Capitulo 8 "Confrontación"

441 81 11
                                    

Lo que depararía la noche no lo sabía. Pero lo que sentiría cuando volviera a ver a esos animales... A lo mejor no estaba preparada. Una larga hilera de Hummers negros se dirigían a Dudley. Ella iba en el primero con su abuelo As, Irene y Taehyung.

Jennie miró hacia atrás y Taehyung le guiñó uno de sus ojos leonados.

ꟷNo estés nerviosa. No se acercarán a ti ꟷle aseguró él.

Ojalá pudiera estar tan segura. Lisa era intimidante y fuerte. No hacía falta tener facultades sobrenaturales para adivinar lo poderoso que era ella. Aunque ella no le temía. No era eso. Ella la había hecho sentir sucia y muy vulnerable. Y no quería volver a sentirse así nunca más. Le había hecho daño físicamente, pero el dolor más profundo corría por dentro.

Su primera vez... Maldita. La había obligado con sus caricias a disfrutar con ella. Y eso era confuso y enloquecedor para ella.

ꟷJennie, arrancarás el mango de la puerta si sigues apretándolo así ꟷobservó As con su ya tranquilidad habitual.

ꟷOh, perdón ꟷapartó la mano de allí y la puso sobre sus piernas. Había tirado la ropa que le dieron los vanirios. A cambio su abuelo As ordenó a sus asistentes personales que hicieran una visita relámpago a las tiendas más selectas de Londres y compraran un vestidor entero para todo el año para Jennie.

As le había explicado que su familia había tenido un nombre importante dentro de la aristocracia inglesa. Supieron hacer grandes inversiones y acabaron enriqueciéndose más de lo debido, cuando se revalorizaron los terrenos de Inglaterra. Él en particular había heredado propiedades y terrenos de sus predecesores, así que vendió y literalmente se lleno de dinero.

Podía vivir plácidamente de los intereses que le daban al mes los bancos, sólo con lo que tenía a plazo fijo, pero él, que era inquieto, compró una flota de barcos para estudiar el fondo marino y rescatar tesoros perdidos. Había encontrado ya miles de piezas preciosas, vendiéndolas algunas en el mercado negro, otras guardándolas en el sótano de su casa, y las demás donándolas o vendiéndolas al estado.

ꟷ¿Qué talla usas, preciosa? ꟷle había preguntado su abuelo mientras hacía esperar a su asistente al teléfono. ꟷY no me niegues este capricho, Jennie. Tómatelo como un regalo de cumpleaños.

ꟷNo es necesario, abuelo. Podría ir a Seúl y traerme todo lo que tengo allí. Incluido mi perro ꟷcómo lo echaba de menos. ꟷNecesito a mi perro ꟷmusitó.

ꟷYa irás, cariño. En cuanto se aclaren las cosas, pero mientras...

ꟷDe acuerdo ꟷdijo a regañadientes. ꟷUn 39 de pie y una M de todo. De arriba y de abajo. Una 90 de sostén y una 38 de cintura. Mido un metro con sesenta y tres.

ꟷ¿Noventa-sesenta-noventa? ꟷpreguntó divertido. Jennie se sonrojó, pero sonrió afirmando con la cabeza. ꟷComo tu madre ꟷhabía contestado él.

Más tarde As la llevó por aquella mansión de estilo Victoriano, forrada toda de madera por el interior y la guió hasta un salón comedor decorado con muebles caros y exclusivos. Al fondo del salón y cobijado por una serie de butacas de la regencia había una chimenea. Y sobre la chimenea un retrato de familia. As, su mujer Jane y su hija Jade.

Cuando Jennie paró enfrente del cuadro no pudo reprimir las lágrimas. Supo de quién se trataba nada más verla. Su madre debería de tener unos siete años. Llevaba dos coletas recogidas con lazos rojos a ambos lados y un vestido rojo y blanco de graciosos volantes bordados en los hombros. Estaba sentada sobre la pierna de As y le pasaba un bracito pequeño por encima del cuello del hombre. A su lado su abuela cogía la mano pequeña de Jade entre las suyas.

HEREDERA | JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora