Caminabas a paso rápido hacia la guarida de Orochimaru nuevamente, no podía ser que una vez más te hubieras olvidado tus notas en el laboratorio. Ya era casi una costumbre que olvidaras algo al salir, tanto en la guarida como en cualquier otro lugar. Era algo que te caracterizaba, olvidadiza, siempre perdiendo objetos importantes. Desde que te uniste a Orochimaru no había un solo día en el que no dejaras algo atrás, pero hoy te molestaba más de lo usual.Hace unos meses te convertiste en una de las ayudantes de Kabuto Yakushi, el discípulo más cercano de Orochimaru. Aunque tu habilidad no era la más poderosa, te habías ganado un lugar gracias a tu habilidad para el espionaje y tus conocimientos médicos. Sin embargo, a menudo te encontrabas haciendo tareas secundarias, como organizar los documentos de Kabuto y asistirlo en experimentos.
Subiste las escaleras del oscuro pasillo con dificultad, pues traías sandalias de tacón que hacían eco en el silencioso corredor. Había sido un día largo, y lo último que querías era estar de pie. Al recorrer los laboratorios, intentaste recordar dónde habías dejado esas notas tan importantes, pero sin suerte. De pronto, al pasar frente a una de las salas de descanso, notaste que había alguien sentado en el suelo, pero más bien parecía que estaba durmiendo contra la pared.
*Kabuto*pensaste al recordar que tu colega solía quedarse dormido en cualquier rincón cuando el agotamiento lo vencía. Abriste la puerta con impaciencia, decidida a regañarlo para que fuera a descansar como debía.
-¡Kabuto! Levántate... ¿Qué clase de ayudante de Orochimaru es este? -trataste de sonar firme, imitando la severidad que alguna vez viste en Orochimaru. Pero Kabuto ni se inmutó.
-Tsk -chasqueaste la lengua, frustrada por la falta de respuesta. Lo observaste con más detenimiento, algo que rara vez hacías. Generalmente, cuando lo veías, estaba inclinado sobre su escritorio, revisando pergaminos o experimentando con frascos, con su cabello plateado cayendo desordenado sobre su frente.
No podías negar que Kabuto tenía algo atractivo en su aspecto. Sin embargo, no solías detenerte a pensarlo... hasta ahora.-Kabuto... -murmuraste con un tono más suave, casi como un suspiro.
En la habitación solo se escuchaba su respiración lenta y calmada. El ambiente era tan relajante que empezaste a comprender por qué había elegido ese lugar para descansar. Suspiraste resignada.
-Tú ganas -dijiste finalmente, y te sentaste a su lado, cerrando levemente los ojos. Había sido un día agotador.Poco a poco, comenzaste a quedarte adormilada.
De repente, Kabuto perdió el equilibrio y terminó recostándose sobre tu hombro derecho. Te sorprendiste un poco, pero estabas demasiado cansada para reaccionar de otra manera, así que simplemente te dejaste llevar.El aroma de Kabuto te envolvió; una fragancia ligera con un toque de vainilla mezclada con algo más dulce. Su calor corporal era reconfortante, y su ropa era suave al tacto, casi como una manta que te abrigaba en un día frío.
El sueño te envolvía cada vez más.
De repente, sentiste que una de las manos de Kabuto, la derecha, se posaba descuidadamente sobre tu regazo. Sin pensarlo, tomaste su mano, jugando con sus dedos, sintiendo la suave textura de su piel. Él estaba completamente relajado, y eso te hizo sonreír.La situación se sentía extrañamente íntima, como si fueran un par de amantes acurrucados para compartir el calor de una caricia. Kabuto, sin darse cuenta, te brindaba su afecto, mientras tú lo aceptabas con gusto.
No podías negarlo, esto te hacía sentir una felicidad que no habías experimentado en mucho tiempo. Entretejiste tus dedos con los suyos, y el calor subió a tus mejillas, ocultas por la bufanda que llevabas puesta. Ahora, el frío ya no te afectaba.
Y sentiste todavía menos frío cuando escuchaste una pequeña risa de triunfo por parte de Kabuto, justo al lado de tu cuello.<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<
Espero que les haya gustado
¡¡Dejen sus pedidos para más ideas!!
Tengan un bonito día/noche/tardeSayonara🍥