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Anahí se sintió ofendida, podía ser muchas cosas, pero no una ladrona,

- Anahí: ¿Qué? ¿Cómo se te ocurre?
- Ninel: Perdón, pero… Caras vemos, corazones no sabemos,
- Anahí: Me conoces hace bastante tiempo y sabes que no tengo ese tipo de costumbre,
- Ninel: ¿Entontes qué hace esto aquí?
- Anahí: Pensaba devolverla,
- Ninel: Pero no la has devuelto ¿Qué estabas esperando?
- Anahí: No tenía como localizar a…
- Ninel: Y no te preocupes,
La miró con desconfianza,
- Ninel: Yo misma voy a intentar localizarlo,

Salió de la habitación con la billetera en sus manos.

Anahí se quedó adentro con un nudo en la garganta que cada vez crecía más, pero no se dio el lujo de llorar, estaba acostumbrada a aguantar. Decidió sacarse la bata y sacar del closet un pijama de short y camiseta para ponerse, se sentó frente al espejo que tenía en su cuarto y con la misma toalla se comenzó a secar el cabello.

Ninel llegó abajo y lo primero que vio fue a Alfonso mirando a todas partes, todo estaba desocupado y no veía a nadie que lo pudiera atender. Ninel se acercó a él,

- Ninel: Hola ¿Tú eres Alfonso, verdad?
- Alfonso: Sí, estoy buscando a…
- Ninel: ¿Esto?

Le mostró la billetera y Alfonso suspiró aliviado, Ninel se la entregó y él se la guardó inmediatamente,

- Alfonso: Gracias,

Comenzó a buscar a Anahí con la vista, pero lo único que vio fue a dos chicas de limpieza que estaban haciendo el aseo,

- Alfonso: ¿Por casualidad está… Sirena?

Ninel lo miró extrañada,

- Ninel: ¿Y para qué quieres verla?
- Alfonso: Me gustaría darle las gracias, fue ella la que le avisó a mi amigo que se me había quedado esto,
- Ninel: ¿Entonces de verdad te avisó?
- Alfonso: Sí ¿Por qué?

Ninel suspiró,

- Ninel: Creo que confundí las cosas, pensé que te la había sacado y… Bueno, después le daré una disculpa,
- Alfonso: ¿Y está ella?
- Ninel: Sí, pero no creo que quiera venir… Es que discutimos, pero sígueme,

Comenzó a caminar y Alfonso la siguió. Después de subir al segundo piso y pasar por un pasillo llegaron a una puerta,

- Ninel: Ese es su cuarto,

Golpeó y se retiró, Alfonso se quedó frente a la puerta y segundos más tarde apareció Anahí con su pijama con ositos con globos de corazones y su cara completamente limpia, sin una gota de maquillaje, para sus amigas no era raro verla así, durante el día no acostumbraba a usar maquillaje, pero él se quedó impresionado al ver la diferencia entre la Sirena de la noche anterior y esa, la que tenía frente a él en ese momento, le pareció encantadora,

- Anahí: ¿Supongo que vienes por tu billetera?
- Alfonso: Sí, Christian me dijo que le avisaste que se me había quedado aquí,
- Anahí: Que bueno, pero ya no la tengo yo, pídesela a Ninel,
- Alfonso: Sí, me la acaba de entregar,
- Anahí: Ah, bueno, chao,

Iba a cerrar la puerta, pero Alfonso se adelantó y la trancó con el pie, Anahí volvió a abrir la puerta y él dio un paso, ella lo miró,

- Anahí: ¿Qué te pasa?
- Alfonso: Te quería dar las gracias, tú fuiste la que me la guardó,
- Anahí: Ah,
Suspiró,
- Anahí: Yo creo que ya deberías irte, no se te vaya a quedar otra cosa y después se me olvide regresártela,

Lo único que se le podía quedar era el corazón, aunque él aun no lo supiera,

- Alfonso: Bueno, yo sólo quería darte las gracias y…
Se quedó callado y Anahí arqueó una ceja,
- Alfonso: … Y preguntarte si quieres… Tomarte un helado conmigo,
- Anahí: No tomo helados,
- Alfonso: ¿Un jugo? Yo te invito, tómalo como recompensa por haberme devuelto la billetera,

sirena Donde viven las historias. Descúbrelo ahora