Capítulo 14

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Atesoro la frescura de la mañana antes de cerrar la ventana y volver a sentir el impacto del calor que hay en mi habitación. Ya vuelve a ser lunes, solo que una semana después de aquel día y el calor de agosto parece negarse a irse, solo se nota que estamos entrando en otoño por las brisas frías que hay en las tardes. Prendería el aire acondicionado si no fuese porque dentro de diez minutos tengo que irme a trabajar.

Mi móvil no ha parado de sonar en los últimos cinco minutos pero tampoco me he molestado en acercarme a ver de quien se trata. En cambio, me termino de colocar el tacón que me falta y me enderezo frente al espejo para ver mi aspecto.

El traje de dos piezas que llevo puede que no sea el más adecuado o profesional para los ojos de otras personas. Ambas son de un color blanco liso, el pantalón se amolda a mi cuerpo resaltando las curvas de mis caderas y cuando doy una vuelta frente al espejo confirmo que también resalta la de mi trasero; el blazer es de manga larga y a pesar de que muestra un poco la curva de mis senos no se ve vulgar, a mi parecer claro está.

Si. Voy de maravilla.

Mi móvil vuelve a sonar con otra llamada. Ruedo los ojos, ya el sonido se me está haciendo molesto, y mas cuando a eso se le suma el timbre de la puerta del departamento.

—¿Es en serio? —pregunto al aire y camino hacia la puerta ignorando el repiqueteo constante del móvil.

Me estoy considerando que, si cuando vuelva a la habitación y sigue sonando, tirarlo por la ventana.

O tal vez solo estoy más irritable porque me está al llegar el periodo, una de dos.

Pongo la mano en la perilla de la puerta y el pecho de Nickolas es lo primero que veo cuando la abro. Elevo la vista y él me da un repaso de arriba a abajo.

—¿Qué pasa? —pregunto. Es extraño que el suba a buscarme, siempre ha preferido esperar abajo.

—Primero que todo, buenos días. Segundo, vas muy linda —comienza a enumerar con sus dedos y eso último me saca una sonrisa—. Y tercero, ¿Has contestado alguna llamada que te han echo?

—No —respondo— ¿Por qué?

—Eso explica porqué tu mejor amiga está tan histérica. Creo que deberías contestarle.

Asiento y me hago a un lado para que pase. Entra y cierro la puerta detrás de mí. El se queda junto al sofá, pero no toma asiento, y yo voy a mi habitación.

Justo ahora mi móvil no suena y aprovecho para revisarlo. Mis ojos se abren ligeramente cuando veo que tengo unas cinco llamadas perdidas de Beatriz y el doble de parte de Fernanda.

<¿Qué habrá sucedido?> Me entra una nueva llamada de Fernanda, contesto y me llevo el móvil a la oreja.

—¿Qué ocurre, Nanda?

¡Hasta que contestas mujer! —el grito hace que me separe un poco el móvil— ¡No se cuánto tiempo llevo tratando de comunicarme contigo! Le dije a Beatriz que tratara y tampoco lo consiguió, tuve que molestar a Nickolas.

—Si, pude notarlo. El está en el salón del departamento —afirmo— ¿Qué ocurre, Fer?

¿Acaso no has prendido la televisión?

—No, y la verdad es que no pensaba hacerlo tampoco.

Hazlo. Ahora mismo.

¿Para qué? ¿Qué ocurre?

A ver si entiendes porqué te he estado llamando tanto.

—¿No crees que es más sencillo que me digas que pasa y...? —voy a terminar la pregunta pero me cuelga dejándome con más dudas que respuestas.

Perverso Brillo (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora