4.

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Daniel:

─ ¡Evans a despertar, es casi medio día y tenemos un lugar al cual llegar lo más pronto posible! ─los gritos de Jared me despertaron de paro, sacudí mis pies debajo de las sabanas provocando que estas se movieran.

─Carajo, Jared. En este mismo instante te estoy odiando. Y con este dolor de cabeza no me extraña que quisiera llamar a esa tal Cara con la que estabas anoche, para que se ocupe de ti por dos horas y yo pueda descansar como Dios manda ─hable tapándome la cabeza con la sabana.

─Tenemos que ir al funeral de Caleb ─dijo cruzándose de brazos.

─ ¿Tan pronto? Pero si solo anoche que ocurrió... ─me calle.

─Si, ya sabes cómo son Katy y Mark, creo que después del entierro se van de viaje.

─ ¿Por qué no me extraña que lo hagan? ─negué con decepción aunque nadie se percató de mi acción.

─Como sea, levántate ─de un momento a otro un rayo de luz se dispersó por toda la habitación, maldecí, me quite la sabana de encima con un brusco movimiento y me senté en la cama con los codos sobre las rodillas manteniendo aun los ojos cerrados. Pase una mano por mi cabello y me puse de pie. Camine cerca de Jared y antes de salir para dirigirme al baño golpee fuerte su cabeza, despeinándolo. Salí de mi habitación sonriendo.

La noche anterior había sido una locura y en todo el mal sentido de la palabra, cuando estoy borracho suelo hacer cosas de las cuales tarde o temprano me arrepentiré, en su mayoría, quizá de lo ocurrido anoche me arrepiento de haber llorado como un marica... pero bueno, he decido esperar a que ella elija que será de nosotros en un futuro. Si me perdona hare todo lo que este a mi alcance para demostrarle que no se equivocó en su decisión pero si no es así, simplemente la dejare ir, aunque duela hacerlo.

Comprendí que nadie merece tantos engaños y mentiras, comprendí que cometí el mayor error al no dejarlo en el momento oportuno y sobre todo comprendí que si hubiese sabido que Emily seria esa persona que me haría cambiar, no habría hecho de lo que hice.

Desafortunadamente actué antes de pensar y ahora estoy pagando las consecuencias.

Tome una corta ducha, puesto que mi querido amigo no dejaba de acosarme con repetitivos golpes en la puerta, finalmente salí con una toalla alrededor de mi cintura. Jared sonreía mostrando sus dientes, en realidad no sé qué le parecía tan gracioso, bufe. Entre a mi cuarto y vi el traje negro extendido sobre la cama.

Cuando ya tenía los pantalones puestos, la puerta se abrió y Jared entro con el ceño fruncido.

─Tengo algo que decirte Dan.

─ ¿Por qué sospecho que será algo malo? ─le respondí mientras abrochaba los botones de la camisa.

─Te lo diré el auto así que rápido ─arrastro las palabras al hablar.

Abrí los ojos ─ ¡Espera! ─llame su atención antes de que saliera─ ¿Qué auto? Si ni siquiera tienes uno, pequeño cabron, ¡Oh por Dios, Jared te has robado un auto! ─me reí de él sabiendo que no era capaz de hacer una cosa semejante.

─Obvio no Daniel, no seas imbécil. Tengo el auto de Emily aparcado en el estacionamiento del edificio.

Me deje de reír ─ ¿Por qué tienes su auto? ─le pregunte con un tinte agrio en mi voz.

─Te espero en el auto ─repitió.

Me apresure en terminar de vestirme, cepille mis dientes con afán y baje con el abrigo en una mano corriendo por las escaleras rumbo al estacionamiento. Fue fácil distinguir el auto entre tantos, cuando llegue a este, la puerta del copiloto se encontraba abierta. Me senté con la chaqueta en mi regazo y cerré la puerta fuerte tomando profundas respiraciones.

WhispersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora