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-¡Feliz cumpleaños!

Comencé mi mañana con una grata sorpresa, pues mis amigos entraron a mi cuarto con un pastel. Era mi cumpleaños número diecinueve y mi habitación estaba decorada con globos y serpentinas. Aun medio dormida, sonreí al ver a todos reunidos.

-¿Qué esperas, Lilet? ¡Sopla la vela!-Dice Norm, sosteniendo mi pastel con una sonrisa.

-Rápido, tengo hambre.- Miles se recostó en mi cama mientras se cubría con mis cobijas.

Tomé un momento para disfrutar de la escena. En mi habitación estaban todos mis seres queridos. Cerré los ojos, pedí un deseo y soplé la vela, apagándola de un solo soplido.

-¡Bravo!-Exclamaron todos al unísono.

***

Fuimos a la cocina de la base para mayor comodidad. Norm colocó el pastel en la mesa y comenzó a cortarlo en rebanadas, asegurándose de que todos tuvieran un pedazo.

-Aquí tienes, Miles.- Dijo Norm, entregando una generosa porción.

-Gracias noble caballero.-Dijo tomando el plato con entusiasmo.

Me senté en una silla junto a la mesa, habían muchos científicos que conversaban animadamente. El sonido de conversaciones cruzadas creaba una atmósfera acogedora. El aire fresco, casi frío de la base me hacía querer tomar una taza de café, aunque no me gustara.

El pastel tenía nuestras frutas humanas, mezclado con algunas exóticas de Pandora. La combinación de sabores era única y deliciosa. Norm había hecho un excelente trabajo al equilibrar los ingredientes de ambos mundos.

-¿Y qué me vas a regalar?-Le pregunté a mi hermano, mientras partía un pedazo de pastel con mi tenedor. Algunos científicos me habían dado un regalo, así que aunque lo decía de broma, Miles hasta ahora no me había obsequiado nada.

-Creí que mi presencia ya era un gran regalo.-Dice mi hermano mientras disfruta de su rebanada de pastel.

-Estoy bromeando.

-No te creas, claro que voy a regalarte algo.

En ese momento, Norm entró a la cocina y anunció una cosa.-Oigan, chicos, como hoy es el cumpleaños de Lilet, ella no va a hacer nada hoy.

-Ojala cumplir años todos los días.

***

-

Los guerreros Omaticaya llegaron a la reserva después de un viaje agotador. Afortunadamente, el clima estuvo a su favor, y Tonowari les había proporcionado una buena ruta, así que lograron llegar en cuatro días.

Durante el trayecto, los días estuvieron llenos de largas jornadas de vuelo y breves descansos. Los guerreros apenas dormían, sus cuerpos estaban agotados por la constante tensión y el esfuerzo físico. La comida era escasa, y lo poco que llevaban lo compartían entre todos.

-¿Están bien?-Preguntó Neytiri a los guerreros al verlos descender de los Ikran, tenía su mirada llena de preocupación y alivio.

-Sí, estamos bien.-Respondió Jake, estirando los brazos para desentumecer los músculos tras el largo vuelo.

-Tenemos hambre, ma-Dice su hijo menor Lo'ak, tocándose el estómago con una expresión de agotamiento.

Neytiri sonrió, comprendiendo perfectamente el esfuerzo que habían hecho.-Vengan, les prepararemos algo de comida para ustedes.-Les hizo una señal para que la siguieran.

t e  v e o  >> Neteyam 🌑 AVATARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora