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Mientras veían la película, Anahí y Alfonso se miraban de reojo, en ningún minuto estuvieron tranquilos. Anahí estaba más pendiente de Alfonso que de la película y al igual él, estaba más pendiente de mirar a ratos a Anahí. Al terminar la función ninguno de los dos había entendido la trama, ni el desenlace de la película. En silencio caminaron hasta la puerta del cine, Anahí sentía un hormigueo en el estómago que no se explicaba, ni siquiera con Kuno lo había sentido, y Alfonso quería estar todo el tiempo mirándola, pero intentaba disimular. Durante el rato que estuvieron en silencio caminando hasta la puerta del cine, Alfonso pensó en alguna excusa para estar más tiempo cerca de ella, pero en ese momento tenía una revolución interna muy fuerte como para pensar con claridad.

- Alfonso: Todavía es temprano ¿No te parece?
- Anahí: Yo creo,
- Alfonso: Y…
La miró sin saber si continuar o no, ella estaba con los brazos cruzados mirando al suelo como esperando despedirse,
- Alfonso: … ¿Qué tienes que hacer ahora?
- Anahí: Lo de siempre, trabajar,
- Alfonso: Bueno, pero eso es por la noche,
- Anahí: Supongo que sí,

Alfonso hizo una mueca con la boca al ver la aparente tranquilidad de ella,

- Alfonso: Y… ¿Me aceptarías ahora un jugo?
- Anahí: Un jugo no… Pero si un café,

Le sonrió, y Alfonso suspiró aliviado. No sabía por qué sentía la necesidad de protegerla, apenas la conocía, pero lo poco que había visto hasta el momento de ella le encantaba y quería conocerla para saber que había detrás de esa máscara de mujer fuerte que se había puesto, porque estaba seguro que era igual o más frágil que cualquier mujer.

Ella quería sentirse querida, pero estaba segura que Alfonso era la persona menos indicada para buscar el afecto que necesitaba, aunque ya no sabía que tanto podía hacer para evitar sentir hacia él lo que creía que no debía.

Llegaron a una cafetería ubicada en el centro de la ciudad, al entrar Alfonso le corrió la silla a Anahí para que se sentara, él tampoco la ayudaba para que dejara de tener sentimientos espaciales hacia él. Alfonso se sentó frente a ella y ambos se miraron, la película ya había quedado en el olvido para ambos. Alfonso pidió un jugo de manzana y Anahí un café. Durante varios minutos la conversación estuvo más enfocada a la vida de Alfonso y él se percató que no estaba cumpliendo su objetivo, ella ya sabía su edad, lo que estudiaba, que era hijo único y otras cosas sin mucha importancia, como el tipo de música que escuchaba, su libro favorito, etc. en cambio ella seguía siendo un misterio para él,

- Alfonso: Imagino que te estoy aburriendo,

Intuía que no era así, al menos no se notaba aburrida y le seguía la conversación a la perfección, tenían varios libros en común que habían leído, de los cuales ya habían conversado un poco, pero él quería conocer más allá,

- Alfonso: ¿Por qué no me cuentas algo de ti?
- Anahí: Porque no hay mucho que contar,
- Alfonso: ¿Cómo no va a haber nada que contar?
- Anahí: No es que no haya nada,
Se comió un poco de torta aparte que había pedido,
- Anahí: Digamos que no hay nada interesante,
- Alfonso: ¿Por qué no me hablas de tu familia, o si tienes hermanos?
- Anahí: Mi familia…
Suspiró,
- Anahí: … A mi papá no lo conozco, cuando supo que mi mamá estaba embarazada arrancó como todo hombre cobarde, y mi mamá…
Sonrió al recordarla,
- Anahí: … Mi mamá era la persona más maravillosa… Pero se fue,
- Alfonso: ¿A dónde se fue?
- Anahí: Murió,

Se le llenaron los ojos de lágrimas, pero logró contenerlas, Alfonso por inercia puso su mano sobre la mano de ella,

- Alfonso: Lo siento, no quise…
- Anahí: No te preocupes, está bien,
Respiró hondo y recién ahí se percató que Alfonso le estaba tocando la mano, aunque él aún no se daba cuenta, sacó su mano de la mesa y se rascó la frente,
- Anahí: Desde ahí bailo y trabajo en donde tú ya sabes,

sirena Donde viven las historias. Descúbrelo ahora