||Capítulo 15°||

151 18 6
                                    

Neville estaba casi temblando. 

Siempre le costaba a hablar, siempre había sido una debilidad. 
El tartamudeo siempre lo atacaba desde que era incluso más pequeño de lo que era. Siempre era algo que lo perseguía.  

Y en ese momento no era la ecepcion.
No iba a llorar. No podía permitirselo, así que solo se puso regido. Tratando de manterse firme pese a que su lengua se trababa en su boca. 

Severus pasó un dedo por la mejilla de Neville, justo debajo de la herida. Podía ver como justo al lado de la lastimadura estaba un poco rojo, como si hubiera optado por rascarse pero se hubiera retenido a si mismo. Esas pequeñas manías del niño de lastimarse nunca se le pasaron por alto. 
De las pocas veces que sus ojos se habían atrevido a desviar la mirada hacia la piel del niño durante sus clases particulares de Posiciones pudo notar esas pequeñas rayas en su piel más clara que el resto de su cuerpo. También lo hacía en clase, rascarse constantemente todo lo desigual de su piel era un problema que el profesor podía deducir que hacía mucho.
Solo para que tiempo después descubras todas las cicatrices serias que tenía en sus brazos de los cigarros de la anciana.

Estuvo tentado a hacer presión, a ver como la pequeña gota de sangre saldría de su mejilla si apretaba lo suficiente. 
Después de todo las heridas abiertas siempre eran recuerdos del pasado de alguien. Eran puertas al alma de las personas. A lo que había más allá de su piel. 
Pero no lo hizo, Snape podría ser cruel, pero aún nesecitaba esos ojos amables mirándolo a él. 
Aún tenía que tener esa mirada lúcida en el rostro del niño. 

—Sabes que soy torpe, maestro. —Sus palabras eran casi tan pezadas como mancuernas para Neville. 

No podía culpar a su abuela pese de todo lo que hizo con los años. 
¿Como podía ser capaz de hacer algo así cuando fue la única de su familia que se molestó en cargar el peso que era tener un niño tan unitel como él?

Severus hizo una mueca de molestia por decir menos. 
¿Por que este niño era tan terco con el daño que le infligian? 
¿Se quedaría callado sin importar el daño que recibió? 
¿Solamente intentaría soportar lo más que pudiera para mantenerse junto a alguien? 

—Se supone que los leones no se encarcelan así mismos — La voz del profesor era fría al punto de que el niño sentía que podría congelarse si seguía así de cerca—. Son animales de circo algunos, claro. Pero algunos son muy cara bonita para que sean tratados así por ese tipo de domadores. 

Snape ablandó su agarre cuando notó que el niño se intentaba mover de su mano, cosa que dejo de hacer en cuanto sintio la nueva gentileza en el agarre. 
El profesor era consciente de los métodos para tener una pequeña alma como la suya en su mano. 

Odiaba el método de la abuela del niño, la manera en la que usaba el miedo y el dolor como activador para el respeto. 
Estaba de acuerdo con el terror, claro que sí. 
Pero la agresión, no. Eso era algo que se usaba cuando la víctima dudaba. 

Pero en ese momento era su momento de brillar en tanto acercarse a ese niño que tan cohibido lo tenía. 
Si blando tenía que ser para que el chico se relajará, blando sería. 

 La mandíbula de Neville se relajó en ese momento. 
No lograba entender la magnitud del odio que tenían sus compañeros al profesor. 
El niño estaba aterrado, claro. Pero era incapaz de odiarlo. 
Después de todo, solo la amabilidad de Charlie no era suficiente. 

—Y-yo... prometo que no volveré de Navidad con heridas nuevas. —La voz era tan débil que el profesor estaba concentrado para entender cada una de las palabras que salían de la boca del pequeño. 

Muy bien. Ya comenzaba a tener un nuevo animal para su circo personal. 
Y se estaba volviendo a su favorito demasiado rápido para su gusto. 

LLorar no era una opción para el niño, él era consciente de ello. 
Pero ver a su profesor aun sosteniendo su mandibula pero con su pulgar acariciando su herida le apretaba el corazón. 
Finalmente a alguien le importaba. 
Finalmente alguien preguntaba por su bienestar. 
Finalmente parecía que tenía a alguien del cual apegarse.  

Severus incapaz de resistir rascó la herida hasta que una pequeña gota de sangre cayó por el rostro del menor. Odiaba la idea, pero disfrutó ver el rastro de color que dejo el líquido en la cara del niño. 
Era simplemente bello como un pequeño pedazo de dolor podía hacer a las personas tener una impresión ditinta de alguien. 
Era simplemente magnífico ver los sentimientos reflejados en los ojos amables por algo que él provocó. 
Causar angustia era algo que veía diario, pero ven aquella confusión en aquella mirada, o incluso aceptación era algo que lo reconfortaba.

La pequeña gota tan redonda y perfecta resbalandose por su mejilla como las lágrimas que el niño retenía. 

Las lagrimas que siempre lo atormentarían, por que los niños buenos no llorán, por que los Longbottom no demuestran dolor. 
Era un legado que tenía que mantener. Tanto como por su nombre como por el de sus padres.

 La gota de sangre fue la única cosa que su rostro derramó. 
Una pequeña mueca —que si la herida hubiera sido sacada con mas rudeza hubiera terminado en un gemido de dolor— se pintó en sus labios. 
Snape no tenía ninguna curiosidad por ellos en ese momento. 
Era un profesor, no un monstruo. 
No aun al menos. 

Si bien la pequeña intriga comenzaba a crecer dentro de él. 
Quizás si hubiera encontrado un remplazo de lo que alguna vez fue su amada. 
Quizás finalmente podría disfrutar de la mirada de esos ojos amables fijamente en él.
Quizás su período de condena había terminado y podría tener al menos ese pedazo de aquella mujer que le robó el corazón. 

Aunque fuera solamente el recuerdo de lo que alguna vez fue. 

《 °☆———— ☆ ————☆°》

T-Rex: RESUCITE, HE AQUÍ DE NUEVO. Well, les traigo nuevo cap, sufran pequeñas mierdas con los traumas del nene. 
China me estuvo recagando a pedos todo el cap poco más por maltratarlo tanto, por detalles. 

Solo Una Generación de Distancia || Severus Snape x Neville LongbottonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora