Habían pasado solo unos meses desde que tú y Neji se hicieron novios, y aunque él no era muy demostrativo en público, sus gestos sutiles siempre te hacían sentir segura y apreciada.
Estaban caminando juntos por el sendero que llevaba al campo de entrenamiento. La tarde era tranquila, y aunque a Neji le costaba acostumbrarse a la idea de tomarte de la mano, hoy sus dedos estaban entrelazados con los tuyos, un gesto pequeño, pero significativo para él.
De repente, un chico corrió en su dirección, tropezando contigo accidentalmente y tomándote de la cintura para que no perdieras el equilibrio.
-Lo siento mucho, no me fijé -dijo él, levantándose y mirándote. Apenas te miró bien, se sonrojó y esbozó una sonrisa un tanto atrevida
- Espero no haber lastimado a una chica tan encantadora como tú.-
Te echaste hacia atrás, incómoda por su actitud, y en ese momento sentiste la presencia de Neji a tu lado. No dijo nada, pero su expresión era severa, y su mano, firme en tu cintura, era un recordatorio claro de que estaba ahí para ti.
-Neji, no pasa nada, fue solo un accidente -le susurraste, intentando calmar la tensión en el ambiente.
-No sabía que ya tenías compañía -dijo el chico, un poco molesto por la manera en que Neji te sostenía.
Neji apenas giró la cabeza hacia él, con su mirada seria y penetrante, esa que rara vez usaba, pero que siempre hacía que los demás retrocedieran.
-Deberías ser más cuidadoso -dijo con calma, aunque su tono tenía una firmeza que no dejaba lugar a discusión
- Ella no está sola.-
El chico, sintiéndose incómodo bajo la mirada de Neji, se despidió rápidamente y se alejó murmurando algo para sí mismo. Cuando se fue, Neji relajó ligeramente la expresión, aunque aún mantenía su mano en tu cintura.
-Nunca te había visto tan protector -le comentaste, sonriendo mientras tratabas de suavizar el ambiente.
Neji miró hacia otro lado, con una expresión un poco avergonzada.
-No es ser protector... Es solo que no puedo permitir que cualquiera se acerque a ti de esa forma -dijo, aunque era evidente que había algo más en sus palabras.
-¿Estabas... celoso? -preguntaste en un susurro, divertidamente.
Neji suspiró y negó con la cabeza, aunque podías ver el leve rubor en sus mejillas.
-Simplemente prefiero que quede claro -murmuró, en un tono que, aunque trataba de sonar casual, reflejaba la sinceridad de sus sentimientos.
Sin decir más, entrelazó tus dedos con los suyos y continuaron caminando. Para Neji, cada gesto, por pequeño que fuera, tenía un significado profundo, y sabías que aunque él no lo dijera en palabras, esa cercanía era su manera de demostrarte cuánto le importabas.
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