El amor.
Una mezcla de sentimientos y emociones.
La droga más adigtiva.
El elemento más poderoso.
Y el arma más destructiva.
El humano ha encontrado muchas formas de describirla y aun así para el propio ser sigue siendo un enigma, tan misterios...
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Oh corazón por qué eres tan necio. No sigues ordenes y haces de las tuyas como quieres. Te niegas a escuchar o a ver, pero el dolor lo sientes y aún así no entiendes.
Condenarse a querer a alguien que te hace daño. Odiarse a si mismo. Ahogarse en vicios. Destruir su integridad. Existen mil maneras de lastimar a un ser. De oscurecer su alma y marchitar su belleza.
Cuando una persona se descuida físicamente podría ser un indicio de su decadencia mental. La vil representación de heridas emocionales exteriorizadas por el poco amor que se tiene. Por las enfermedades mentales que envenenan y enferman el cuerpo. Debes tener cuidado de no aspirar toxinas.
Cross sabía que estaba atrapado en un hoyo profundo lleno de brea del que ni hacía el esfuerzo por salir. Un ciclo vicioso de eterna tortura y el estaba feliz de seguirlo haciendo. Considerado un capricho, su puesto era intercambiable con Chara. No importaba cual de los dos fuera si alguno lograba satisfacer la necesidad que tuviera Nightmare. Por el momento había sido botado de nuevo, ya estaba acostumbrado, no decía nada cuando veía tan arreglada a la castaña sonriendo feliz y parloteando sobre el morocho. Si pudieran lo estarían haciendo en el sillón donde estaban sentados, enfrente de todos sin pudor.
Nightmare se lucia cuando estaba con ella. Bonita y popular, levantaba su fama. Mientras que él solo era su perro faldero, útil y por eso lo mantenía a su lado. Pero déjalos un rato solos y hacían de todo bajo las narices de la chica. Ninguno de los tres identificaba qué sentían en esa relación. No se molestaban en pensarlo. Eran muchachos de 16 y 17 a esa edad no sabes nada del amor, se enamoran de cualquier persona o cosa que vieran. A penas están creciendo y aprendiendo sobre si mismos. La ansiedad de llenar algo los movía y hacia que regresarán a sus brazos.
Les daba lo que tanta falta les hacía.
Después de faltar a tres prácticas al fin un albino hizo acto de presencia. Error no lo podía encerrar para siempre, aun, nada aseguraba que un día despierte y no haya puertas ni ventanas en su cuarto.
Chara quería que la tierra se la tragara. verlo entrar le paralizó el cuerpo al igual que su corazón. Rápidamente soltó la cerveza qué tenía en la mano, se acomodo lo mejor que podía la ropa y alboroto su cabello colocándolo sobre su cara. Menudo desastre era. No quería mirar. No quería que la viera así. Mierda, Mierda, se la llevaba el tren. Lentamente trato de mirar de reojo para comprobar si de milagro no la había visto aun. Oh por dios que porte llevaba, se veía tan bien en esa chaqueta de cuero beis, pantalón de vestir y zapatillas. Por qué tenía que venir tan arreglado?, la volvía loca.
Malditasea, la vida la debía odiar, estaba viendo hacia ella. Su oportunidad de escapar la arruinó por quedarse viéndolo. Iba a saludar, levantó la mano y él le devolvió el saludo con una divina sonrisa, mordía su labio con solo eso. Entonces se dio cuenta que no se trataba de ella a quien saludaba.
