ESCUCHA

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Escucha.

El sonido es como una ventana, algo que te muestra los sentimientos y la emoción de una personalidad oculta, algo que no se puede a ver a simple vista.

Las ondas de sonido viajan por el aire como lo hace la luz: ¿Una fuerza fundamental? No, tan solo la consecuencia de un hecho físico dentro de un sistema. Tal cual el cauce de los ríos que provoca la emoción instintiva en animales, el sonido de las cuerdas evoca sentimientos a través de su melodía, dentro de todo, una nota no es nada si otra más no la acompaña.

Cuándo recién aprendí la belleza del arte, desde la pintura, la poesía y por supuesto la música, comencé a entender lo hermoso de la humanidad.

Tocar para sentir, sentir para tocar, dos enfoques que se complementan de una manera magnífica cuando dos corrientes opuestas se atraen. Si, supongo que por razones como esas, conocí a quien se transformó en mi otro ser.

Tal cual el Re y el Mi son fundamentales para la estructura de escala dentro de una melodía. Una voz que no es escuchada carece de un propósito más allá del individuo real.

Si, todo comenzó así.

En un salón a media tarde, cuando todos se hallaban en clase y, yo practicaba, nos encontramos por primera vez. Él era uno de esos chicos con mala fama, demasiado extrovertido como para odiarlo pero con una negativa a la autoridad, siempre moviéndose bajo sus reglas.

Traumerei de Robert Schumann, mi pieza favorita y la primera que aprendí a tocar por mi cuenta.

Su tonta voz, la misma que hoy me apoya desde el más alto de los falcos, es lo primero que viene a mi mente cuando la escucho.

—Pareces, aburrida...

Esa voz aún resuena en mis oídos bajo la melodía del piano.

Por aquel entonces, había olvidó lo que significaba esa pieza para mí, era el fruto de un trabajo bien hecho pero su melodía era tan común en mis oídos. Haberla practicado una y mil veces, cuando menos me di cuenta, perdió su encanto.

Es la maldición de la deshumanización humana, por muy contradictorio que suene, la perfección es lo que arruina lo bello.

Quizá nuestro encuentro estaba destinado a ocurrir, como niños que juegan sin conocerse en el parque, nosotros comenzamos a hablar todos los días en aquel salón. Len me enseñó que había algo más allá afuera, no solo notas y sonidos, yo le enseñé sobre música despertando un poco de su mente creativa.

Aprendí que su pasión residía en el conocimiento, a pesar de sus malas notas, me pareció increíble lo inteligente que es. Nos complementamos y cuando menos me di cuenta, encontré un compañero en mis más solitarios días de práctica.

Desde la mañana hasta la tarde

Nunca llegué a imaginar que el amor era más que un sueño, algo más que fantasía Disney. Si, hoy al mover mis manos sobre el piano, pasando de Re a Mi entre sonidos armoniosos, encuentro mis recuerdos más lindos bailando al son en mi mente.

Ese primer beso, nuestra excursión a Francia, la pelea entre la Manji y los Ningen. Días de secundaria que hoy parecen tan lejanos, un amor adolescente evolucionado a través de la vida, germinando en una relación que puso un anillo en nuestros dedos.

Fue un mensaje del pasado al futuro lanzado a los cielos.

Finalmente cierro la melodía con una última nota.

Disfruto del silencio antes de los aplausos y mi primer gesto, es cruzar una mirada con Len, el me observa con un rostro amable, tan impredecible como siempre. Tan solo espero que haya hecho esa reservación.

Rio traviesa en mi mente, puede que haya preparado algo incluso mejor.

Mensaje a los cielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora