Solo Una Generación de Distancia || Severus Snape x Neville Longbotton

||Capítulo 2°||

Neville sentía la tensión creciente entre clase y clase de las próximas semanas. Los chismes corrían por los pasillos como pólvora en una guerra.  Con boca y boca las palabras fueron cambiando. El susurro que escuchabas si bien no era el mas confiable, vendía, y nadie podía separar el oído de las paredes cuando Hogwarts estaba así.
Entre murmullo y murmullo se escuchaba los rumores de que Severus, el profesor mas frío y despiadado, había tenido el descaro de tratar mal a alguien de primero de Hufflepluff.

No era una novedad que el profesor trataba con incluso asco a sus alumnos. Todos y cada uno de las personas que habían siquiera tocado el colegio eran consientes de que era una conducta normal en él. Pero el chisme siempre era bienvenido en los oídos errantes.

Severus caminaba a su paso dramático habitual, simplemente demasiado harto de los chismes que vagaban. No por que sean especialmente sobre él, sino de que siquiera existieran los chismes en lo absoluto. 
En la caminata, si bien mejor dicho huida, se chocó, como siempre, al pequeño y mísero Neville Longbottom. 

Por Merlín, odiaba su suerte. No podía soportar la idea de ver esos ojos ablandarse. 
Pero simplemente no pudo evitarlo.

―Perdone profesor... ―Murmuró el niño, tan distraído como de costumbre. Él había estado tan cerca de poder escapar por un momento de la ebullición del chisme entre sus compañeros, en especial por haberlo iniciado. 

Severus ansiaba con desesperación poder gritarle a ese niño como a todos los demás sin ningún tipo de remordimiento. Algo muy profundo de su mente le repetía una y otra vez en un susurro; "No es Lily, contrólate". 
Quería arremeter contra el niño de la misma manera que lo había hecho con el niño de Hufflepluff. Quería simplemente enojarse, quejarse, mandarlo todo a la mierda. 

Pero esos ojitos lo ataron al suelo. Antes de poder siquiera evitarlo de su boca salieron las palabras:― Esta bien Longbottom, pero que no vuelva a pasar. Que no se repita. ―Eran las mismas palabras pronunciadas solo horas antes... y por ende incumpliendo su promesa de no ser tan amable. 

Si bien, no tuvo mas de media hora solo con sus pensamientos sin que comenzaran a atormentarlo. Por idiota también de todos modos. 
Tomó aire nuevamente, queriendo estar listo para tener que amenazar a sus estudiantes mas que de costumbre para evitar preguntas de cualquier tipo. 

Pero su amabilidad hacía el niño que poco a poco iba creciendo en estas dos largas semanas que llevaban los de primero año en Hogwarts le dio un golpe bajo en cuanto volvió al establecimiento. 

Todos, y cuando mencionó que TODOS vieron eso no exageró en lo absoluto. Esa pequeña muestra de compasión lleno los pasillos de nuevo y jugoso chisme. 

Cada uno de los adolescentes parecían hambrientos luego de un verano sin ni una sola palabra en contra de alguien.

Se había corrido el rumor de que Snape, el único profesor temido de Hogwarts, tenía un favorito del cual se desconocía el nombre. Pero del cual todos querían saber. 

Apenas un miserable día había pasado desde que se esparció el rumor de que era un descarado incluso con los de 1ero, y ahora se disparaba en boca y boca que tenía un favorito.

Y ese rumor en particular no tardó en que llegue a los oídos de Neville. No sabía sinceramente que pensar, no después de que el supiera que era su persona de quien el chisme se trataba. Dioses, quería evitar a todo costa ser el centro de atención de ojos no deseados. De miradas que no eran de gente cercana. 
Con la cabeza baja, vamos a llamar las cosas por su nombre, fue moviéndose por los pasillos. 

Él era torpe por decir mucho menos, pero no era idiota, nunca lo había sido. Ya había captado como funcionaban los vocales en ese colegio. Quien tenía el mando y quien no. Y no cabe mencionar que el sabía en que posición estaba. 

Y estaba prácticamente escrito en rojo en todos los ojos de aquellos interesados que no iban a tardar en lo absoluto en descubrir quien era aquel protagonista de la nueva pólvora. 

Él escapó hacia su primera clase de ese día, tratando de mantenerse recto. Era imposible desde su punto de vista que descubran que es él de quien trataba aquel rumor. 
Que pena, estaba demasiado equivocado. 

Neville se fue calmando poco a poco, dejando su paranoia de lado. Aunque sea lo único que lo hubiera salvado en ese sentido. 
El niño corrió a su siguiente clase nuevamente pero el profesor se encontraba ausente en el salón, así que solo estaban los estudiantes charlando entre ellos. Neville, al no tener nadie cercano con quien hablar acostó la cabeza en el banco mientras tomaba asiento. Y tanto como los guionistas de su vida lo usaban como juguete favorito, cayó dormido. 

Lo próximo que supo fue del profesor que se había topado a penas unas horas antes estaba sacudiéndole el hombro con casi brusquedad. 
Casi. 

Se despertó de a poco, pero en cuanto su vista se aclaró se sentó derecho de inmediato también pudiendo sentir la tensión que se podía cortar en aula.  Tragó seco y el profesor le dedico solo una mirada despectiva pero no menciono nada al respecto. 
El adulto mayor sentó en su escritorio, iniciando su clase así. 

Un nuevo alumno volvió a caer dormido a la mitad de esta, ante el aburrimiento y cansancio. 
Simplemente atontado por el sueño que emanaba del cuerpo del estudiante al azar.

Severus Snape, ya harto con todas las letras de tener que siquiera soportar el hecho de que se corrieran rumores sobre él y el único alumno que al menos soportaba se acercó al escritorio de aquel niño y dejó caer el libro justo frente su cara, haciendo que el pobre se enderezara bruscamente por el estruendo. 

―Pensé haber dicho que en mi clase espero total atención de los que no son mi casa. ―Repitió el profesor sus palabras de semanas antes. ―10 puntos menos para Hufflepluff. 

Todos guardaron silencio de inmediato. No por respeto, no por obediencia, no por miedo. Si no por el favoritismo que goteo de la situación. 
Todos y cada uno de los ojos se posaron sobre la espalda del niño de Gryffindor. Cosa que él sintió de inmediato. 

Comenzó a golpear la mesa con los dedos de manera más ansiosa de lo que esperaba. Repiqueteando una y otra vez contra la mesa.  
En cuanto el timbre sonó, el huyó con todo el significado de la palabra de ese salón. Si bien caminando para no llamar antencion no deseada. 

Pudo sentir el movimiento entre los alumnos de manera casi alarmante. 
Y el, con su poca experiencia y perdido en los pasillos, termino siendo el blanco de todas y cada una de las miradas.

☆———————☆———————☆

Hola! Espero que les guste el capitulo de esta semana, esta vez, fue escrito por nuestra querida dictadora, T-rex! Nos vemos el próximo domingo!

Palabras: 1136

Sigan a esta hermosa cuenta por las redes, intentamos subir contenido semanal!