d i e z ll

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Dormir en la altura de un árbol podría parecer descabellado, pero la humana no iba a negarse ante las hermosas vistas de Pandora y, por supuesto, ante la compañía de su guapo amigo azulado. Era una oferta que sabía que, si la rechazaba, no iba a volver a tener tan fácilmente.

Afortunadamente para ellos, el enorme árbol contaba con hojas abundantes y gigantes, que les proporcionaban un techo natural que los cubría del sol. Lo que despertó poco a poco a la humana fueron las mismas Atokirina', que se posaban en su cabello, generandole cosquillas.

Abrió lentamente los ojos, acostumbrándose a su nuevo entorno. Lo primero que vió fue a un brazo borroso que la sostenía de la cintura. Por un momento, creyó que lo que había vivido anoche se trataba de un sueño extraño, pero cuando miró más hacia arriba, se topó con el rostro de un Na'vi que conocía muy bien.

No había sido un simple sueño; todo había sido real.

Neteyam seguía dormido, su respiración era tranquila y constante. Lilet observó el pecho del Na'vi, subiendo y bajando rítmicamente, como un recordatorio de su presencia.

Decidió no moverse tanto para no despertarlo, así que se limitó a observar el entorno. Desde allí arriba, Pandora se desplegaba en todo su esplendor. Los primeros rayos del sol comenzaban a iluminar el bosque, haciendo que ciertas plantas bioluminiscentes se apagaran lentamente, dando paso a un nuevo día.

Después de unos minutos, Neteyam comenzó a moverse ligeramente, indicando que estaba despertando. Ella se quedó quieta, observando cómo sus ojos se abrían lentamente. Neteyam parpadeó varias veces, ajustándose a la luz matutina que se filtraba entre las hojas.

Lilet no supo qué hacer en ese momento, así que inmediatamente cerró los ojos y fingió dormir. Sintió el peso de la mirada de Neteyam sobre ella, pero no se movió. Su corazón latía rápidamente, consciente de la cercanía entre ambos.

El Na'vi sonrió al verla y, con un gesto suave, apartó un mechón de cabello del rostro de Lilet. Sus dedos rozaban delicadamente su piel, enviandole un escalofrío por el cuerpo. Lilet tuvo que contener una sonrisa para no delatarse.

-¿Crees que no me daría cuenta que estas despierta?-Murmuró Neteyam con un tono divertido.

El joven Na'vi observaba a Lilet mientras se inclinaba ligeramente, sin retirar el brazo que descansaba bajo su cabeza, una perfecta almohada para la chica. Sus largas trenzas caían suavemente sobre el rostro de la humana, y Neteyam apartó sus trenzas detrás de su oreja.

Lilet no pudo evitar soltar una risa y abrir los ojos lentamente.-Bueno, valía la pena intentarlo.-Se incorporó un poco, apoyándose en un codo mientras observaba el hermoso paisaje que los rodeaba.-No puedo creer que dormimos aquí.

Neteyam se estiró perezosamente, un gesto que resaltaba su agilidad felina-Algo diferente, ¿no?-Respondió, su voz teñida de satisfacción mientras observaba a la humana con una mirada cálida.

-Sí, algo diferente.-Murmuró, dándose cuenta de que el sol comenzaba a asomarse en el horizonte, pintando el cielo con tonos de rosa y naranja, mientras las primeras criaturas del día se despertaban.-No puedo quedarme aquí para siempre.-Añadió en voz baja, como si tratara de convencerse a sí misma.

-Entiendo.-El Na'vi se levantó lentamente, ofreciendo su mano a Lilet para ayudarla a ponerse de pie.-Vamos antes de que se den cuenta que no estás.

-¿Y si ya lo saben?-Preguntó sin soltar su mano, alzando una ceja. Había algo en su tono que indicaba que esa posibilidad no la sorprendía en absoluto. Después de todo, sabía que su ausencia podría haber sido notada.

t e  v e o  >> Neteyam 🌑 AVATARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora