Jugo y yo Estábamos caminando por una pequeña aldea, hicimos una pequeña parada para poder descansar ya que nos faltaba un largo camino por recorrer,
ya tenia 2 años saliendo con jugo y fueron los mejores, Caminábamos juntos, siempre nos ha dado pena tomarnos de la mano y no estábamos muy acostumbrados, eran raras las ocasiones en las que lo hacíamos.
De la nada un chico llegó corriendo a toda velocidad y chocó contra mi, me sostuvo de la cadera para evitar que callera al piso
- Oh, lo siento, no me fijé, disculpa-Se levantó como pudo y me miró, al momento de hacerlo un gran sonrojo de su parte se hizo notable.
-- No pasa nada -Le sonreí y jugo sólo
veía la escena con una cara más seria de lo normal.
- Disculpa linda, ¿Te encuentras bien-Me sonrió coquetamente
-No quería lastimar a una dulzura
como tú -se acercó y acarició un poco mi mejilla, yo sólo me hice para atrás, tratando de quitarlo amablemente-
- Oye ¿No te enseñaron a que no debes
tocar lo que no es tuyo?-Lo miro con cierto enojo.
El chico, sorprendido por su reacción, retrocedió un poco, pero no dejó de mirarte con una sonrisa engreída. Jugo, que hasta ese momento había estado observando en silencio, dio un paso adelante, su expresión se endureció aún más.
-Te sugiero que te alejes de ella-dijo Jugo, con un tono frío y amenazante, algo poco habitual en él.
El chico, sin tomarlo en serio, soltó una risa burlona.
-¿Y tú quién eres? ¿Su novio?-preguntó, aún con esa actitud desafiante,
Jugo no respondió de inmediato. En lugar de eso, se acercó y, con un movimiento rápido y preciso, apartó la mano del chico que aún intentaba tocarte. Su mirada, oscura y seria, no dejó lugar a dudas de que no estaba para juegos.
-Sí, soy su novio. Y no me gusta que se acerquen a ella de esa manera, y menos cuando alguien como tú la esta incomodando-dijo finalmente, con una calma que sólo hacía que la situación fuera más tensa.
El chico finalmente comprendió que no estaba en una posición favorable. Su sonrisa desapareció, y, sin decir más, retrocedió unos pasos antes de darse la vuelta y marcharse, aunque no sin antes lanzar una última mirada hacia ti.
Jugo, aún serio, te miró preocupado.
-¿Estás bien?-preguntó, suavizando su expresión.
-Sí, estoy bien, gracias-le respondí sintiendo cómo el nerviosismo se desvanecía poco a poco.
Hubo un silencio incómodo, pero Jugo, en un gesto inesperado, tomó mi mano con suavidad, apretándola ligeramente. Fue un gesto simple, pero significativo, que dejaba claro cuánto le importaba.
-Vamos, ya nos deben estar esperando para poder comer-dijo finalmente, con una leve sonrisa en sus labios, mientras comenzaban a caminar de nuevo, para ir a dónde su equipo,Esta vez, no soltó mi mano.
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Sayonara🍃
