Solo Una Generación de Distancia || Severus Snape x Neville Longbotton

||Capitulo 6°||

Una tarde, luego de una largo horario laboral, Snape estaba paseando por los pasillos. Ignorando a cualquier alumno que pasase por allí, se encontró con un pequeño animal. El profesor lo tomó del piso, aunque anteriormente lo pisó, este estaba como si nada.

Recién lo tuvo en sus manos, el pequeño alumno de Gryffindor apareció a la distancia buscando al sapo por el suelo. Al alzar la mirada, se fijó que el maestro de pelo negro tenía a su mascota en manos. Se apresuro a ir hasta él.

— ¡Trevor!– Gritó el niño, agarrando al animalito entre sus manos.

El menor miró hacia arriba, viendo a su profesor, el cual, tenía la cara seria de siempre.

—Debe cuidar más a su mascota, señor Longbottom. Tuvo suerte, pudo acabar aplastado por los alumnos.– Dijo, como advertencia.

— Sí profesor...– Respondió Neville, para después irse corriendo a otra dirección.

Snape, fue al lado contrario. Esta vez, empezó a ver más a los alumnos, para fijarse de que todo estuviera bien en la institución.

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Esto transcurrió días después, en clase de pociones, el pequeño Longbottom, estaba haciendo lo pedido en clase, ya que el profesor decidió que realizarán una poción no muy compleja. Pero, claramente, al ser alumnos de primer año, no estaban muy avanzados en ese tema.

Neville estaba siguiendo casi todo a la perfección. Cuando, su compañero de banco, Seamus, se movió a causa de que su caldero empezó a moverse y sacar el intento de poción fuera de este. En ese movimiento, chocó contra el brazo de Longbottom, haciendo que echara más de lo que debía.

Ambos salieron des sus asientos, por el apuro de no tocar la mezcla mal hecha que desprendía el caldero. Neville se asomo a su caldero, y como veía que no tenía ningún efecto que no debía, mezclo. Mientras, el profesor Snape miraba con claro desprecio el desastre que hacían los alumnos por algo tan fácil.

Mientras Neville seguía mezclando, sin ni siquiera sentarse, su compañero intentaba arreglar su desastre. Neville miró su caldero cuando este empezó a tener un color no deseado, ni marcado por las indicaciones. Empezaron a hacer unas burbujas extrañas y se empezaba a elevar, mientras su cuchara se iba deshaciendo.

Neville soltó la cuchara, y se alejo de allí. Todos miraban la escena, hasta el profesor. Y este al ver como la cuchara desaparecía en la mezcla, se acercó apresurado. Agarrando algunas cosas en la mesa del pequeño y hechando estas al caldero y con una cuchara que había agarrado previamente de su escritorio mezclo todo. Rápidamente esa mezcla se volvió algo con mejor pinta. Y solo suspiro, sabiendo que el niño por poco no hace que todo se
evaporice por su poción mal hecha.

—Tire eso y comience de nuevo.– Dijo, volviendo a su escritorio.

Neville y Finnigan hicieron lo que dijo el profesor. Aunque el comentario solo fue para Longbottom, ambos sabían que no había forma de mejorar lo que hicieron.

Ambos empezaron de cero, mientras otros errores sucedían en el aula. Y el profesor solo observaba. Neville lo estaba logrando, o al menos iba devuelta bien. Esta vez, tuvo más cuidado con las proporciones, logrando lo pedido. Y otros simplemente no pudieron.

Al finalizar la clase, y sonar el timbre, todos los estudiantes se pararon para retirarse del salón, pero el profesor dijo fuerte.

— Señor Longbottom, usted quédese.– Mientras se levantaba, agarraba un libro de pociones y una cuchara.

Neville frenó, mientras veía al resto alejarse, y a Charlie viéndolo encogiendo los hombros. Se dio la vuelta, y se volvió a sentar en su lugar.

— Vi que tuviste una pequeña complicacion, que pido ser muy grabe si no interferia. Así que quiero verlo hacer otra poción de mayor grado, para saber que esos errores no se repetirán luego.– Dijo acercándose y poniendo el libro sobre su mesa, y abriendo en una página específica.

El pequeño estudiante de Gryffindor veía la poción a hacer, esta claramente era más avanzada a lo que daban. No era de gran dificultad, pero era de mayor nivel de lo que hacían.

Agarró los ingredientes de una caja bajo la mesa, y siguió paso a paso. Se perdería el receso, y quizás algo de clase, pero sabía que no saldría hasta que terminara.

El profesor vio cada uno de los pasos, recordando levemente la primera vez que hizo esa poción. Y como tuvo que ayudar a su amada Lilly por que casi explota toda la clase.

El menor estuvo algo nervioso, mientras media la cantidad de Bezoar, el cual tenía que moler, cuando ya estaba hecho polvo midió cuanto ponía, y le daba casi exacto, solo un gramo de más. Estaba a nada de ponerlo, cuando el profesor lo detuvo.

— Es más de lo que dice.– Dijo, con cara seria, y apartando la mano del alumno lejos del caldero.

— Solo es un gramo– Respondió, como si fuera una exageración del profesor, pero con voz apenada.

— Un gramo de más puede hacer que todos exploten como palomita.– al decir eso, Neville solo quito y puso hasta que al fin le dio la medida exacta y la hecho al caldero.

Quizás sí fue una exageración. Pero no quería arriesgarse. O quizás era solo para que no se lo tomara a la ligera el hacer pociones. De cualquier forma, empezó a cuidar muchísimo más sus medidas.

El profesor observó en todo momento, al parecer, estaba todo bien. La poción iba bien, y en buen rumbo.

Rápidamente sonó el timbre del fin del receso, y eso hizo que Neville se pusiese nervioso, tratando de apresurarse a terminar. El profesor golpeo la mesa, haciendo que se quedara quieto.

— No te apresures. Hazlo con calma, no quiero que lo que se supone una cura para venenos se haga algo mortal.– Dijo, mirándolo serio. El pequeño se calmó y empezó a hacerlo más lento, pero aún tenso y nervioso.

No mucho después, le dio una última vuelta a la mezcla con la cuchara. Al fin logrando la poción. El profesor observó, y asintió. Agarro un tarro y lleno con la poción este, y lo tapo.

— Llevátelo, quizás te sirva, o no. De cualquier forma no lo quiero.– después de decir eso, vació el caldero. Y con una limpiada rápida y eficaz, se lo entregó al menor.

Neville agarro el frasco y el caldero. Salio de clase, acompañado por Snape, al llegar a su clase, claramente tarde, el profesor le dijo a la señorita McGonagall.

—Perdone por la tardanza, fue mi culpa.– ni siquiera él mismo sabía por qué hacía eso por ese alumno. Se fue de la clase con la cara seria y en alto. Al menos Neville no recibió un regaño por la profesora.

El profesor se retiro, algo enfadado y pensativo por sus acciones con el pequeño niño de Gryffindor. Recordando la única persona que trato bien de esa casa fue esa pelirroja que nunca tuvo.

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C: ¡Hola! Soy "china", devuelta. Perdonen por los errores ortográficos y otros más. Fue un capítulo improvisado, y no soy la mejor escritora entre todas. Hice lo que pude, y eso es lo que cuenta. T-rex estaba ocupada para escribirlo, así que me toco hacerlo yo, ¡espero que les haya gustado el cap! ♡

¡Nos vemos el próximo domingo! Byeee ♡

Palabras: 1145

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