3.

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Emily:

─Mama, por favor déjame a solas con Caleb ─le dije mientras organizaba mi cabello en un moño.

─Emily, pequeña, no creo que eso sea buena idea. No estás en condiciones para estar con él tu sola.

─Tal vez no sea una buena idea, pero es lo que necesito ahora. Solo necesito diez minutos, en ese tiempo estaré fuera de esta habitación, lo prometo. Déjame estar a solas con él, por favor lo necesito ─limpie mi nariz y la mire de manera compasiva esperando que accediera.

Mi madre asintió con la cabeza y salió de la habitación, dejándome en el enorme cuarto blanco con varios aparatos médicos, los cuales se encontraban apagados. Mi madre había hablado con el doctor minutos antes y aparentemente la muerte de Caleb se produjo por una hemorragia interna imposible de controlar, nuestro tipo de sangre es muy poco común, murió por algo que yo tengo que sobra. Cuando me lo dijeron simplemente asentí y fije la mirada en mis pies. No podía estar enojada con alguien más que conmigo misma.

Es imposible no sentirme responsable de su muerte, tengo esa sensación que provoca que mi estómago se retuerza de la culpa. Es como si estuviera destinada a llevar este peso sobre mis hombros.

Camine sigilosamente hasta la base metálica en la que se encontraba el cuerpo de Caleb con una sábana blanca cubriendo la mayor parte de su cuerpo a excepción de su rostro y pies. Sus ojos se encontraban cerrados dejando ver como sus largas pestañan se curvan sobre sus mejillas, sus labios ya se encontraban de un color morado, algunos rasguños en su pómulo derecho y otro cerca de su ceja era lo único visible en su rostro a cerca del accidente. Estire mi mano y con mi pulgar acaricie su mentón después de besar su mejilla. Una lágrima cayó sobre su frente y no fue hasta ese momento que note que ya estaba llorando, incluso más que antes.

Descubrí su torso y mire el tatuaje en su costilla izquierda. Pase mi pulgar dibujando círculos imaginarios sobre su costilla. Debo ir de nuevo a esa tienda de tatuajes, seguro.

Emily Allen

IV. X. MCMXCVII

Perdóname por no haber sido lo suficientemente buena como para que te sintieras orgulloso de mi, fue lo único que me importo por años, durante mucho tiempo fui alguien de quien no me siento orgullosa, decepcione y perdí el respeto de la mayoría de personas, pero trate de no decepcionarte ─hice una pausa, sin saber que decir─, decepcionarte era lo único en lo que no quería fracasar. Tengo miedo de no saber qué hacer de ahora en adelante con mi vida, no quiero recaer nuevamente en mi pasado, gracias a ti tuve fuerza de voluntad para salir de todo ello ─trague saliva desde el fondo de mi garganta, las lágrimas se acumularon en mis ojos ─. Lo siento mucho, si... solo yo no hubiese insistido tanto, de seguro estaríamos en casa viendo alguna de esas películas de acción que tanto te gustaban e incluso hubiéramos pedido comida tailandesa, me contarías sobre Charlotte, la chica que te gustaba y de seguro yo te habría dicho lo especial que se comportó Daniel en los tocadores antes de la presentación... lo siento ─limpie mi nariz─. Ahora te perdí que es básicamente perder una parte importante de mí. Con respecto a Dan, no estoy segura si fui yo quien lo perdió o simplemente él me perdió a mí. Sé que lo más difícil que he afrontado es esto, tenerte y perderte.

De repente recordé un parte de un libro que había leído hace mucho tiempo The fault in our stars.

─Eres mi 10, definitivamente lo eres.

Peine su cabello con una sonrisa cargada de tristeza en su rostro. Él nunca me hubiera dejado hacerlo, amaba su cabello sobre todas las cosas, le molestaba que alguien lo peinase y a veces podía llegar a enojarse solo por ello. Cuanto quisiera que me estuviera gritando en estos momentos por hacerlo.

WhispersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora