Creí que Bill iba a bailar conmigo, pero en lugar de eso me llevó hasta la parte trasera del club.
Solo había dos opciones seguras en este momento. Si era tímido solo me besaría, si no lo era me cogería en algún rincón oscuro de por aquí.
Era de personalidad fría. Llegué a pensar por momentos que me odiaba, pero ya había lidiado anteriormente con chicos de ese tipo y al final todos terminaron enredados conmigo de alguna manera. Coquetear y conseguir un hombre se me daba extremadamente bien por alguna razón.
Mientras seguía a Bill, no pude evitar mirar una vez más hacia atrás; era raro y probablemente el resto le echaría la culpa a la bebida o dirían que solo son ideas mías, pero desde el viaje en el vehículo de Tom empecé a sentir que algo malo sucedería.
Lo de la sangre en el auto había sido aclarado y tampoco era como si pensara que Tom había matado a alguien allí dentro, pero por alguna razón me sentí anímicamente mal desde entonces y luego estuvo Bill, quien no se despegó ni un segundo de la muñequita asiática. Supongo que eso fue lo que coronó mi mal humor.
Apenas iniciaba la fiesta y yo ni siquiera podía mantener una sonrisa armada en mi rostro. Abby lo notó; me preguntó porque ella es del tipo que se asegura, pero le dije que todo iba bien; no le arruinaría la noche por una sensación de mierda que probablemente no terminaría en nada. Ella intentaba negarlo, pero yo estaba segura de que Tom sí que le gustaba o al menos si yo estuviera en su lugar sería así... Los chicos como Tom o Bill conquistaban con facilidad los corazones de las mujeres y mi amiga no podía ser la única excepción.
—Me pediste bailar, pero al final terminaste trayéndome a este lugar apartado, ¿qué pretendes conmigo? —usé el tono más coqueto posible, voz suave combinada con un toque para nada discreto en su brazo.
Bill me miró y pensé que era jodidamente atractivo. En realidad nunca salí con un chico como él, físicamente hablando, pero que fuera diferente era lo que más me gustaba; quería probarlo, quería ver qué sucedía.
No estaba pensando precisamente en casarme con él. Quizás solo alcanzaría para algo casual o de una noche y para mí era suficiente, aunque secretamente esperaba interesarle de la misma forma que me interesaba a mí. Sería genial que Abby y yo saliéramos con dos hermanos; seríamos cuñadas o algo así.
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Basic Instinct | Tom Kaulitz, Bill Kaulitz
RastgeleSin reseña, así que esta vez tendrás que juzgar el libro por la portada... ©Todos los derechos reservados. Prohibida la copia o adaptación.