Capitulo 15

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Narrador:

La sonrisa de Amelia era grandísima, Kenma era el chico más tierno que ella hubiera conocido en algún momento, el se esmeraba porque ella lo viera como el la veía, solo que el no sabía que ella lo veía igual desde hace mucho tiempo.

Kenma subió a la habitación de Amelia con una bandeja en sus manos donde había una sopa (bien hecha) y otras cosas para comer cuando uno se encuentra enfermo.

— ¿Por qué viniste Kenma? — Pregunto ella en un susurro mientras acercaba más a su cuerpo la cobija, tenía demasiado frío, seguramente también tendría fiebre, el lo noto así que dejó la bandeja en la mesita al lado y tomo otra cobija que había en una silla y la arropó con esa, ella se sonrojo pero no dijo nada mientras esperaba la respuesta de el.

— Porque quería verte, estaba preocupado por ti — Amelia lo vio sorprendida, el soltó una risita que hizo latir su corazón muy rápido — En serio Ame, m-me gusta tu compañía...

Murmuró dejando la bandeja cerca a ella, está sonrió y casi parecía que ya estaba bien, se sentó derecha para comer lo que el mismo le había hecho.

— Espera... Yo puedo hacerlo — Comento Kenma antes de que ella tomara el cubierto, este lo tomo y lo acercó a la boca de ella lentamente.

Amelia rio pero abrió su boca probando la sopa deliciosamente hecha.

— Esta muy bueno Kenma — Murmuró suavemente para que el siguiera dándole de comer como si de una bebé se tratara.

— me alegra eso — susurro para el mismo, no había visto la habitación de Amelia y en ese momento pudo verla detalladamente, tenía algunos pósters, algunas consolas, y muchos peluches de conejos y gatos. — ¿Te gustan mucho los gatos? — pregunto mirando el peluche que había a su lado, ella siguió su mirada y asintió.

— Mjm, por algo también me gusta- — y antes de que terminara tomo otro bocado ella misma antes de decir cualquier cosa de la que después se iba a arrepentir, no por ella si no por Kenma porque no sabía lo que el sentía por ella.

Kenma solo noto lo nerviosa que se encontraba pero no dijo nada, sabía lo que iba a decir y eso lo colocaba nervioso que ella lo mirara también como el la miraba le gustaba.

Su mano empezó a temblar de los nervios y lo ignoro mientras seguía dándole la comida.

— Me alegra que estés aquí — continuo ella con una leve risita — Contigo siempre me siento en paz y puedo ser yo misma — sonrió recordando todas las veces que había hablado con el pero por medio de la consola en la que ninguno de los dos se conocía.

Y eso era lo diferente a su relación, que estaban más cerca que lejos pero que ellos mismos se alejaban.

Kenma no dijo nada, solo se limito a escucharla y darle de comer, aunque todavía seguía temblando ahora sentía una calidez en su pecho que nunca había sentido y no eran tanto los nervios ni nada por el estilo, era lo cómodo que podía estar junto a Amelia, podía conversar o solo escucharla y ella no iba a tener problema con eso.

Eso era lo bueno de su relación que aunque fueran demasiado opuestos esas diferencias los completaban.

El silencio reinaba la habitación de Amelia, se había quedado dormida después de tomarse la medicina y después de comer un poco, todavía seguía envuelta en las cobijas, Kenma a su lado solo la miro, miro su rsoteo de paz, ella siempre había sido tan extrovertida pero en ese momento se veía relajada, se veía cómoda y feliz, pues se encontraba abrazando al chico que quería por la cintura, aunque tuviera miedo y vergüenza que en algún momento llegara Yaku no quería alejarse de ella, la calidez que desprendía su cuerpo lo llenaba de sentimientos de felicidad y amor.

Mi acosador gamer • Kenma KozumeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora