Cicatrices (Bakudeku) 3

26 8 0
                                    

𝑻𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐: 𝑪𝒊𝒄𝒂𝒕𝒓𝒊𝒄𝒆𝒔

Capítulo 3

Katsuki no dijo nada en todo el camino, Izuku por su parte tenía lágrimas en los ojos y se encontraba sollozando, el cenizo odiaba verlo así, pero lo primero tenía que calmarlo y llevarlo a su casa no era una opción, pues su madre estaría ahí, así que tomo una ruta diferente hasta el mirador, donde para su buena suerte no había casi nada de gente en ese momento.

Detuvo el auto lo rodeo para abrirle la puerta a su novio y ayudarlo a bajar, avanzaron hasta una banca y se sentaron, Izuku aun no decía nada y aunque Katsuki queria darle su espacio tenía algo que no lo dejaba en paz.

-Zuzu, tranquilo mi amor, estás conmigo y te prometí que nada te pasaría – susurro mientras lo abrazaba, Izuku por su parte comenzó a llorar con un poco más de fuerza

-No te mereces esto, Kacchan, yo no soy...

Katsuki gruño y lo obligo a verlo a los ojos – Mi amor, el indigno aquí soy yo, pues tu eres luz que brilla por si sola, que otros no lo vean de la misma manera no quiere decir que tu seas menos, no te menos precies, ¿de acuerdo? – pregunto con amor.

El peliverde asintió confiando en su novio.

-Ahora, ¿me puedes explicar a que se refería Keigo cuando dijo "recuerdas que te dije que pasaría si terminabas conmigo"? – preguntó con suavidad

Izuku se tensó estos últimos días han sido tan hermosos que parecen un sueño que se había olvidado de esa amenaza por completo.

-Takami... - susurro e intentaba controlar sus respiración – él siempre decía que si alguna vez lo dejaba, haría de mi vida un infierno, que como yo no valía nada diría cosas horribles sobre mí y que nadie me creería porque él tiene formas de falsificar información, también... - Izuku tembló recordando eso ultimo sus lágrimas salían sin control – Decía que tenía contactos que podían hacerme daño o hacerme desaparecer – sus lágrimas aumentaron y su voz se entrecorto – No sé si era verdad, pero tengo miedo, Kacchan.

Katsuki sintió una oleada de ira, ese bastardo definitivamente había hecho la vida de su Izuku un infierno, posesivo y controlador, pero ya no más él no permitiría que ese bastardo tocara ni un cabello suyo, había puesto su plan en marcha al día siguiente que Izuku llego a su casa y esperaba que el lunes que regresarán tuviera todo listo.

-Escúchame, Zuzu - pidió Katsuki usando una mano para levantar el mentón de Izuku para que lo mirara a los ojos – No voy a permitir que Keigo te haga nada de eso. Él no tiene ningún poder sobre ti, ¿entiendes? Y si intenta algo, voy a estar aquí para protegerte. Nadie va a hacerte daño mientras yo esté contigo.

-Gracias, Kacchan... pero... tengo miedo.

Katsuki lo abrazó con fuerza, deseando poder absorber todo el dolor y miedo de Izuku.

-Es normal tener miedo, mi amor, pero no estás solo, Keigo no tiene idea con quién se está metiendo.

-Confío en ti Kacchan.

-Ese es mi novio – sonrió mientras se inclinaba para besarlo, al inicio fue un beso salado por las lágrimas derramadas, pero poco a poco se volvio dulce y tierno, Izuku como siempre se derretía ante aquel contacto, pero se separó bruscamente cuando comenzó a sentir como el bulto entre sus piernas crecía.

Katsuki al notar que el peliverde se había separado y colocado su mochila en su regazo entendió lo que pasaba – Perdón mi amor, no recordé como reaccionas ante mis besos – se disculpó con una sonrisa traviesa, y luego se inclinó hacia su oído – pero me encanta ver lo que te hago sentir – susurro.

LIBRO DE LETRAS (RECOPILACION DE OS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora