Capitulo 24

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Lenna

El tiempo parecía transcurrir de una manera lenta, había estado solamente una semana en Alemania, pero se sentían años en realidad.

Mis rutinas eran tan simples y monótonas que hasta yo,  me aburría de mi misma, amara estaba conmigo en todo momento, y no mentía cuando decía que solo me dejaba en paz cuando estaba en el baño.

Y aún si sonaba algo raro, me gustaba su compañía, me hacía sentir de una manera especial que solamente una persona me llegó hacer sentir de esa misma manera.

Sus amigos solían hacer burlas sobre que parecíamos una pareja y nuestro hijo era Bruce.

Del pequeño felino no había mucho que decir, era como si él fuera una versión mía, solía comer, e irse directo para el sofá, lo que yo hacía los fines de semana.

Los primeros días había estado emocionada con conocer Alemania, pero poco a poco se fue esfumando, así fue como la emoción que rápidamente me había traspasado en el cuerpo, se esfumó como si de una estrella fugaz se tratara.

Amara me había comentado en uno de esos días que me sentía así, por que mi mente comenzaba a divagar de una cosa a otra, que intentaba involuntariamente dejar de pensar en todo.

En el momento en que habíamos tenido esa conversación, dejé de dormir, solía soñar con un jardín lleno de flores, otra veces soñaba con un laberinto.

No entendía el por qué de todo eso, pero no quería tener eso en todo el día carcomiéndome los pensamientos, simplemente acepte que dejaría de ser una "soñadora".

Hoy iniciaba mi segunda semana, y mientras me miraba en el espejo, mire mi piel algo pálida, pero era algo extraño puesto que durante este mes de agosto hacía calor.

Los labios los tenía algo resecos, y mi ojos...bueno, simplemente estaban ahí, algo había cambiado en mi, y no solo por el aspecto, suspirando enjuague mi rostro con agua para lograr despertarme.

Amara se había ido antes por unos trabajos de arquitectura, yo podía llegar algo tarde, ya que solamente tenía dos materias hoy.

Apague la luz del baño y salí de ahí, la luz se lograba filtrar, gracias al gran ventanal a lado de mi cama.

Todo era tan lujoso que aún no podía creérmelo, seguía sin acostumbrarme a todo esto, pero sabía que al menos en otra semana más, y por fin sería como las chicas privilegiadas de mi universidad.

—¡Bruce!

Llame al gato mientras preparo su comida, en verdad como quisiera reencarnar en un gato como él, su pelaje es más suave que mi cabello, come mejor que cualquiera que puedan imaginar y es un consentido en todo el sentido de la palabra.

Mientras revuelvo su sobre con sus croquetitas, el pequeño Batman sube a la en cimera de la cocina, haciendo un pequeño desfile.

La cola la tiene en lo alto moviéndola coquetamente.

—Bruce, que coqueto.

Le sonrió y él viene hasta a mi para lamer mi mano, le acaricio la cabeza y él se desparrama en mi mano ronroneando.

—Eres tan lindo.

Le doy un beso y dejo que coma feliz, mientras yo comienzo apagar las luces de este lugar, cuando al final lo consigo me limito a irme despidiéndome del pequeño bruce.

Bajo al elevador y presionó el lobby, y alcanzó a observar a Steven, nuestro portero.

—Hola.

Le regalo un cálida sonrisa y me saluda.

FRIENDS  [borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora