—Deja de quejarte y quédate quieto— le regañé por milésima vez esta noche, mientras intentaba limpiar una de las tantas heridas en su espalda Indra bufó, molesto, pero no se movió.
—No te pedí que pelearas, y mucho menos con Ashura— añadí, sintiendo una mezcla de frustración y preocupación. No conocía a Indra lo suficiente, pero empezaba a notar el patrón de su rivalidad con su hermano, y eso me inquietaba.
—Deja de regañarme y haz lo que tienes que hacer, mujer— replicó con su típica seriedad, pero el quejido que soltó cuando presioné más fuerte con el algodón me dio una pequeña sensación de satisfacción.
—Está bien... perdón— dije suavemente, aflojando un poco el toque, aunque no pude evitar una pequeña sonrisa. Curarle las heridas no era el problema. El problema era la preocupación que me asaltaba cada vez que se enfrentaba a Ashura su hermano Y aunque no me lo admitiera, sabía que lo hacía en parte por mí. Lo complicado era que mis sentimientos aún estaban enredados con su hermano.
Terminé de limpiar y curar cada corte agradecida de que ninguna de las heridas fuera grave, aunque el ambiente entre nosotros se volvía cada vez más denso. Sabía que Indra era reservado, pero había algo en su actitud que me hacía sentir que, aunque no lo expresara, sus acciones decían más de lo que parecía.
—Ya terminé— murmuré, poniéndome frente a él y observando su rostro en busca de alguna otra herida que pudiera haber pasado por alto.
—Deberías detener estas peleas. Alguno de ustedes va a terminar... mal— añadí, mi voz más baja de lo que pretendía.
Indra mantuvo su mirada fija en mí, esa intensidad característica brillando en sus ojos.
—No moriré a manos de Ashura— respondió con la seguridad que siempre llevaba consigo, como si cada palabra estuviera respaldada por su inquebrantable orgullo.
—Eso no lo sabes— repliqué, suspirando, aunque ya sabía que intentar cambiar su mentalidad era inútil. Intentar hacerle ver el peligro en su obstinación era como golpear una pared. Estaba demasiado convencido de su propia fortaleza.
Indra, sin embargo, pareció suavizarse por un momento. Suspiró y me lanzó una mirada menos severa, aunque aún seria.
—Los Otsutsuki...— comenzó a decir, pero lo interrumpí, poniendo un dedo sobre sus labios.
—No quiero hablar del clan ni de tus responsabilidades. Solo me importa que estés bien— susurré
—Si te pido que dejes de pelear con Ashura, es porque me preocupo por ti, no por tus batallas o tu honor.—
Su mirada cambió ligeramente. Podía ver que mis palabras lo descolocaban, aunque no lo diría en voz alta. Mi mano se movió por su mejilla, en un gesto suave y que buscaba transmitirle lo que las palabras no podían.
Indra tomó mi mano y la sostuvo por un momento, su gesto firme pero no brusco. Sentí que, aunque por fuera intentaba mantener su usual seriedad, algo en él empezaba a ceder, aunque fuera solo un poco.
Después de un largo silencio, finalmente habló, su voz más baja de lo habitual.
—Lo consideraré— murmuró, casi como si le costara admitirlo. No era una promesa, pero viniendo de él, esas palabras eran más de lo que podía esperar.
Asentí, sintiendo un pequeño alivio. Sabía que aún estaba lejos de ser una solución, pero era un comienzo. Había logrado, al menos, que lo pensara.
—Gracias, Indra— dije, con una leve sonrisa en los labios. El aire entre nosotros cambió ligeramente, como si algo hubiera empezado a conectarnos. Todavía no lo conocía lo suficiente, pero cada vez me intrigaba más.
Indra me miró por un momento, y luego, con un tono que no le había oído usar antes, preguntó:
—¿Me esperarás en la cama?— Su voz, aunque firme, tenía una sutil nota juguetona que no esperaba de él.
Sonreí ante su comentario para tratar de disimular mi somrojo, pero decidí no seguirle el juego
—Primero, deberías bañarte— le respondí con una sonrisa burlona
—No quiero que ensucies mis sábanas limpias con tierra y sangre.—
Indra frunció el ceño ligeramente, aunque era más por el orgullo que por verdadero disgusto.
—ademas da gracias que te dejo dormir en mi cama y no en el piso— añadí, cruzándome de brazos, dándole un pequeño ultimátum en tono de broma, pero manteniendo el control de la situación.
Indra soltó un leve bufido, pero se levantó, claramente dándose por vencido por esta noche. Caminó hacia el baño sin decir nada más, mientras yo me dirigía a la habitación. Pronto, el sonido del agua llenando la bañera me hizo sonreír levemente. Aunque aún no tenía claro qué era lo que sentía por él, algo en Indra me hacía querer conocer más.
Pero mis sentimientos por Ashura seguían ahí, difusos pero presentes. La confusión me llenaba, pero sabía que pronto tendría que enfrentarme a esa decisión, porque tanto Indra como Ashura representaban dos caminos muy distintos... y no podía seguir en medio de ambos por mucho tiempo más.
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Espero que les guste no olviden dejar sus pedidos
Perdonen las faltas de ortografía ^^"
Sayonara 🌹
