Cristóbal envió ese mensaje y pudo jurar que sintió mariposas en el estómago. En serio estaba sintiéndolas.
Sonrió guardando su teléfono en el bolsillo. Tenía que manejar inmediatamente hacia el gimnasio para grabar con una boxeadora muy famosa de Argentina con la que había planeado hacer un vlog, y joder que estaba emocionado.
Mientras buscaba las llaves de su auto, su novia se hizo presente.
¿En qué momento llegó? Se preguntó mentalmente.
Claro, es que se la pasaba todo el tiempo en la casa.
-¿Por qué estás así? Últimamente siempre estás de malas, pero te veo sonreír como un pelotudo al teléfono. ¿Con quién mierda hablabas?- Cuestionó ella con voz furiosa.
Ella sabía que Cristóbal últimamente estaba muy susceptible. Se hartaba fácilmente de todo, y no entendía el porqué, él solía ser una persona muy paciente y eso fue una de las cosas por las cuales se enamoró de él, su tranquilidad.
Cristóbal la miró y pensó que solo le faltaba una nube oscura sobre su cabeza.
-¿Otra vez?- Cristóbal dijo cansado. -Ahora no tengo tiempo para esto, ¿quieres hablar? Listo, hablamos cuando vuelva.
Simplemente no estaba siendo el mismo de siempre y ella solo quería respuestas, no es que Cristóbal fuera la persona más detallista del mundo, pero ahora sí se estaba yendo todo a la mierda. ¿Es que ya no la deseaba como antes?
Cristóbal pasó por su lado, saliendo de la habitación.
Y así es como la felicidad era momentánea en su vida, pero no dejaría que eso afectara en sus labores.
Los problemas se quedan en casa, pensó mientras manejaba.
Al llegar al lugar, sintió mucha emoción de conocer a la famosa mujer que amablemente había aceptado su invitación.
Era nada más y nada menos que una de las campeonas mundiales de boxeo.
Cristóbal los saludó a ella y a su equipo, emocionado.
-Es un gusto compartir contigo, ¿cómo prefieres que te llamen? ¿Alejandra o Locomotora?- Preguntó él no muy seguro de cómo referirse a ella.
-Vos llamame Ale o Alejandra, tienes mi permiso- Ella contestó sonriente.
-Listo, Alejandra, ¿lista para grabar?
-Nací lista- Respondió eufórica.
Al parecer era parte de su personalidad ser tan alegre.
Nico comenzó a grabar.
-Qué onda, cabros. El día de hoy me encuentro con una de las campeonas mundiales de boxeo, ¡Alejandra Oliveras, más conocida como La Locomotora!- Cristóbal comenzó, dirigiéndose a su audiencia. -Ale, bienvenida, gracias por estar aquí.
-Hola, chicos- Ella dijo enérgica. -Gracias a vos por invitarme, Shelao. Es un gusto estar acá.
Apartir de ese momento, estuvieron entre calentamiento, entrenamiento y bromas por un largo rato, en donde la ex-boxeadora aprovechaba para ayudarle y corregirle ciertos movimientos o darle tips, hasta que llegó el momento de despedirse.
-Según lo que he visto, te tengo fe, Shelao- Ella dijo sincera. -¿Cuántos años tenes?
-Treinta y cuatro- Respondió.
-Perfecto. Yo peleé hasta los cuarenta y uno siendo campeona del mundo. Me retiré porque quise, hice distintas cosas. Pero tengo el orgullo de decir que re-cagué a palo a la que me pusieran enfrente. -Ella dijo orgullosa. -Pero te felicito. Eso sí, si vas a pelear, tomatelo en serio- Aconsejó y Cristóbal asintió.
