Capítulo 3

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Yuqi se inclinó sobre su escritorio y con un suspiro de exasperación, comenzó a sacudir suavemente a Soyeon, quien nuevamente se había quedado dormida en el aula.

-Despierta, plebeya -dijo Yuqi en voz baja pero firme.

Soyeon se despertó sobresaltada, parpadeando mientras intentaba enfocarse en la figura de Yuqi frente a ella. Se veía exhausta, con ojeras marcadas bajo sus ojos.

-¿Qué pasa contigo? -preguntó Yuqi, mirándola con una mezcla de curiosidad y preocupación disimulada-. Estás hecha un desastre.

Soyeon se frotó los ojos y trató de sonreír, pero el gesto se desvaneció rápidamente.

-No lo sé, Srta. Yuqi. Solo me siento... agotada.

Yuqi frunció el ceño, escudriñando el rostro de Soyeon. No le gustaba ver a su plebeya en ese estado.

-Bueno, sea lo que sea, asegúrate de estar despierta durante las clases -dijo Yuqi, intentando sonar más estricta -. No puedo tener a mi dama de compañía dormida todo el tiempo.

Soyeon asintió lentamente, luchando por mantener los ojos abiertos. Yuqi, sin decir más, se sentó junto a ella, sacando sus libros y preparándose para la lección.

Yuqi caminaba por los pasillos del instituto, conversando animadamente con Minnie.

-¿Has visto a Lisa? -preguntó Yuqi, frunciendo el ceño-. No tengo idea de dónde se ha metido.

-No, pero seguramente estará en algún lugar causando problemas -respondió Minnie con una sonrisa.

Detrás de ellas, una agotada Soyeon seguía a duras penas, cargando los libros de Yuqi. De repente, Soyeon se desplomó inconsciente en el suelo. Jennie y Lisa, que llegaban por el pasillo, vieron la escena. Jennie corrió rápidamente hacia Soyeon, su rostro lleno de preocupación.

-¡Soyeon! -gritó Jennie, arrodillándose junto a su amiga y verificando su pulso.

Yuqi, mirando la escena, soltó una risa desdeñosa.

-¿Otra vez desmayándote, plebeya? Eres una inútil.

La actitud de Yuqi molestó profundamente a Jennie, pero se contuvo de replicar.

-Lisa, ayúdame a llevarla a la enfermería, por favor -dijo Jennie, mirando a Lisa con urgencia.

Lisa asintió rápidamente y, entre las dos, levantaron a Soyeon y comenzaron a llevarla hacia la enfermería. Jennie lanzó una mirada fulminante a Yuqi, pero no dijo nada más. Con Soyeon en sus brazos, ella y Lisa se apresuraron a salir del pasillo, dejando a Yuqi y Minnie detrás.

Minnie miró a Yuqi, su expresión menos divertida ahora.

-Quizás te pasaste un poco, Yuqi -dijo Minnie suavemente.

Yuqi frunció el ceño, sintiendo una punzada de culpa, pero la enterró rápidamente.

-Solo digo la verdad, Minnie. Esa plebeua necesita ser más fuerte.

Pero mientras veía a Jennie y Lisa desaparecer por el pasillo con Soyeon, Yuqi no pudo evitar sentirse un poco incómoda, aunque no quería admitirlo ni siquiera para sí misma.

Soyeon despertó en la enfermería, sintiéndose débil y desorientada. Frente a ella, Jennie la miraba con preocupación, y en cuanto vio que Soyeon abría los ojos, la abrazó de inmediato.

-¡Soyeon, por fin despiertas! -exclamó Jennie, aliviada.

La enfermera llegó poco después, llevando una expresión seria.

-Parece que el monstruo que te atacó dejó una marca en ti que te estaba drenando la energía -explicó-. He logrado romperla, pero necesitarás quedarte en cama un tiempo más para recuperarte completamente.

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