrió, aunque sus mejillas se sonrojaron ligeramente. Hawks dirigió sus manos a sus propias alas, sacando dos plumas esponjadas que empezó a pasar suavemente por los pezones de Dabi. Dabi gimió de placer al sentir las plumas de Hawks.

-Hawks... eso se siente increíble -jadeó Dabi, arqueando la espalda.

Hawks sonrió ante la reacción de Dabi y deslizó su mano hacia abajo, deshaciéndose de los pantalones de Dabi. Con destreza, metió dos dedos en Dabi, haciendo que este arqueara aún más la espalda y soltara un gemido más fuerte.

-Eres tan sensible, Dabi. Me encanta verte así -dijo Hawks, susurrando en el oído de Dabi mientras movía sus dedos con habilidad.

Dabi intentó responder, pero solo pudo gemir en respuesta, perdido en la sensación que Hawks le estaba proporcionando. Cada movimiento de las plumas, cada caricia de los dedos de Hawks lo llevaba al límite del placer.

-Hawks, por favor... no pares -rogó Dabi, su voz temblando por la intensidad de las sensaciones.

Hawks, complacido, bajó sus propios pantalones y empezó a masturbarse mientras movía sus dedos dentro de Dabi. La mezcla de estímulos lo hacía gemir de placer, disfrutando tanto de las reacciones de Dabi como de la propia sensación.

-Eres tan hermoso cuando te entregas así -murmuró Hawks, aumentando la velocidad de sus dedos mientras su otra mano se movía con firmeza sobre su propio miembro.

Dabi, al borde del éxtasis, arqueó su espalda y se aferró al sofá, gimiendo sin control. Hawks, deleitándose en el control y el placer, continuó, decidido a llevar a Dabi al límite y disfrutar de cada momento en que su pareja se rendía completamente a él.

En la tarde, el sol estaba muy fuerte y, aunque las cortinas estaban cerradas, algunos rayos se filtraban por las rendijas, llenando la habitación con una luz cálida. Dabi y Hawks trataron de estar tranquilos en casa, las ventanas abiertas pero cubiertas con las cortinas para mantener la luz al mínimo. Ambos estaban relajados en el sofá, disfrutando de la calma, cuando un fuerte golpe resonó en la puerta.

Hawks y Dabi se voltearon, alertados por el sonido.

-Esconde... -le susurró Hawks a Dabi, quien intentó quedarse con él-. No, en serio, escóndete. Ya me ocupo yo.

Dabi asintió a regañadientes y se dirigió a una habitación trasera, mientras Hawks se aproximaba a la puerta con cautela. Al abrirla, se encontró cara a cara con Endeavor.

-¿Qué estás haciendo aquí? -dijo Hawks, intentando sonar calmado.

-Necesitamos hablar -respondió Endeavor, empujando la puerta para entrar.

Hawks intentó cerrarla, pero Endeavor era más fuerte y se abrió paso en el departamento. Hawks retrocedió, tratando de mantener la compostura.

-No deberías estar aquí -dijo Hawks, intentando ocultar su nerviosismo-. Dabi no está aquí, no sé de qué estás hablando.

-¿Dónde está Dabi? -Endeavor lo miró fijamente-. Sabemos que lo sacaste de la cárcel. ¿Dónde lo escondes?

Hawks negó con la cabeza, tratando de mantener la calma. -Te dije que no sé nada. No está aquí.

Sin previo aviso, Endeavor caminó hacia las ventanas y abrió las cortinas de golpe. La luz del sol inundó la habitación, y Hawks sintió el dolor instantáneo de los rayos solares. Sus colmillos salieron y un chillido escapó de sus labios.

-¡No! -gritó Hawks, retrocediendo rápidamente para alejarse de la luz.

Endeavor observó con una mezcla de sorpresa y comprensión mientras veía la reacción de Hawks.

-Así que... ahora eres un vampiro también -dijo Endeavor con voz baja y peligrosa.

-No lo entiendes -jadeó Hawks, tratando de recuperar el aliento mientras se mantenía en la sombra-. Dabi no es el monstruo que crees.

Endeavor ignoró sus palabras y continuó mirando alrededor del departamento, buscando cualquier señal de Dabi. Hawks, debilitado por la luz, sabía que no podía detenerlo.

En ese momento, Dabi salió de su escondite, incapaz de dejar a Hawks solo. -¡Basta! -gritó, llamando la atención de Endeavor.

Endeavor se volteó, su mirada intensa centrada en Dabi. -Finalmente te encuentro, monstruo.

Dabi se plantó firmemente, desafiando a Endeavor. -No soy el monstruo aquí. Estoy protegiendo a Hawks, y él me está protegiendo a mí.

Hawks, a pesar del dolor, se levantó y se unió a Dabi. -Endeavor, por favor, entiende. Estamos juntos en esto.

Endeavor los miró a ambos, su expresión severa. -Esto no ha terminado, Hawks. Y tú, Dabi, pagarás por tus crímenes.

Hawks y Dabi se quedaron juntos, unidos frente a la amenaza. Mientras Endeavor se alejaba, sabían que tendrían que estar más preparados que nunca para lo que vendría.