Capítulo 7

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Camino de un lado a otro por la habitación con la taza de té en mi mano y con la otra guardo las cosas en mi bolso para irme a la empresa, Nickolas ya me avisó que se encuentra abajo esperando por mí.

Estoy justo por guardar mi móvil cuando a este entra una llamada de un numero que me hace sonreír.

Dejo el bolso de lado, contesto y me llevo el móvil a la oreja.

¡Hola! —el chillido del otro lado de la línea hace que me tenga que separar el móvil de la oreja por el bien de mi tímpano.

— Buenos días —saludo cuando deja de gritar— ¿Cómo estas hoy?

Bien ¿Y tu?

— Estoy bien, Alice —respondo con simpleza sin saber que más decirle— ¿Qué...?

Me alegro, porqueee... —me interrumpe la pregunta. Ya decía yo que era muy extraño que llamase tan temprano— ¿Crees que puedas venir a buscarme esta tarde?

Niego con una sonrisa en el rostro. Lo sabía.

— Sabes que no tengo problema con eso. Eso sí, no te aseguro que sea precisamente en la tarde, solo puedo decirte que lo haré cuando termine de trabajar.

Oh, vale, entiendo ¿Pero si vendrás, no?

— Si.

¿Segura, segura?

— Ya te dije que si voy a ir por ti, Alice, lo que no se exactamente a que hora pueda.

¿Y me puedo quedar a dormir allí contigo? —pregunta de forma inocente.

Me quedo en silencio un momento, meditándolo, pero mi respuesta es clara.

— Por mi no hay ningún problema siempre y cuando nuestros padres estén de acuerdo —no me sabe bien decirlo, pero así son las cosas después de todo.

Sabes que siempre están de acuerdo en que me quede contigo, les encanta que pasemos tiempo juntas —dice entusiasmada con la idea.

Me aguanto la carcajada amarga e irónica que lucha por salirseme. Claro que les encanta que pasemos tiempo juntas, sobretodo desde hace cinco meses.

— Está bien. Ya voy tarde al trabajo, cuando termine paso por ti —decreto finalmente.

Está bien —exclama Alice emocionada—. Ya no le quito más tiempo a mi hermana favorita y famosa.

— Alice, soy tu única hermana —alzo una de las comisuras de mi boca.

<Que yo sepa> Decido deshechar le pensamiento por el bien de mi salud mental.

Es cierto —ríe Alice—, pero no me puedes negar que eres famosa.

— De cierto modo, si lo soy —reconocerlo en voz alta se siente satisfactorio—, pero no como las modelos que tanto ves, mi trabajo es diferente.

Pero lo pareces.

Gracias —me hace reír por el halago.

He escuchado varios halagos parecidos, pero viniendo de mi hermana se sienten diferente. Más sinceros, más puros.

Aunque los demás tampoco dejan de ser ciertos.

Y, también sales en la televisión —añade ella—, y no todos tienen una hermana que sale en la televisión.

La sonrisa orgullosa que se despliega por completo en mi rostro se siente demasiado bien.

No solo he pasado noches sin dormir por estar trabajando o estudiando los diferentes idiomas que ahora domino para que facilitarme el trabajo y gozar de los resultados que veo ahora, también lo he echo para que mi hermana pueda hablar de mi con todo el orgullo con el que lo hace ahora

Perverso Brillo (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora