#15

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Unos días después, Hawks se encontraba en casa, recuperándose lentamente de los eventos recientes. A pesar de todo, trataba de encontrar pequeños momentos de normalidad. Aquella tarde, estaba mirando por la ventana, sintiendo el aire fresco en su rostro, tratando de recordar lo que era sentirse libre.

La puerta se abrió de repente, interrumpiendo sus pensamientos. Dabi entró, llevando un pequeño ramo de flores en la mano. Hawks volteó y vio las flores, una sonrisa involuntaria se formó en su rostro.

—¿Qué es esto? —preguntó Hawks, con una mezcla de sorpresa y curiosidad.

Dabi se acercó con una sonrisa ladeada, extendiendo el ramo hacia Hawks.

—Son para ti —dijo Dabi, su voz suave pero con un tono posesivo—. Pensé que podrían alegrarte un poco el día.

Hawks tomó las flores, sorprendido por el gesto. Era extraño ver a Dabi hacer algo tan... normal. Miró el ramo, observando los colores y el aroma dulce que emanaba de las flores.

—Gracias, Dabi —dijo Hawks, levantando la vista para encontrarse con los ojos azules de Dabi—. Esto es... inesperado.

Dabi se encogió de hombros, como si no fuera gran cosa.

—Todos necesitamos un poco de belleza en nuestras vidas, incluso en medio del caos —respondió, su tono casual pero con un matiz de sinceridad.

Hawks se quedó en silencio por un momento, aún sosteniendo el ramo. No podía evitar sentirse desconcertado por este lado de Dabi que apenas conocía.

—¿Por qué lo haces? —preguntó finalmente, su voz suave—. A veces eres tan cruel, y luego haces algo como esto. No lo entiendo.

Dabi suspiró, pasando una mano por su cabello negro.

—Ni yo mismo lo entiendo a veces —admitió—. Pero, Hawks, hay partes de mí que... Bueno, que todavía quieren algo normal, algo real. Aunque sea solo por un momento.

Hawks sintió un nudo en su garganta. Había un destello de vulnerabilidad en los ojos de Dabi, algo que rara vez veía.

Antes de que pudieran moverse hacia la cocina, Hawks tomó la mano de Dabi, haciéndolo detenerse y levantar la vista. Sin decir una palabra, Hawks se inclinó y besó a Dabi. Fue un beso suave, cargado de emociones contradictorias, pero también de una extraña esperanza.

Dabi se quedó inmóvil por un segundo, sorprendido, pero luego correspondió al beso, cerrando los ojos y dejándose llevar por el momento. Cuando se separaron, ambos se miraron en silencio, sus respiraciones entrelazadas.

—Hawks... —murmuró Dabi, su voz apenas un susurro—. No hagas que me enamore de ti.

Hawks sonrió, una mezcla de tristeza y ternura en su expresión.

—Tal vez ya lo estás —respondió, apretando la mano de Dabi con suavidad.

Dabi rió suavemente, sacudiendo la cabeza.

—Eres un tonto, plumita —dijo, pero su voz carecía del usual sarcasmo.

—Vamos, vamos a poner estas flores en agua —dijo Dabi finalmente, tirando suavemente de Hawks hacia la cocina—. No quiero que se marchiten.

Hawks lo siguió, sosteniendo el ramo con cuidado. Mientras caminaban juntos, sintió una chispa de esperanza. Quizás, solo quizás, había una manera de encontrar algo de luz en medio de toda la oscuridad.

Hawks se separó de Dabi y lo miró a los ojos, notando el destello azul con un tono rojo. Dabi deseaba sangre, y Hawks lo sabía. Decidido a ayudarlo, Hawks se mordió el labio, dejando que la sangre comenzara a brotar. Con un movimiento lento y deliberado, se acercó a Dabi y lo besó.

Los ojos de Dabi cambiaron de color, volviéndose rojos mientras el sabor de la sangre de Hawks lo embriagaba. Dabi respondió al beso con fuerza, su lengua tomando cada gota de sangre que Hawks le ofrecía.

—Te amo —susurró Hawks con una gran sinceridad mientras acariciaba el cabello de Dabi.

Dabi se sorprendió por la confesión y sonrió suavemente, acariciando la mejilla de Hawks con ternura.

—Nunca pensé escuchar eso de ti— dijo Dabi, sus ojos ahora suaves y llenos de afecto.

Dabi ahora estaba más tranquilo, y Hawks sabía que esta podría ser su última oportunidad para escapar. Planeaba cuidadosamente cada paso mientras mantenía a Dabi engañado con sus palabras y acciones.

Unos días después, una noche mientras Hawks dormía, se despertó con cuidado viendo a Dabi profundamente dormido a su lado. Sentía una inmensa culpa por jugar con los sentimientos de Dabi, pero sabía que debía salir de ese lugar. Con movimientos cautelosos, se levantó y se puso su ropa. Abrió lentamente la ventana y, con una última mirada a Dabi, salió de la casa.

Volando en la oscuridad, Hawks experimentó una sensación de libertad que no había sentido en mucho tiempo. Sin embargo, un peso de culpa lo acompañaba, sabiendo que había jugado con los sentimientos de Dabi para lograr su escape. Sin mirar atrás, se dirigió a la agencia de Endeavor.

Al entrar, vio a Endeavor trabajando tarde, como de costumbre. Con una mezcla de alivio y esperanza, Hawks se acercó a él con una sonrisa. Pero Endeavor lo observó fríamente y dio un paso atrás, manteniendo la distancia.

—Endeavor... —comenzó Hawks, su voz temblando ligeramente—. Estoy aquí, he vuelto.

Endeavor lo miró con una expresión de disgusto y desconfianza.

—Hawks, no puedo... —respondió Endeavor con dureza—. No quiero saber nada de ti.

Hawks sintió como si le hubieran dado un golpe en el estómago. La frialdad en los ojos de Endeavor era peor de lo que había imaginado.

—Pero... —Hawks intentó acercarse, buscando una chispa de comprensión en su viejo amigo.

Endeavor levantó una mano para detenerlo.

—Has sido marcado por Dabi, Hawks. No sé si puedo confiar en ti ahora. No quiero correr ese riesgo.

Las palabras de Endeavor resonaron en los oídos de Hawks, cada una cayendo como una piedra en su corazón. Sentía que todo lo que había hecho, todos los sacrificios y decisiones difíciles, no habían valido nada.

—Lo siento, Endeavor. —Hawks apenas pudo contener las lágrimas—. Hice lo que tenía que hacer para sobrevivir.

Endeavor lo miró por un largo momento antes de suspirar, su expresión suavizándose apenas un poco.

—Quizás en el futuro podamos hablar, Hawks. Pero por ahora, necesito tiempo para procesar todo esto. —Endeavor se dio la vuelta y comenzó a alejarse, dejando a Hawks solo en el vestíbulo, sintiéndose más perdido y rechazado que nunca.

Hawks se quedó allí, mirando la espalda de Endeavor mientras se alejaba. Sabía que había tomado una decisión difícil, y aunque se había liberado de Dabi, había perdido la confianza y el apoyo de alguien que había sido importante para él. Con un profundo suspiro, se dio cuenta de que su camino hacia la redención y la verdadera libertad sería más largo y solitario de lo que había imaginado.

llamas en la oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora