El amor.
Una mezcla de sentimientos y emociones.
La droga más adigtiva.
El elemento más poderoso.
Y el arma más destructiva.
El humano ha encontrado muchas formas de describirla y aun así para el propio ser sigue siendo un enigma, tan misterios...
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Nunca se puede acabar de conocer a una persona. La mente de cada ser es un mundo diferente, fantástico y mágico. Si todos fuéramos iguales tendríamos cabeza de cartón, como en aquella historia donde se pintaba a la sociedad como una fabrica con el mismo estándar de personalidad limitada. Sin embargo fijate que hasta una caja de cartón puede cambiar en una bella manualidad. Una persona no se termina de conocer porque el cambio existe y las mentes cambian constantemente conforme aprendan de la vida.
Lo que acababan de revelar expandió su conocimiento. El de cabellos negros cual carbón sabia todo y al mismo tiempo no sabía nada. Esa necesidad de querer más le picaba con insistencia. Entusiasmado por leer el libro de la vida del albino hizo la primera pregunta de muchas más.
- ¿Ah qué edad la perdió? - Le hablo al único que le respondería cualquier cosa.
- Fue a sus... -
- Deberías estar más preocupado por ti y no haciendo preguntas estúpidas metiéndote en donde no debes. - Error no permitió a Melon seguir hablando más de lo debido. Como policía sabía muy bien sobre el cuidado de información personal que hasta le dio clases privadas al menor, el castaño a su lado le hacían falta unas. No le tenía confianza para nada y el contándole su vida como si fuera publica. - ¿Qué le hiciste a mi hijo? - No se sacaba de la mente que Reaper pudo hacerle algo estando a solas, debió hacerle caso a su intuición de padre que era mala idea dejarlo estar con él.
- Error Queen. - Lo regaño tiernamente con las manos en sus caderas un pequeño castaño. - El muchacho solo quiere ayudar. - No lograba entender porque Error lo odiaba hasta los huesos si el joven tenía carisma. Tal vez así fue como logro conquistar el corazón del albino.
- Más ayudaría si se fuera para siempre de la vida de Geno. - Deseaba desaparecer de la fas de la tierra al bastardo. Que alguien respirara cerca de Geno lo irritaba, no quería que lo miraran, ni lo olieran, tampoco lo tocarán.
- No podría aunque eso me matara. - Lo decía por el hombre que amenazaba dispararle en la cabeza con sus mismo ojos. La comparación tenía sentido, Geno tenía cuchillas por mirada, te arrebataba el aliento su fina y cortante daga, mientras los ámbar eran balas, te quitaban la vida y destruían tu mente cuando te apuntaba.
- Hijo de tu put. - Justo cuando volteo para gritarle de todo Melon se interpuso.
- ¡Que romántico! - Sus propias manos estaban entrelazadas pegadas a su pecho. Su corazón bombeaba sangre como loco por la emoción. - Cuéntame como se conocieron. - Quería oír más, todo con lujo de detalles. La fantasía de un romance no lo dejaba estar quieto o callado.