Capítulo 7

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Yuqi se levantó de golpe, con el corazón palpitando fuerte en su pecho. El sudor frío corría por su frente mientras trataba de orientarse en la oscuridad de su habitación. Un sentimiento de urgencia la invadió. Sin pensarlo dos veces, saltó de la cama, corrió hacia la sala, esperando encontrar a Soyeon. Sin embargo, al llegar, se encontró con una inquietante ausencia. Soyeon no estaba.

Su respiración se aceleró, y un torbellino de emociones comenzó a agitarse en su interior. Los recuerdos de la noche anterior la golpearon con fuerza: el momento en que Soyeon la empujó fuera de su habitación, su mirada llena de dolor y rabia, y el frío desprecio en su voz. Yuqi apretó los puños con frustración, sus ojos comenzando a cristalizarse.

-Todo esto es mi culpa-, pensó mientras una lágrima traicionera caía por su mejilla. -Por ser una idiota... una cobarde-.

Se apresuró a limpiarse las lágrimas con la manga de su pijama, como si al hacerlo pudiera borrar no solo su dolor, sino también los errores que la llevaron hasta este punto. Recordó cómo había menospreciado a Soyeon, cómo había dejado que su orgullo y sus miedos hablaran por ella, lastimando a la persona que más le importaba. Y ahora, todo lo que podía hacer era lamentarse por lo que había perdido.

-No puedo seguir siendo así-, murmuró para sí misma, enderezándose, tratando de recuperar el control. -Tengo que encontrarla, hablar con ella... arreglar todo esto-.

Yuqi caminaba por los pasillos del instituto, acompañada por Minnie y Lisa, pero su mente estaba en otro lugar. Apenas escuchaba la conversación de sus amigas mientras avanzaban, como si las palabras fueran un eco lejano. Su mirada iba perdida, enfocada en nada en particular, pero su corazón latía con fuerza, atrapado en pensamientos que no podía dejar de tener.

Soyeon.

Cada vez que la recordaba, la imagen de su expresión herida la perseguía. Pero lo peor de todo era que, en los últimos días, Soyeon no había estado sola. La nueva chica, Camula, estaba siempre a su lado, con esa sonrisa encantadora y esa actitud segura que hacía que Yuqi ardiera por dentro. Había algo en Camula que no le gustaba. Algo que la ponía en alerta.

Minnie, notando el silencio de su amiga, la miró de reojo. -¿Yuqi? ¿Estás bien? Has estado muy callada-.

Lisa también se detuvo y le lanzó una mirada preocupada. -Sí, ¿en qué piensas? Pareces perdida-.

Yuqi soltó un suspiro y se pasó una mano por el cabello, claramente frustrada. -Es... nada. Estoy bien-.

-¿Nada?- Lisa arqueó una ceja, claramente no creyéndoselo. -¿Tiene algo que ver con Soyeon?-

El nombre hizo que el corazón de Yuqi diera un vuelco. No quería hablar de ello, no quería enfrentarse a lo que realmente sentía, pero las palabras de Lisa abrieron la compuerta que tanto se había esforzado en mantener cerrada. -Es solo que... esa chica, Camula. Ella está siempre con Soyeon ahora. Y...- Yuqi hizo una pausa, mordiéndose el labio inferior. -No puedo soportarlo. Verlas juntas. Me pone enferma-.

Minnie intercambió una mirada con Lisa antes de hablar suavemente. -¿Celos?-

Yuqi apretó los dientes y miró al suelo. -No lo sé. Tal vez... No es solo eso. Estoy... estoy asustada. ¿Y si Camula logra hacer que Soyeon se olvide de mí? ¿Qué tal si ella le da el cariño que yo me encargué de destrozar? Yo fui quien rompió su corazón, y ahora alguien más está ahí para recoger los pedazos. ¿Y si ya es demasiado tarde para mí?-

Lisa colocó una mano en el hombro de Yuqi, -Si realmente la quieres, Yuqi, tienes que hacer algo. No puedes quedarte ahí mirando cómo otra persona ocupa tu lugar. Tienes que hablar con Soyeon, decirle lo que sientes, antes de que sea tarde-.

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