Lisa, una inmortal creada por los dioses escandinavos para proteger a la humanidad, llega a Seúl en busca de una organización que secuestra y asesina a los suyos. Su objetivo: Ruby, hija de un científico loco, quien sin saberlo, será la clave para d...
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Jennie casi gritó en el último espasmo. Le dolían las ingles, el útero y los pechos.
ꟷTócame, haz algo ꟷle pidió tirando del cabello de la vaniria
ꟷCalma ꟷLisa deslizaba una inmensa mano a su entrepierna y la acariciaba. Jennie alzaba las caderas y la vaniria aprovechó y deslizó un dedo dentro de ellaꟷÁlainn… Me matas, estás tan húmeda
Lisa juntó su frente a la de su cáraid y la besó con dulzura mientras le metía y le sacaba el dedo.
ꟷDios… Me voy a correr ꟷcasi lloró de alivio al decirlo.
ꟷNo, espera ꟷle pidió Lisa. Sacó su dedo y le metió dos a la vez. Disfrutó de la sensación de notar cómo ella le apretaba los dedos. ꟷPobrecita, ¿te duele mucho?
ꟷLisa ꟷla tomó de la cara con la otra mano. ꟷVamos, has algo ꟷlamió su cuello y besó su hombro.
ꟷSí. Poco a poco
ꟷNo. No quiero que te controles, Lalisa. Te… necesito ya ꟷlevantó las caderas pero la vaniria se apartó para que no se hiciera daño.
Lisa gruñó, la tomó de las caderas y la clavó en la cama.
ꟷTranquila, fiera ꟷla tranquilizó con besos dulces. ꟷ¿Lo quieres duro? ꟷle costaba respirar, necesitaba zambullirse en ella como una mujer desesperada. ꟷ¿Cómo lo quieres? ꟷmetió otro dedo en ella poco a poco, apretando los dientes para no soltar obscenidades por la boca.
Su mujer estaba tan cálida y suave por dentro, pero era literalmente un mar enajenado por el deseo y la necesidad.
ꟷLisa… ꟷechó el cuello hacia atrás y le agarró de la mano empujándola hacia ella.
ꟷEstá bien ꟷde un empujón, la vaniria metió los tres dedos sin compasión. Jennie gritó y la arañó. ꟷSí, yo también lo quiero así contigo
Lisa le separó más las piernas con la mano libre y siguió torturándola más deslizando la palma por su nalga y apretándosela para acercarla más a ella. El interior de Jennie estaba ardiendo.
ꟷMe gusta ꟷexhaló ella.
ꟷNo te quiero hacer daño.
ꟷSujétame bien, Lisa. Está bien. Confío en ti.
Lisa tomó sus muñecas con una mano y se las alzó por encima de la cabeza. Ella la miró y sus ojos brillaron desafiantes.
ꟷNo te da miedo, ¿verdad? ꟷpreguntó con cautela. Mientras movía sus dedos de forma rítmica, y su pulgar empezaba a acariciar su hinchado y dulce clítoris.
ꟷNo. Pero no me ates. No me gusta ꟷsus ojos brillaban porque el placer se los humedecía.
