-06: ғᴜᴇɢᴏ ʏ ᴍᴀɢɪᴀ
EL SONIDO DE UN CRISTAL ROMPIENDOSE HACE ECO EN LA HABITACIÓN pues Naerys rompe el espejo frente a ella en un momento de desespero y frustración, ya lleva meses en aquella torre y conoció a cada una de sus hermanas pero ella aún no podía hacer magia, no podía levitar una maldita roquita.
¿Qué es lo que esperaba? ¿Ser especial? ¿Ser valorada? Esas son cosas imposibles para Naerys, nadie la amaba, nadie la ayudaba, nadie la comprendía ya no sabía que hacer para que su magia funcione.
Decidió salir a caminar por la playa para pensar con claridad su presente, mientras caminaba cada que las olas rompían y el agua llegaba a la arena la niña se alejaba rápidamente. Desde el intento de asesinato de su madre hacia ella, la pelinegra empezó a temerle enormemente al agua, incluso temblaba cuando bebía agua en una copa, su temor es tal que sólo se baña si el agua no sobrepasa su cintura.
En su caminar se encuentra cara a cata con el dragón Nyxal, quien al notar a alguien en frente de él abre sus ojos y observa a la pequeña niña.
—¿Te perdiste, niña? —pregunta una voz ronca y capaz de hacer erizar la piel al guerrero más valiente.
—No me perdí —responde sorprendiendo al dragón pues este no podía creer que un humano lo entienda.
—¿Me puedes entender? ¿Como? —pregunto el dragón.
—Te escucho... aquí —apunta a su cabeza.
Ahí el dragón lo entendió todo, esta niña frente a él es solo una pequeña bruja que tiene sangre Targaryen en sus venas, pero eso le importa una mierda al dragón.
—¿Vienes a intentar reclamarme como dicta la tradición de tu familia? —pregunta sarcástico el dragón.
—No... te veo muy feliz siendo libre —responde la niña— ¿conoces a mi familia?
—En el pasado me he cruzado con Targaryen's que han tratado de reclamarme, por eso vine a esta isla, para estar en paz —explicó el dragón— ¿Acaso tu no quieres un dragón?
—Reclamar suena muy feo para mi... yo pienso que un dragón es un ser vivo capaz de hacer elecciones propias, si tu no quieres un jinete estas en tu derecho de negarte, al fin y al cabo yo solo tengo brazos tu tienes fuego —explicó muy madura la niña.
Nyxal sonrei y se acomodo de una forma donde la niña pueda montarlo, dejando sorprendida a Naerys.
—Súbete, te llevare a pasear —dice tranquilo el dragón.
La niña insegura se subió al lomo del dragón y este no tardó ni un segundo en alzar sus alas y tomar altura, Naerys asustada e impresionada se sujeto muy fuertemente de los cuernos del dragón, mientras este maniobrava y giraba en los cielos.
Sentir el aire en su rostros, sentir sus piernas entumecidas, sus manos aferradas, el cielo hermoso y brillante, todo era una ilusión para Naerys quien aún no creía que estaba volando y montando a un dragón, cuando este desendio hacia la playa y aterrizó, dejó bajar a Naerys quien aún estaba en un estado de impresión y shock.
—Eso fue... —balbuceo la niña— gracias —agradeció con una sonrisa.
—No hay de que —respondió el dragón.
La joven princesa empezó a caminar hacia la torre nuevamente mientras aún pensaba en lo genial y fantástico que se sintió volar pero se detuvo al oír la voz del dragón nuevamente.
—Oye, niña... Mira a tu alrededor —le dijo el dragón con un poco de orgullo.
Naerys mira hacia su alrededor encontrándose con la playa llena de flores silvestres y pasto, tan hermoso y tan nuevo, pero noto otra cosa, ella estaba en el centro de todo. ¿Ella hizo eso?
—Pasas mucho tiempo pensando el cómo, que olvidas que tu magia está conectada a tus emociones —explicó el dragón— piensa menos, siente más, pero no te olvides de ser precavida —advierte el dragón.
—¿Precavida por qué? —pregunta la niña.
—Eres la primera que veo con un nivel tan avanzado en magia a tan corta edad —responde el dragón— tratarán de utilizarte por ello
🐉
Esa noche Naerys no pudo dormir solo pensaba en lo que el dragón le dijo y en todos los sucesos del día. Decidida se levanta de su cama y camina hasta la cueva donde son sus lecciones. La cueva es como una cueva normal, solo que tiene un pequeño estanque muy profundo y muy engañoso, pero lo más importante impregnado de magia que hace al agua brillar, todo se debe a que las brujas traidoras o las incapaces para ejercer magia son "transformadas" y lanzaras al agua del estanque. Es un destino peor que la muerte.
Al llegar al estanque, Naerys decide tratar de hacer su magia pero nada pasa, frustrada, triste, agotada, enojada, todas esas emociones la llevan al limite, por lo que con un grito frustrado alza su mano y pequeñas gotas de agua del estanque se elevan y se vuelven agujas tan filosas que con un roce te matarían, las lanzó contra la pared más cercana incrustando las agujas de agua, al voltear se encuentra con Lady Kasia quien la observaba en silencio.
—Bien hecho —dijo con una sonrisa casi invisible— ya estas lista para la siguiente lección —dijo en calma y se fue dejando a una Naerys feliz y orgullosa de sí misma.
Al volver a su habitación se sintió tan alegre y calmada como nunca antes, antes de llegar a la cama observo el calendario y noto que mañana sería el onomástico de Aemond. Sabía que era arriesgado y que estaba prohibido pero ella quería que él no se sienta tan solo y tan mal, así que decidió escribir una pequeña carta y regalarle un Zafiro, se acercó a la ventana donde estaba su águila mensajera, ato la pequeña carta y la caja a la pata del ave luego dejó ir al ave que voló un largo camino hasta llegar a la ventana de Aemond quien esa mañana estaba pensando solo en su sobrina.
Armond tomó la carta y la caja, dejando la caja a un lado y leyendo la carta, extrañado de que alguien le escriba.
"El morado es mi color, el verde no es opción, el azul te va mejor.
Feliz onomástico."Al abrir la caja se encontró con un zafiro hermoso, tan brillante que a la luz del Sol cegaba, así que fue corriendo hasta la habitación del maestre y le ordenó a este que le ponga el zafiro en su cuenca vacía. Aemond no sabía quién le regalo el zafiro o quien le mando la carta pero agradecía eso y algo le decía que no venia de un enemigo.
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𝘋eath in the family 𝐴𝑒𝑚𝑜𝑛𝑑 𝑇𝑎𝑟𝑔𝑎𝑟𝑦𝑒𝑛
Fiksi Penggemar"𝑬𝒔𝒂 𝒆𝒔 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒑𝒆𝒏𝒊𝒕𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂, 𝒍𝒂 𝒔𝒐𝒎𝒃𝒓𝒔 𝒅𝒆 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒂𝒎𝒐𝒓, 𝒅𝒊𝒇𝒊𝒄𝒊𝒍 𝒐𝒍𝒗𝒊𝒅𝒂𝒓, 𝒅𝒊𝒇𝒊𝒄𝒊𝒍 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒐𝒏𝒂𝒓, 𝒂𝒕𝒂𝒅𝒐𝒔 𝒂 𝒍𝒂 𝒍𝒆𝒂𝒍𝒕𝒂𝒅, 𝒍𝒂𝒔 𝒎𝒂𝒔𝒄𝒂𝒓𝒂𝒔 𝒔𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒕𝒂𝒓𝒂𝒏, 𝒂...