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Emily:

─Chicas los últimos retoques, estamos por salir ─aviso Hugo, nuestro coreógrafo un poco agitado asomando la cabeza por la cortina.

Estaba nerviosa, no, espera, lo que le sigue. Mis manos temblaban y sentía mis piernas a punto de flaquear, contuve la respiración un momento, inhala, exhala. Efectivamente no había funcionado porque los nervios me carcomían, la carga estaba sobre mí, de mi dependía si salía bien o arruinaba la presentación y no creo que me perdone si llego a arruinar la mayor oportunidad que tal vez tendré.

Una cálida sensación recorrió mi cuerpo cuando vi a Daniel atravesar las enormes cortinas que dividían el escenario de nuestros tocadores. Corrí hacia él y lo abrace fuerte. No hablamos de hecho el silencio se sentía cómodo, el mantuvo sus brazos sobre la parte baja de mi espalda mientras yo apoyaba mi frente contra su pecho, manteniendo el aliento. Deslizo su dedo índice por mi mentón y me impulso a levantar el rostro para poder mirarle.

─Hoy es el día, pequeña Allen ─susurro cerca de la comisura de mis labios. Sonreí en respuesta ─ ¿He mencionado lo sexy que te vez con ese leotardo, cariño? ─arqueo una ceja manteniendo esta vez ambas manos sobre mi cintura.

Negué con descaro ─Creo que no lo has hecho ─murmure con voz ronca.

─Pido mil disculpas señorita.

Me ruborice un poco, salí de la calidez de sus brazos y camine hacia el tocador principal donde había olvidado mi celular. De regreso se lo entrego. ─Necesito que estés muy al pendiente de cualquier llamada o mensaje, Caleb puede comunicarse en cualquier momento.

Caleb es mi hermano mayor y también la persona que más quiero. Él ha estado todo el tiempo a mi lado, no como mis padres que solo están de viajes de negocios. Los únicos días que logro estar con ellos por lo menos más de doce hora, son mi cumpleaños, navidad, año nuevo y uno que otro cumpleaños de Caleb.

─ ¿Vendrá? ─pregunto frunciendo el ceño con una reacción sorprendida.

─Esta mañana hable con él y me aseguro que estaría en cualquier momento. Él sabe que esta presentación es especial... prometió estar aquí.

─Estaré al pendiente, Ma chérie.

Me acerque, me puse de puntitas y bese su mentón suavemente ─Me haces cosquillas ─sonreí de lado.

─ ¿Acaso no me luce? Yo sé que me veo sexy ─arqueo una ceja sonriente, refiriéndose a su barba.

─No comiences de presumido ─le advertí─. Estoy muy feliz que estés conmigo hoy, realmente lo aprecio. Te amo, Dan.

─Yo también te amo, mucho ─se mordió el labio.

Al cabo de unos minutos una morena con saltones ojos azules dio nuestra salida sacudiendo su mano de un lado al otro. Me despedí con un beso rápido de Daniel. Todas las chicas se ubicaron en el lugar del escenario que les correspondía, a mí alrededor. Todas, incluyéndome, nos ubicamos en la quinta posición con los brazos sobre la cabeza creando un ligero ovalo. La música comenzó a sonar, sabía que lo único que debía hacer era quedarme allí en esa posición hasta que el momento dramático de la canción empezara para así poder hacer mi solo.

Eche un vistazo rápido a la audiencia. Caleb aún no llegaba, él lo hará, lo sé. Confió en él.

No me decepciones, pensé.

El rostro sonriente de Daniel al fondo de la habitación me dio ese apoyo que tanto necesitaba, mi momento había llegado y la atención estaba sobre mí. Sonreí.

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