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Silvio terminó de cubrir las heridas en mí espalda y me coloqué la camisa para entender mis piernas adoloridas.

— ¿Y eso que llegaste a esta hora?— le pregunté para mirarlo a mi lado en la cama.

— No te había podido ver por el trabajo y porque estuve entrenando con Muzi — dijo sonriendo y bufé riendo.

— El amor el amor — me burlé.

Silvio se sonrojó y apartó la mirada.

—¿Y Lin?— pregunté.

— Está en la cabaña, muy cansada por el embarazo — respondió Silvio y mordí mí labio.

—¿Qué puedes contar de Muzi?— pregunté nervioso.

Había un problema con que mí mejor amigo gustará de mí crush frustrado y es que Muzi  no tuvo miedo con Silvio pero conmigo sí.

— Dijo que me ama — dijo sonriendo — ¡Me ama!¡Me ama me ama me ama!— repitió como un niño pequeño dando vueltas en la cama con una sonrisa.

En otro momento lo habría obligado a quedarse callado pero mi padre trabajaría hasta tarde, Victor estaba de guardia y sparta se había escapado.

— Solo te quiere coger — dije molesto, no me gustaba que me presumiera tanto que el único chico que había sido lindo conmigo lo prefirió a él.

Quizás había un motivo del porque y quizás Silvio le daba más seguridad que yo pero era algo injusto me cambiara por Silvio.

— Él dijo que no, que me ama — Repitió y lo mire mal —¿Cómo sabes?— preguntó y jugué con mí cabello.

— ¿No confías en mí? Conozco a Muzi hace años es obvio que te busca porque eres el único chico en el que confía para poder coger — le mentí y me sentía mal.

No me gustaba manipular a Silvio pero quería se alejara de Muzi si era posible, de todos modos él estaba comprometido y esperando un hijo en algún momento tendría que terminar su amorío.

— pero…el dijo que me ama — Murmuró bajito y suspiré.

— Quizás si te ama — dije acariciando su cabello — No pongas esa cara, Muzi debe de amarte mucho si se entrega a tí — dije de manera forzada y Silvio volvió a sonreí.

— ¿Sabés que tiene las mismas cicatrices que tú en el cuello?— preguntó y lo mire riendo.

— Lo sé, es la terapia de choques eléctricos— expliqué cubriendo mí cuello — También es una manera de marcarnos para humillarnos y que todos sepan que somos raros— Murmuré.

Silvio se acercó y besó las cicatrices de mí cuello así que solté un suspiro y lo aleje.

—¿Qué haces?— pregunté confundído.

— Te curo, son unas lindas cicatrices que ni tú ni Muzi deberían de esconder — dijo y sonreí.

Quizás Muzi si tenía una razón para gustar de Silvio.

— No puedes andar besando a todas las personas que te resulten tristes, tienes una novia y un amante, solo debes de besar a Muzi y Lin — le dije y Silvio frunció el ceño.

— ¿Por qué a Muzi si soy novio de Lin?— preguntó y me encogí de hombros.

— Porque lo amas ¿No?— silvio lo pensó y asintió.

— Pero también te amo a tí, eres mí mejor amigo — definitivamente Silvio era un niño pequeño en el cuerpo de un hombre fornido.

— Va, puedes besarme pero no como a Muzi y Lin — dije riendo y Silvio se acercó para besar mí frente— ¿Qué te paso en la mano?— pregunté y Silvio miro su mano y la escondió.

Virus Ariox [ Silvexkato ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora