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CHARLES POV

Era una de esas mañanas en las que el sol parecía brillar con más fuerza, pero yo apenas podía sentir su calor. Me encontraba en Maranello, en las instalaciones de Ferrari, preparándome para una larga jornada de entrenamientos y reuniones. El sonido de los motores, el olor a neumáticos y gasolina siempre habían sido mi refugio, pero hoy había algo que me mantenía inquieto. Tenía un presentimiento, una mezcla de nervios y expectación que no lograba sacudirme.

El día comenzó temprano, con una sesión de simulador que se extendió por varias horas. El equipo estaba preocupado por el rendimiento del coche en las próximas carreras, y las tensiones eran palpables. Nos encontrábamos en un punto crucial de la temporada, y cualquier error podía costarnos caro. Mi ingeniero de pista, Marc, me daba las últimas instrucciones mientras ajustábamos los parámetros del coche.

-Charles, necesitamos que enfoques en la curva 3. Estamos perdiendo tiempo valioso ahí -dijo Marc, señalando la pantalla del simulador.

-Lo sé, Marc. Estoy haciendo lo posible, pero el coche se siente inestable en esa sección -respondí, tratando de mantener la calma.

Pasé horas en el simulador, intentando perfeccionar cada vuelta, cada curva. Sentía la presión no solo del equipo, sino también de mis propios estándares. Siempre había sido mi peor crítico, y hoy no era la excepción.

Después de la sesión de simulador, me dirigí a la sala de reuniones para una discusión con los jefes de equipo. Frédéric Vasseur, el jefe de Ferrari, estaba especialmente tenso. Nos sentamos alrededor de la mesa, y pude ver en sus ojos que no iba a ser una reunión fácil.

-Charles, necesitamos más consistencia en las próximas carreras. No podemos permitirnos más errores - dijo Vasseur, con una mirada fija en mí.

-Lo sé, Frédéric. Estoy trabajando en ello. Pero necesitamos solucionar los problemas del coche también -respondí, tratando de mantener mi voz firme.

La discusión se prolongó por más de una hora, con estrategias y ajustes técnicos volando de un lado a otro. Salí de la reunión sintiéndome agotado, pero sabía que el día aún estaba lejos de terminar.

Me dirigí al gimnasio para una sesión de entrenamiento físico. Era una parte esencial de mi preparación, y me ayudaba a despejar la mente. Mientras levantaba pesas y corría en la cinta, mis pensamientos volaban hacia Adriel. Habíamos estado hablando más últimamente, y nuestras conversaciones siempre lograban levantarme el ánimo.

Decidí enviarle un mensaje rápido antes de seguir con mi rutina.

@charles_leclerc
Hola, Adri. ¿Cómo va todo en Inglaterra?

No tardó mucho en responder.

@adriel_w.a
Hola, Charls. Todo genial aquí. Disfrutando de las vacaciones. ¿Y tú?¿Cómo va el entrenamiento?

@charles_leclerc
Intenso, como siempre. Pero con la mente en el viaje. Me anima saber que nos veremos pronto.

Adriel respondió con un emoji de corazón y un "Yo también estoy emocionado", y no pude evitar sonreír. Era increíble cómo un simple mensaje podía cambiar mi estado de ánimo.

Después de mi sesión de entrenamiento, me dirigí a mi oficina para revisar algunos correos y ponerme al día con los compromisos pendientes. Fue entonces cuando recibí un mensaje de Alexa, mi novia.

@alexandrasaintmleux
Charles, ¿Podemos hablar esta noche? Necesitamos aclarar algunas cosas.

Sabía que esta conversación iba a ser difícil. Alex y yo habíamos estado teniendo problemas últimamente. La distancia y mi apretada agenda habían hecho mella en nuestra relación. Decidí responder más tarde, no quería distracciones en ese momento.

FIRGUN - CHARLES LECLERC GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora