Tu padre como periodista debe sacarle información a los que entrevista y a veces prefiere ganarse la confianza de ellos en el proceso para ganar respuestas más sinceras.
Se empieza a percatar de que uno en particular se pone muy nervioso e intenta...
-¿Le podemos llamar ya?- acabábamos de salir por la puerta del hotel, el paseo hoy sería bastante largo, ya que iríamos hasta el parque grande.
-Espera un ratito y lo llamamos ¿vale Keyne? Yo os aviso- no tenía pensado hacer una videollamada con él, con su familia y la mía delante, no era plan en este punto.
Además debía preguntarle principalmente si podía hacer videollamada, porque cabía la posibilidad de que no pudiera.
Sin pensarlo mucho más, le escribí.
Primero un "Holaaa", seguido de un "Puedes hacer videollamada??" Sin siquiera esperar respuesta del primer mensaje.
Guardé mi móvil en el bolso, sabiendo que tardaría un poco en contestar por las horas, estaría cenando o duchándose seguramente.
Avancé hasta donde se encontraban Mirella y Keyne, bastante por delante de los mayores que charlaban a paso lento, ellos jugaban a no pisar la raya, con unas reglas inventadas por los dos.
Yo los piqué un poco, intentando que perdieran distrayéndoles, al principio les hacía gracia.
Luego ya se enfadaron un poco conmigo y me echaron del juego, ni que quisiera jugar.
Seguí paseando un poco por detrás de ellos, pero no tan atrás como los mayores.
Observaba los alrededores y notaba la brisa fresquita de la típica noche de verano, una de las mejores sensaciones, en estas fechas es cuando uno más se acerca a la verdadera felicidad y respirar este aire siempre te recuerda en qué época estás y lo feliz que estás siendo.
Todo era paz hasta que mi bolso vibró y escuché el sonido de las notificaciones de Instagram, solo podía ser una cosa.
Cogí mi móvil de inmediato y leí los mensajes en la barra de notificaciones.
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Ni terminé de pulsar el mensaje pues apareció cubriendo toda pantalla, la llamada entrante desde Instagram a nombre de lamineyamal.
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Yo tuve un mini paro cardiaco al verlo, sin esperármelo, no estoy preparada, me está empezando a dar vergüenza. ¿Qué le digo?
