Aquí está tu pedido amoacheongsan espero que te guste ^^
Comencemos con la historia:
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Estabas sentada en la guarida de Akatsuki, observando cómo Sasori y Deidara discutían una vez más sobre el concepto de arte. Tú, por supuesto, ya habías escuchado este debate decenas de veces, pero siempre te hacía sonreír cómo ambos se aferraban a sus ideales. Aunque lo que te divertía más era el hecho de que tú tenías una opinión completamente diferente sobre el arte verdadero.
-El arte verdadero es eterno, algo que trasciende el tiempo -dijo Sasori con su usual tono frío, los ojos fijos en su más reciente marioneta.
-¡Tonterías! El arte verdadero es algo que explota en un segundo, algo que quema intensamente y luego desaparece, dejando su huella el arte es efímero-respondió Deidara, con su tono altanero.
Suspiraste, y cuando ambos te miraron, levantaste las manos en señal de rendición.
-¿Saben qué? Para mí, el verdadero arte es algo mucho más... emocional -dijiste, captando la atención de ambos. Sasori levantó una ceja, claramente intrigado.
-¿Emocional? -repitió, como si la palabra misma le causara incomodidad.
Asentiste, tratando de no reírte de su expresión.
-Sí, el verdadero arte es el amor. Algo que puede ser eterno, pero que también puede quemarte en un segundo. Es lo más hermoso y caótico que existe. Ninguna marioneta o explosión puede igualarlo- Deidara se echó a reír, mientras Sasori te miraba con ojos entrecerrados.
-Amor, ¿eh? -murmuró Sasori, claramente desinteresado
-El amor es solo otra emoción efímera-
Sonreíste traviesa, disfrutando la pequeña chispa de molestia en su voz. A veces parecía que querías provocarlo solo por el placer de hacerlo.
-Quizá lo pienses así porque nunca lo has experimentado, Sasori. El amor puede ser una obra de arte mucho más complicada de lo que tú podrías crear -insististe.
Deidara soltó una carcajada más alta y Sasori lo miró con una clara advertencia en sus ojos.
-¿Qué es tan gracioso, Deidara? -preguntó, su tono gélido. Pero lo que no esperabas era que Deidara diera un giro a la conversación.
-Nada, nada, solo que... me parece curioso que alguien no haya considerado el amor antes, ya sabes, con alguien como tú tan cerca, t/n. -La sonrisa de Deidara era descarada, y sentiste el calor subir a tus mejillas.
Antes de que pudieras responder, Sasori, sorprendentemente rápido, se interpuso entre tú y Deidara, sus ojos rojos brillando de manera peligrosa.
-Deidara, si tienes tiempo para tonterías, mejor lo uses en perfeccionar tu propio arte -dijo Sasori con un tono cortante, haciendo que el rubio diera un paso atrás, aunque aún sonriendo con picardía.
Sasori se giró hacia ti, sus ojos fríos observándote con más intensidad de la que habías visto antes.
-T/n, es mejor que no te involucres en esos conceptos absurdos de amor -te dijo, su voz firme, aunque había algo más en su mirada que no pudiste descifrar.
Tú, por supuesto, no ibas a dejar pasar la oportunidad.
-¿Por qué, Sasori? ¿Acaso te pone celoso? -preguntaste, con una sonrisa juguetona.
Los ojos de Sasori se entrecerraron, y por un momento, un silencio incómodo se instaló en la sala. Deidara miraba entre ambos, claramente disfrutando el intercambio.
-No seas ridícula, t/n -respondió Sasori finalmente, aunque parecía menos seguro de sí mismo que de costumbre
- No tengo tiempo para esas distracciones-
