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ADRIEL POV

El sol matutino se filtraba a través de las cortinas, sus rayos dorados iluminando suavemente la habitación mientras me despertaba lentamente. Sentía el calor reconfortante del cuerpo de Charles a mi lado, su respiración profunda y constante me envolvía en una burbuja de tranquilidad. Podía escuchar el suave murmullo del mar Egeo a lo lejos, y por un momento, todo en mi vida se sintió perfecto. No quería moverme, no quería romper la magia del instante.

Con cautela, abrí los ojos y lo vi. Él piloto estaba profundamente dormido, su rostro relajado, ajeno a cualquier preocupación. Había algo en la forma en que sus facciones se suavizaban mientras dormía, algo que hacía que mi corazón latiera un poco más rápido. No podía evitar sonreír al verlo así, tan vulnerable, tan accesible.

Era momento de levantarme y lo hice con cuidado, para no despertarlo, deslicé mi brazo de debajo de su cabeza y me levanté lentamente de la cama. Mientras lo hacía, lo observé una vez más, grabando su imagen en mi memoria. Luego, me dirigí al baño para refrescarme.

Al salir del baño, encontré a Charles despierto, apoyado en la cabecera de la cama, con una expresión somnolienta pero satisfecha en el rostro.

—Buenos días, príncipe. —me saludó con esa sonrisa perezosa que se convirtió en una de mis preferidas.

—Buenos días. — respondí, devolviéndole la sonrisa mientras me acercaba a él.

Me senté en el borde de la cama, y antes de que pudiera decir nada más, Charles extendió la mano y me atrajo hacia él, envolviéndome en un abrazo cálido que me hizo sentir increíblemente seguro.

—¿Dormiste bien? — me preguntó en voz baja, su aliento cálido contra mi cuello.

—Sí, dormí bien. — respondí, cerrando los ojos y permitiéndome disfrutar del momento por unos segundos más — ¿Y tú?

—Mejor que en mucho tiempo. — respondió, su tono sincero, y podía sentir la sonrisa en su voz.

Nos quedamos así durante unos momentos, simplemente disfrutando de la presencia del otro, sin necesidad de palabras. Pero sabía que no podíamos quedarnos en la cama todo el día, por mucho que me hubiera gustado la idea.

—¿Qué te parece si salimos a explorar un poco? — sugerí finalmente, apartándome lo suficiente para mirarlo a los ojos.

Charles me miró con curiosidad, su sonrisa aún presente.

—¿Tienes algo en mente? —preguntó.

—Estaba pensando que podríamos hacer algo diferente hoy. Tal vez alquilar un yate y dar un paseo por la costa. —dije, sintiéndome un poco nervioso por la idea, pero también emocionado.

—¿Y los demás? — preguntó.

—Anne me envió un mensaje diciendo que saldrían a comprar algunas cosas. — respondí.

Pareció considerar mi propuesta por un momento, antes de asentir con entusiasmo.

—Me encanta la idea. Un día en el mar suena perfecto. — dijo, y su entusiasmo era contagioso — Anoche no les avisamos que nos veníamos.

—Lo sé, fue un poco descortés de nuestra parte, igual no creo que les haya afectado mucho, estaban disfrutando sin nosotros. — Sonreí, sintiéndome más relajado ahora que teníamos un plan.

—Podemos perdernos otro día sin ningún problema. — dijo con una sonrisa.

—Entonces, es un trato. Voy a prepararme y hacer algunas llamadas para ver si podemos alquilar uno para esta tarde. — dije, levantándome de la cama con una renovada sensación de propósito.

FIRGUN - CHARLES LECLERC GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora