No podía creerlo. Después de lo sucedido Felix y yo volvimos a casa y ahora ambos estábamos sentados en el sillón, ninguno decía nada. Finalmente no lo soporte más y me gire hacia él, me devolvió la mirada y entonces comencé a acercar mi mano en su dirección.
Y entonces lo toqué. Su piel era tan suave cómo había imaginado, transmitía tantas emociones el poder sentirlo. Pero duró muy poco porque golpeó mi mano apartándola.
—¿Cómo es posible esto?— ni siquiera yo lo sabía, estaba tan sorprendido cómo él.
—Quizás fue mi deseo— hizo una mueca.
—¿Cuál fue?— estaba seguro que me reprendería cuándo se lo dijera.
—Poder tocarte— se sorprendió y noté un ligero sonrojo en sus mejillas.
—Que estúpida manera de desperdiciar tu deseo de cumpleaños— sus palabras dolieron— Pero cómo sea ¿De verdad crees que esto es debido a que le soplaste a la vela?.
Asentí. Tenía sentido para mí.
—No sé si esto es malo, pero en definitiva no puede ser bueno— yo solo seguía sus labios con la mirada. Relamí los míos y sin poder resistirme más me lance hacia él.
Lo derribé en el sofá y quedé encima suyo con sus piernas rodeando mi cintura. Rápidamente uní mis labios con los de él y comencé a moverlos lentamente. Era la mejor maldita sensación de mi vida, sus labios eran tan esponjosos y deliciosos. Bajé mis besos por su mandíbula hasta llegar a su cuello y comencé a besar y succionar. Lo escuché jadear.
—Mhm.. Changbin— se escuchaba tan excitado cómo yo.
Continúe besando y succionando la piel sedosa de su cuello al mismo tiempo que empecé a simular embestidas de manera que nuestros cuerpos se rozaban regalándonos una sensación de lo más placentera.
—No.. Binnie, ah… d-detente— lo escuchaba negar pero al mismo tiempo ladeaba más su cuello y abría las piernas dándome un mejor acceso.
Él era un desastre debajo de mí, lo escuchaba soltar algunos gemidos a pesar que trataba de no hacer ruido. Probablemente en un intento porque yo no escuchara cuánto lo estaba disfrutando.
Volví a besar sus labios y mordí ligeramente. Estaba por volver a besar su cuello cuándo escuché la puerta cerrarse de golpe. Inmediatamente Félix me empujó al suelo y desapareció.
Suspiré y dirigí la mirada hacia la puerta, era mi madre. Y estaba ebria cómo siempre. Cuándo cruzó la sala no me dirigió la mirada, ni siquiera me felicitó. Así eran las cosas ahora, pero en estos instantes eso estaba en segundo plano. Mi corazón saltaba de alegría porque por fin había besado al chico del que siempre estuve enamorado.
Subí a mi habitación y cerré los ojos entregándome al sueño.
Me removí en la cama debido a sentía un peso en el abdomen. Abrí los ojos y noté que Felix estaba a mi lado con su brazo sobre mí. Me giré en su dirección y sonreí. Quité un mechón de cabello sobre su rostro y lo miré.
—¿Cuánto crees que dure tú deseo?— Me preguntó. La verdad es que no lo sabía, y no quería pensar en ello. Si resultaba qué había muerto arrollado por ese coche entonces estaba agradecido, todo con tal de poder volver a besarlo.
Me acerque a él en un intento por volver a unir nuestros labios pero se alejó.
—Es mejor si no haces eso— sus palabras me confundieron. Yo siempre había querido esto y ahora me rechazaba, quizás y después de todo simplemente no sentía nada por mí.
—Lo siento— hice un intento por apartarme pero él rápidamente me abrazó y me besó tan profundamente cómo la noche anterior.
—No es lo que estás pensando— no se imaginaba el lío que era mi cabeza— Es solo que no sabemos lo que ocurre, esto no es normal.
A pesar que quisiera negarlo, él tenía razón. Esto para nada era normal, y aunque no lo quisiera debíamos buscar la manera de averiguar que sucedió.
Toda la mañana me dedique a buscar sitios web espirituales, incluso entre a una página para contactar a una persona que se dedicaba a esas cosas. Anoté la dirección y fingí ir a la escuela para que Felix no me siguiera.
Cuándo estuve en el lugar tomé asiento y esperé. Cuándo finalmente entré al pequeño cuarto, pude observar que era un anciano con una vestimenta blanca.
—Muy bien— tomó asiento— ¿Qué haría que un jovencito cómo tú acuda a mí?.
Pensé por un segundo que responder.
—¿Usted sabe si es posible que alguien que falleció pueda tocar a alguien vivo?— noté que se lo pensó por unos segundos.
—Los fantasmas alguna vez fueron personas, estos permanecen en la tierra porque tienen un asunto pendiente, y solo trascienden cuándo logran cumplirlo. Ellos ya no tienen cuerpo físico, por lo tanto no sería posible, y en el hipotético caso de que fuera así, en definitiva no sería nada bueno para la persona.
Respiré agitadamente, no podía creerlo. No sabía cómo reaccionar. Era obvio que Felix no sabía nada al respecto, y yo no sabía que hacer. ¿Significa que debe alejarse de mí?.
—Puedes verlos ¿No es así?— mire en dirección al anciano y por primera vez noté solo curiosidad.
—Desde que tengo memoria.
Asintió y me ayudó a relajarme. Me pidió mi correo electrónico y prometió enviarme más información al respecto.
Sentí una opresión en el pecho. Porque a pesar que la estancia de Felix conmigo no significara nada bueno, aún así lo quería conmigo.
—————————————<3
Helloooooo.
He vuelto, disculpen la demora. Tuve algunos problemillas pero ya lo he resuelto.Además estuve editando un poco la historia porque tenía algunas escenas subiditas de tono y con las nuevas políticas del señor Wattpad pues ya no se puede hacer eso, y hay que tomar en cuenta que los protagonistas son menores xd.
Pero tranqui, no he alterado la historia, la trama sigue exactamente igual. Solo que sin escenas mayores;).
Pdta: mañana subiré otro cap por los que debo xd.
Besos en sus colas<3
ESTÁS LEYENDO
Como un diente de león• ❀ Changlix ❀
أدب الهواةEs tan extraño y fascinante como una persona puede volver a tu mente con tan solo un aroma, una canción o incluso con un diente de león. Sucede solamente cuando encuentras a alguien muy especial, y así mismo era Lee Felix para mí. Porque ahora cada...