t e v e o >> Neteyam 🌑 AVATAR

c i n c o

Toda la noche soñé con ese lugar tan mágico que me llevó Neteyam. Si soy sincera, no tenía ganas de despertar; ese lugar me envolvía en una paz indescriptible. Era tan fascinante que faltarían fotografías para capturar esa esencia que me dejó sin palabras. Además, no quería despertar porque eso significaría ayudar en la base.

Pero no puedes evitar lo inevitable, así que después de levantarme y hacer lo habitual, me dirigí a plantar algunas semillas que trajeron los Avatar en una expedición reciente. No sabía qué estaba plantando; desconocía por completo si era una fruta o verdura, pero me encargaron esa tarea por mi clara preferencia a lo botánico. No me quejaba, pues era algo que me entretenía y me gustaba, pero lo que sí me desagradaba era estar debajo del ardiente sol de Pandora y, sumándole a eso, poner una especie de composta creada recientemente por mi raza.

El típico sombrerito que usan los agricultores no iba a protegerme del calor del sol; en realidad, no estaba segura de que tampoco de los rayos que este emitía, pues se trataba de un sombrero demasiado viejo que incluso tenía hoyos en la parte de atrás.

"Que horror, no puedo seguir haciendo esto". Pensé

-¡Hey! ¡Tómate un descanso!

Me gritaba Miles desde lo lejos, quien tenía la complicada y riesgosa tarea de limpiar el quiosco. Mi hermano era de esas personas que siempre tenían suerte y muy rara vez le asignaban tareas difíciles. Estaba tan cansada, sudada y enojada que deseaba que Miles se resbalara con el agua fresca con la que trapeaba el piso. Pero mis plegarias no fueron escuchadas ni por Eywa ni por nadie. Dejé lo que estaba haciendo y entré a la base gritando unas palabras para que alguien se ocupara de eso. Fui a mi habitación para bañarme; no pude evitarlo y no lo pensé ni un segundo.

***

-No volveré hacer algo como eso sí a Miles no le asignan algo igual o peor.

-¿Qué? ¿Ahora qué hice?

Estábamos en la hora de la comida, sentados junto a Norm, quien se reía por lo que le decía, pero yo no estaba jugando. Miles alzaba los brazos sorprendido por mi molesta petición.

-Hablo en serio Norm, ¿por qué tengo que quemarme en el sol mientras este niño "Na'vi" está en el privilegio de limpiar el quiosco que ni siquiera está sucio?

-¡Eres una chismosa!

-¡¿Qué!? ¡¿Entonces no estaba sucio!?-En realidad no sabía a ciencia cierta si el quiosco estaba sucio o no; solo lo dije porque lo suponía, pero Miles se delató solo e hizo enojarme aún más con él. Estaba a punto de jalarle de las rastas cuando Norm me agarró de los hombros.

-¡Tranquilos, chicos! ¡Por Dios, relájense!

-¡Díselo a ella!

Después de unos minutos de gritos e insultos intensos, Norm consiguió calmar mi ira contra mi hermano, quien me miraba como si hubiera visto lo peor de su vida. En cierto modo, era verdad, pues cuando Norm no estuviera cerca, él sabía que me aseguraría de hacerle la vida imposible a partir de este momento

-Norm, prométeme que le asignarás tareas más difíciles.

-¡Oye!

-Lo prometo, pero ya no amenaces a tu hermano, ¿oíste?

-Es un trato.-Dije estrechando su mano.