Una visita agradable

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Park Jimin es un ser adorable, pero cuando se enoja pasa a ser el mismísimo ejemplo de lo que nosostros los seres humanos creemos es lucifer.

—No lo hagas enojar más, por favor. —Jungkook está “protegiéndose” con uno de los sofás que están en la sala de estar.

Yo suelto una risa al ver la escena. Taehyung está riendo mientras sostiene con una de sus manos un cucharón que muy seguramente ha agarrado de los utensilios de la cocina y con la otra está sosteniendo su propio estómago. Muy seguramente porque le ha de doler de tanto reír.

Por otra parte está Jimin con una expresión de enojo mientras sostiene una escoba y apunta a dónde está mi querido chico, Jungkook. Él está cubriéndose con el sofá mientras le dice a Jimin que tenga piedad de él.

Finalmente estoy yo, sentado en otro sofá un poco más alejado a donde está mi novio, mientras observo toda la escena y cortó unas frutas para la ensalada que “haremos”.

Escuchó un quejido por parte de Jungkook y veo como Taehyung ahora cae al piso riendo.

—¡Gran idiota, no me ayudas! —acusó Jungkook a Taehyung, mientras se masajea el reciente golpee en el brazo que Jimin le ha dado.

—¡No sé metan conmigo, par de huevones! ¡Buenos para nada!

—Pero Jimi-

—¡Pero nada, Kim Taehyung! Vuelven a hacerlo de nuevo y no será el palo de la escoba a la próxima. —Jimin señala acusatoriamente a Taehyung, quien baja la mirada como perrito regañado.

—Amor~ —Jungkook viene a mi con un puchero en sus labios y sobando su brazo adolorido. —Jimin es malo —Hago todo el esfuerzo del mundo para no reír por la voz que usó. Es tan tierno.

—Pobre de mi niño, ¿Quieres un beso para el dolor? —veo que asiente y sonrio. Dejo las frutas en la mesita y abro mis brazos para acoger entre ellos a Jungkook.

—Hyung, no sea alcahueta. Jungkook me golpeó primero —no tengo necesidad de mirar los gestos que hace Jimin para saber que está haciendo un puchero y empuña los puños de sus manos mientras zapatea al piso.

Esos tres juntos, son un desmadre. Todos unos consentidos que si uno hace algo, los tres salen dándose escobazos.

Jungkook se sienta en mis piernas y me abraza por la cintura, ocultando su rostro en mi cuello.

—Te amo —Me dice al tiempo que deja un beso en mi cuello —soy tan afortunado de tenerte en mi vida, Gi.

—Soy yo quien es el afortunado. Eres un amor, Jungkookie. Te amo mucho mucho más.

—No te vayas nunca de mi vida. —me mira a los ojos y no puedo evitar soltar un suspiro. Es tan difícil mantener eso cuando no sé con certeza si mi cuerpo en cualquier momento hará metástasis y pum, muero.

—Quiero que sea así, amor…y te amo, mi niño. —Dejo un beso sobre su puchero y le sonrio.

Jimin viene hasta nosotros con un Taehyung a su lado soltando quejas.

—Hyung, Taehyung necesita el baño —me dice Jimin, mirando de reojo a Tae, quien baja la mirada al piso para ocultar su sonrojo.

Ay, estos mocosos creen que caeré de nuevo en eso.

—¿Y esta vez lo acompañaras también? —alzo una ceja y el sonrojado ahora no solo es Taehyung, sino Jimin.

—Eh…n-no, ¿q-qué di-dice, Hyung?

Jungkook suelta una risa y los mira entrecerrando los ojos. Él también lo sabe.

—Miren par de cochinos, ustedes a mi departamento no vendrán a…

—Kook, no es eso. Esta vez es porque debo aplicarme el medicamento.

Taehyung levanta la vista hacia nosotros y puedo ver en su mirada sinceridad. Días atrás a Taehyung y a mí nos comenzaron a aplicar otra dosis diaria de medicamentos inyectados.

—Yo se lo podré, Hyung. No es para nada más.

Jungkook me mira y asiente.

—Pueden usar la habitación para que se lo inyectes con más comodidad —le doy un golpe en el hombro a Jungkook al captar el tono malicioso en su voz. Ese niño tierno de horita se esfumó.

Taehyung y Jimin parecen desear que la tierra se los trague en ese momento. Sin decir nada más, hacen una reverencia y cruzan el pasillo para entrar a la habitación.

Jungkook, quien aún está sentado en mis piernas, deposita un beso en mi mejilla y me mira con sus ojos brillantes. Es tan lindo.

—Quiero invitarte al parque de diversiones —Lo miró curioso y se apresura a hablar nuevamente —sé que no te gusta subirte a las atracciones, pero por si aceptas, podemos comer un helado y ver el partido de básquet del equipo que estará allí esa noche, además también podemos…

—respira. —lo miro preocupado de que quizá no esté respirando cómo se debe por estar hablando muy rápido  —Claro que iré, amor. —me sonríe y toma mis mejillas con sus manos, se acerca a mi rostro y deja un beso en mi frente.

—Gracias, Amor. Te agradezco demasiado que estés en mi vida. —deja otro beso, esta vez en mi nariz. —me haces tan feliz que no me cansaré de decírtelo —otro beso, esta vez por fin en los labios.

Sonrio al sentir como delinea con la punta de su lengua mi labio inferior.

Si tan solo él supiera que yo soy el verdadero afortunado en esta vida al tenerlo a él conmigo.

Lo amo tanto. Amo a Jeon Jungkook.

—¡Hyung!

Jungkook y yo nos miramos y soltamos la risa al unisono.

—Parece que Jimin le está haciendo maldades a Taehyung en modo de venganza. —Miro hacia donde está la puerta de la habitación cerrada.

—pobrecito mi Tata. —me dice dejando otro beso en mis labios.

Moriré por los besos de Jeon Jungkook.

—¡Hyung!





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