Llevaba tres días que Yuta me recogía al salir de la escuela y me llevaba a algún lugar a comprarme lo que yo quisiera. Seguramente era millonario o algo así porque lo que sea que pidiera, él me lo daba. Por primera vez después de mucho tiempo me sentí querido, era extraño que alguien que acababa de conocer me tratara mejor que las personas que se suponía debían hacerlo.Cuándo las clases terminaron mi emoción se hizo presente y salí lo más rápido que pude de la escuela. Al llegar a la salida lo vi a él, y con eso mi sonrisa desapareció.
—Hola— no respondí— Sé que debes estar molesto conmigo por desaparecer así pero tenía algunos asuntos que arreglar.
—No te preocupes— solté tratando de sonar indiferente— Tienes cosas de adultos que hacer— noté que frunció el ceño.
—Escucha Changbin— suavizó su voz— Vas a conocer a alguien que te querrá y tratará cómo mereces— mostró una media sonrisa— Pero ese no soy yo.
—Cállate— abrió grandes los ojos— No quiero esa mierda.
—¿Eres tan inmaduro que no puedes entenderlo?— al escucharlo llamarme así exploté.
—¡Si estás arto puedes irte, no te necesito!— noté las miradas curiosas de todos al escucharme— ¡A Yuta no le importa la edad!.
—¿Quién es Yuta?— estaba a punto de responder cuándo vi su auto estacionarse. sonreí en dirección a Félix.
—Acaba de llegar por mí— Se sorprendió.
—¿Estás loco, Changbin? Ese hombre tiene cómo treinta años— rodé los ojos— Es un pedófilo ¿Sabes lo que puede hacerte?.
Lo dejé hablando solo, y antes que pudiera detenerme me subí al auto. Durante todo el viaje estuve cabizbajo, ver a Félix me había afectado más de lo que quisiera reconocer. Sentí el auto estacionarse y Yuta me tomó de la barbilla obligándome a mirarlo.
—¿Qué tienes precioso?— escuché su dulce voz.
—Solo un mal día en la escuela— sonreí.
Noté como me miró como la primera vez saliendo de la escuela y luego posó sus ojos en mis labios. Y entonces me besó. Solo podía pensar que era mi primer beso y era con un hombre tan apuesto y que estaba interesado en mí. No necesitaba a Félix, y quizás era bueno hacerle caso y estar con alguien que me tratara como merezco, y ese era Yuta.
Cuándo nos separamos, él se bajó del auto y lo rodeó para abrirme la puerta. Cuándo bajé noté que estábamos frente a un edificio, no me había dado cuenta dónde estábamos. Me tomó de la mano y me llevó adentro, llegamos a la recepción y pidió un cuarto, y comenzamos a subir. Para este punto mi corazón estaba latiendo con fuerza, pero no de la forma que me hubiera gustado.
Entramos a la habitación y Yuta me pegó a la pared y comenzó a besar mi cuello. Enseguida supe que no quería esto, coloqué mis manos en su pecho para alejarlo pero no sirvió, él era más fuerte.—No quiero— no me escuchó y continuó— ¡Déjame, no quiero!.
Se alejó de mí y comenzó a reír.
—Te compré todo lo que quisiste y escuché tus estupideces. ¿pues que crees, precioso? Es momento de pagar— ante el tono de su voz temblé del miedo, sentí que podía desmayarme en cualquier momento.
Pero no lo hice. En un rápido movimiento tomé una lámpara que estaba en un pequeño escritorio y se lo reventé en la cabeza, el cayó al suelo y gritó del dolor. Mientras tanto aproveche para correr a la puerta y al abrirla me encontré con Félix.
—¿Félix?— él rápidamente me señaló hacia afuera.
—Corre— y obedecí. Ni siquiera me detuve a mirar si él venía detrás de mí.
No dejé de correr en ningún momento a pesar de que mis pulmones ardían. Cuándo llegué a casa las luces estaban apagadas, me tiré en el sillón y lloré, lloré hasta que los ojos me ardían de lo húmedos que estaban. Había sido un completo estúpido, Félix tenía razón después de todo. Al final no lo culpaba ¿Quién querría estar conmigo? ¿Si mis padres no lo hacían por qué alguien más lo haría?.
No supe en qué momento me dormí, pero cuándo abrí los ojos Félix estaba a mi lado.
—Perdóname, tenías razón..— me interrumpió antes de poder continuar.
—No debí ser tan duro contigo, lo siento.
—Tú no tienes que disculparte— lloré de nuevo— Fue mi culpa, no debí confiar en él.
—Él es el cerdo, tu no tienes la culpa. Solo no me gusta que seas tan ingenuo.
—Él quería.. quería que yo..— el llanto no me permitía terminar de hablar.
—Sé lo que quería, por favor ya no pienses en eso.
—No puedo creer que le haya regalado mi primer beso— noté a Félix tensarse y su rostro lleno de ira. Se levantó dirigiéndose a la puerta.
—¿A dónde vas?— apretó los puños y me miró.
—A darle su merecido a ese idiota.
—No, por favor— supliqué— Quédate conmigo. No quiero estar solo.
Suspiró y se volvió a sentar a mi lado. Sentí mis ojos cerrarse poco a poco.
—Este mundo no te merece Binnie— apenas logré escuchar a Félix decir, Cuándo caí en un sueño profundo.
A la mañana siguiente dudé si asistir a la escuela, no quería encontrarme con Yuta. Pero Félix me acompañó y me dijo que se había encargado de él. Preferí no preguntar, solo me dijo que se encargó de que tuviera horribles pesadillas.
Conforme el tiempo pasaba me resigne a la idea de que Félix sería mi amor platónico. Porque sabía que no podría olvidarme de su hermosa sonrisa de verano, de esa constelación tan perfecta en su rostro y tampoco de sus constantes regaños. Y estaba bien, estaría bien mientras siguiera estando en mi vida, porque él la iluminaba cómo un rayo de sol.
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Como un diente de león• ❀ Changlix ❀
FanficEs tan extraño y fascinante como una persona puede volver a tu mente con tan solo un aroma, una canción o incluso con un diente de león. Sucede solamente cuando encuentras a alguien muy especial, y así mismo era Lee Felix para mí. Porque ahora cada...