Capitulo 6.

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Maldición De La Sirena.

Callo boca aunque arda el vientre no saldría ni una palabra de aquellos labios perfectos

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Callo boca aunque arda el vientre no saldría ni una palabra de aquellos labios perfectos. Tenía tiempo que las lapislazuli no se encontraban con los ámbar, aquellos colores contrastantes causaban ruido en el silencio. El aire llenaba el hueco que creaba la distancia. Colores fríos los rodeaban parecían salidos de un velorio.

Error se encontraba pasando por la peor situación de todas. Ese momento tenso después de una pelea entre padre e hijo. Llevaban sin dirigirse la palabra desde ayer y le preocupaba que el menor no respondía. Su relación se vino a bajo después de tal empujón de emociones, las grietas que creo crecieron hasta ser imposibles de arreglar con solo cinta adhesiva. Sus palabras perforaron la piel de un cordero como balas, se desangro tanto que ahora anda sin vida.

Su corazón antes espinoso paso a metal sólido frío. El daño estaba hecho. Su relación no volvería a ser la misma y el tampoco. Ambos cambiaron para bien o para mal todo dependerá de las decisiones que tomen después.

Geno floreció, el dolor lo hizo pensar, le cambio la perspectiva, sus sentidos despertaron para capturar las sensaciones del alma dañada que tenía. Conectó con el llanto y la realidad. No había perdonado a Error, se había perdonado a si mismo por permitir tanto sufrimiento y ahora estaba dispuesto a pelear.

- ¿Llevas dinero? - Repitió las mismas palabras vacías que días anteriores. Parecía una grabadora programada con el mismo diálogo. El menor asintió. - ¿Qué hay de tu medicina? - El padre hacia su mejor esfuerzo por contenerse. Sería problemático si se pusiera a revisar su mochila estando enfrente de la preparatoria aunque ganas no le faltaban. - Contéstame por favor -

Algo se movió en la cabeza de Error. Los padres muchas veces son orillados a cambiar inexorablemente por el bien de sus hijos. Eso no es verdadero del padre biológico. Dicen que ser padre biológico es más fácil que uno adoptivo. El padre biológico se enamora inmediatamente de su creación mientras que el adoptivo recorre un camino mucho más largo. Para el no aplica esta regla. Cuando acogió a Geno, se hizo en un instante, se enamoro de él. Sus rasgos encantadores, sus actitudes delicadas, su personalidad fuerte, su capacidad. Estaba orgulloso de llamarse su padre. Era el hijo que no pudo tener y lo adoraba. Se volvió un ser de la eternidad; aquel que cuyo corazón camina por caminos que están fuera de su cuerpo. Late, secretamente, en el cuerpo de su hijo, aunque el hijo no lo sepa.

Lamentablemente nunca estaba, era más un espectador que un personaje importante en su vida. Quería ser la admiración del albino pero cada que le daba un consejo volteaba a otro lado. Sentía que no podía abrazarlo porque eso lo haría con otros. Aun recordaba como un albino de 10 aprendió a dar besos en la mejilla por una niñita enamorada, argumento con inocencia solo hacerlo para demostrar cuanto lo quería. Geno, hizo lo mismo con todo el salón y luego con él y así fue como se enteró de tal desastre.

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