CAPÍTULO VII

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Víctor, como todos los días, se levantó temprano, se bañó y se vistió con ropa cómoda, listo para manejar al apartamento de Cristóbal y empezar el día como habían quedado el día anterior.

Por suerte, vivía muy cerca de donde Cristóbal se estaba hospedando, por lo que no tardó mucho en llegar, y extrañamente, aun siendo un martes por la mañana, el tráfico no fue un problema. Era un buen día.

Mientras, aunque Cristóbal estaba desparramado plácidamente sobre su cama ya despierto, tenía mucha pereza de levantarse. Suponía que Víctor estaba por llegar, por lo que puso todo su esfuerzo en ponerse de pie y dirigirse a la ducha, excepto que antes de dejar correr el agua su celular sonó.

-Hola, amor- Respondió Cristóbal. Era Isabel, su novia.

-¿Aún me recuerdas? Sorprendente, porque no me llamaste desde ayer- Reclamó la chica.

-Obvio que te recuerdo, amor, ¿qué dices?- Contestó Cristóbal. -Es solo que estaba muy cansado, pero te texteé, ¿acaso eso no cuenta?

La chica se quedó en silencio por un momento.

-Bueno, ya dejo de ser una tóxica que con vos no se puede, ¡te extraño tanto, amor!- Gritó y Cristóbal tuvo que alejar un poco el teléfono de su oreja.

-También te extraño. Volveré mañana e iré directo a por ti tan pronto como pueda.

-Te esperaré con ansias, bebé. ¿Pero cómo has estado?, ¿cómo te fue ayer en la presentación?- Preguntó curiosa.

-Me fue muy bien, todo salió bien, menos mal. ¿Estaba guapo?- Preguntó Cristóbal.

-¡Estabas guapísimo!- Respondió la chica.

Cristóbal estaba por decir algo más, cuando escuchó el timbre sonar.

¿Víctor?

-Amor, te tengo que colgar, quedé con Víctor para ir a entrenar y luego vemos qué hacemos, te estaré escribiendo, ¿sí?- Cristóbal dijo.

-Está bien, Cris. No te olvides de llamarme, cuídate mucho.

-Claro, lo haré. Te amo.

-También te amo- La chica le mandó un beso a lo que Cristóbal hizo lo mismo, despidiéndose rápidamente.

Caminó hacia la puerta casi corriendo y la abrió.

-¿Te he despertado?- Ahí estaba Víctor, sonriente y radiante. Notablemente recién bañado y perfectamente cambiado.

Pero desde el punto de vista de Víctor, las cosas eran diferentes. Cristóbal vestía un pantalón pijama, y en la parte superior estaba desnudo.

Literalmente se quedó sin aire.

-Buenos días, Víctor- Le sonrió Cristóbal, saludándole cariñosamente como siempre solía hacer. -Entra.

-Buenos días- Cantó el español adentrándose al espacio de Cristóbal.

-Siéntate- Indicó. -¿Cómo estás?, ¿quieres algo de desayunar?, ¿te pido algo?- Preguntó Cristóbal un poco apenado por no estar listo aun, aunque el lado bueno era que se alistaría en menos de cinco minutos.

Qué ventaja ser hombre, pensó.

Víctor se fijó en su cara, tenía los ojos levemente hinchados y su cabello despeinado, evidentemente estaba recién despertado.

-No, no, estoy bien. Descuida. Tomé mi batido esta mañana, me basta para entrenar- Contestó amablemente.

-¿Seguro?

-Seguro- Sonrió Víctor. -Creo que llegué muy temprano, ¿no? Pide algo para ti, yo te espero y no hay problema.

-No, tranquilo. Estás a la hora, pasa que el jet lag me estaba matando... eso y que soy un impuntual de mierda, discúlpame- Dijo Cristóbal. -Y bueno, yo no estoy acostumbrado a tomar desayuno, así que espérame, estoy en cinco minutos.

ViruZz vs. ShelaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora