Esa misma noche, un curioso Martín se escabulló dentro de la pieza de Cristóbal quien empacaba algo de ropa.
-¿Qué le pasó a Isa? Hace rato la vi salir re consternada a la pobre- Comentó el argentino deliberadamente, observando lo que hacía su amigo.
-Cortamos- Respondió seco.
-Así que por fin hablaste con ella- Cristóbal torció la boca en una mueca, inseguro. -Al fin, porque ya me tenía hasta las pelotas, se paseaba como Juan por su casa tod...- Martín se calló enseguida al recibir una muy mala mirada de su amigo. -Perdón.
Notó cómo Cristóbal simplemente suspiró siguiendo con su actividad.
-Entonces... ¿cómo te sientes al respecto?- Preguntó nuevamente, intentando apaciguar el ambiente.
Cortar nunca era fácil, y lo sabía muy bien.
-Como una putísima mierda- Cristóbal paró abruptamente lo que estaba haciendo, frustrado.
-¿Qué no era eso lo que querías, Shelao?- Estaba confundido.
-No, Martín... hay algo que va más allá de eso.
¿Era su idea o había escuchado un ligero quiebre en su voz?
-Amigo, ¿qué pasa?- Se acercó a él automáticamente para acariciar su espalda al notar cómo comenzaban a brotar lágrimas sin parar de los ojos de su amigo. -Tranquilo.
-No p-puedo...
-¿Pero qué demonios?, nada de lo que pasó fue tu culpa, Cristóbal, no tenes que sentirte así, ¿qué te dijo esa bruja de mierda? Es que cuando la vea...
-Estoy muy confundido. Jodidamente confundido- Soltó y Martín no entendía nada. Era la primera vez que veía así de mal a Cristóbal.
-¿Confundido sobre qué?- Alarmado, Martín tomó su rostro, notando sus espesas pestañas húmedas por las lágrimas. -Mirame, algo más te está jodiendo, ¿qué pasa?
Cristóbal negó reiterativamente.
Por qué mierda estaba actuando tan dramáticamente.
-N-nada- Se limpió las lágrimas bruscamente, enrojeciendo la zona. -Solo que creo que la voy a extrañar. Es todo.
No. Lo único que sentía era culpa y confusión.
-Anda a cagar con ese cuento. Te conozco- Martín rápidamente respondió.
-Olvídalo. Últimamente estoy más susceptible, con todo lo de La Velada...
-Lo sé, amigo. Yo vivo con vos y lo noto. Igual podes confiar en mí, sea lo que sea que hayas hecho o que te haya sucedido, estoy acá para vos, ¿bien?- Cristóbal asintió. -Pero no llores más, me jode verte así. Terminar una relación es difícil, pero cuando las cosas están tan jodidas, es necesario sacar a esa persona de nuestra vida y simplemente seguir, así que me parece perfecto que vos lo hayas hecho, no te sintas culpable. Te prometo que poco a poco las cosas mejorarán para vos, y nos tenes a todos, a mí, a ZZ, a Zeko, estamos todos para vos, amigo.
Cristóbal curvó su boca en una mediana sonrisa, y con ojos llorosos abrazó a Martín, quien seguía acariciando su espalda reconfortantemente. Agradecía estos gestos, porque los necesitaba desesperadamente.
-Martín, eres mi mejor amigo. Te amo, hermano. Gracias, gracias por todo- Cristóbal dijo en su oído, y Martín inevitablemente sintió sus ojos aguarse.
-Joder, Cristóbal, ¿no estarás pensando en suicidarte? Porque si es así te revivo a piñas y...
-No seas idiota- Lo interrumpió, sorbiendo.
-¿Entonces qué pasa? En serio me preocupas.
-Me voy a Tailandia- Soltó sin más Cristóbal.
-¿Que no lo habían cancelado?- Cuestionó extrañado el argentino.
-Ese fue Misho, pero yo no voy a cancelar el maldito viaje otra vez, y menos por algo como eso.
-Uh... si te soy honesto, parece ser una muy mala idea.
-¿Otra vez con eso?
-Shelao, literalmente, ¿qué mierda saben de boxeo en Tailandia?- Siguió Martín. -Pensalo fríamente, te estás dejando llevar por la urgencia de huir de tus problemas, ¿acaso crees que eso te hará sentir mejor?
En serio, ¿Cristóbal está tratando de escapar de sus problemas o realmente quiere aprender y mejorar en su boxeo?
-No estás haciendo las cosas bien. Tiene que haber un balance entre tu contenido y tu entrenamiento, y te estás enfocando demasiado en el contenido, Shelao. ViruZz no es un peleador cualquiera, y no es que desconfíe de tu potencial, sos muy bueno, el mejor de todos, pero pensalo bien y no te confies- Martín habló claramente a pesar de las circunstancias, porque eso es lo que hace un amigo, ¿no?
-B-bueno... es que no sé, Marto, sabes que siempre quise ir a Tailandia.
-Lo sé, Shela. Pero podes ir después, la Locomotora te lo dijo, enfócate, ella te vio muy disperso, recordalo- Insistió.
-No sé si es lo correcto, tal vez debería... -Cristóbal titubeó, mirando al suelo.
-¿Tal vez deberías qué? -Cuestionó Martín, sus ojos fijos en él.
-Quizás debería ir a España. Necesito ver a Víctor... quiero decir, con todo lo que involucra acostumbrarme cuanto antes a todos los cambios, ya sabes... -Dijo lo primero que salió de su boca. Martín se tensó.
-Era eso- Martín asintió comprendiéndolo todo. -¿Es eso lo que queres realmente? ¿Ver a ViruZz?- Preguntó esperando por una explicación, por alguna razón, pero Cristóbal miró hacia otro lado sin saber qué responder. -¿Te atrae ViruZz, verdad? No lo ves como a un amigo.
Cristóbal abrió sus ojos de golpe, tragando fuerte.
-No sé cómo... todo esto es tan... complicado- Fue lo único que pudo decir.
-Complicado es un eufemismo, amigo- Trató de sonreír Martín, pero el dolor en su interior se volvía insoportable. -No sé en qué momento... pero, si eso es lo que te hará feliz, ¿por qué no lo haces?
Martín intentó mantenerse firme, aunque su corazón se rompía con cada palabra. Si eso es lo que haría feliz a Cristóbal, entonces tendría que dejarlo ir, aun cuando significara renunciar a cualquier esperanza.
De todas formas, ¿cómo podía perder algo que nunca le perteneció?
Cristóbal sintió un alivio inexplicable al verbalizarlo. Tal vez, solo tal vez, el camino que eligiera podría ayudarle a descubrir quién era realmente. Pero mientras lo hacía, Martín solo podía observar cómo su propia esperanza se desvanecía en silencio.
Martín se puso de pie inmediatamente para evitar romperse y evidenciar lo patético que era su amor no correspondido, dejando a Cristóbal solo y confundido otra vez.
Estaba claro, todo lo que Martín sentía por Cristóbal, este lo sentía por alguien más.
