LIBRO DE LETRAS (RECOPILACION DE OS)

Susurros de amor (Bakudeku) 5

𝑻𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐: Susurros de amor

Epilogo

Takeru tenía cinco meses desde que llego a su vida, Izuku los tenía con una mayor protección cuando él tenía que salir, por miedo a que una situación similar a lo que sucedió en el nacimiento de su cachorro se volviera a presentar.

Katsuki estaba de pie en el balcón de la habitación real, se sentía feliz, su pequeño que en ese momento dormía plácidamente en su nido estaba creciendo sano y fuerte, el llevaba un hermoso camisón de seda en tono rojo, acentuaba perfectamente sus curvas.

—Pareces pensativo, mi amor — comentó Izuku abrazándolo con suavidad por la espalda — puedo sentir tu felicidad — agregó dándole un suave beso en una mejilla

Katsuki sonrió sin apartar la vista del jardín que había delante de él

—Extraño la vista al bosque que tenía antes — respondió recargándose en el pecho de su amado — pero no me arrepiento, haber levantado ese muro y cerrado aquel viejo pasadizo fue sensato

—Nadie nunca más se atreverá a ponerles un dedo encima — respondió con seguridad abrazándolo, dejo salir un suave ronroneo.

Katsuki se acurrucó más en los brazos de Izuku, sintiendo la calidez y la seguridad que solo su alfa podía ofrecerle. —Lo sé — murmuró Katsuki, disfrutando del suave ronroneo de su alfa— Y sé que siempre estarás ahí para protegernos.

Disfrutaron el silenció que se formó en ese momento, Izuku amaba esos momentos donde solo eran ellos y nadie más.

—¿te arrepientes? — preguntó Katsuki de repente, tenía esa pregunta rondando su cabeza, pero no se había atrevido a hablar, ahora que había pasado tiempo y las cosas se habían calmado, creyó que era necesario externar su sentir.

Denki Kaminari junto a Mina Ahisido habían sido miembros de la corte en los tiempos en el que Izuku aún era el principe, Mina era una omega que "admiraba" al principe, Katsuki a veces se molestaba por lo coqueta que era con su Alfa, pero siempre confió en Izuku así que realmente no se preocupaba.

Por otro lado, Denki era el guardia real a cargo de la seguridad del futuro omega del rey, era un Alfa que había jurado proteger a Katsuki con su vida, pero con el tiempo, ese juramento se fue desdibujando y comenzó a convertirse en una obsesión, Katsuki cegado por el amor que le profesaba al principe, nunca notó la manera en que lo veía, y mucho menos notaba como sus ojos se oscurecían cuando ellos estaban juntos.

Hasta aquel día en el que una guerra estallo y descubrieron que él estaba con el enemigo, a Izuku en ese tiempo se coronó como el nuevo rey y Katsuki fue nombrado como el prometido del rey, y por la amistad que tuvieron un día decidió expulsarlo, en el caso de Mina ella murió en la batalla que se desató en los límites del reino, cuando intentó asesinar a Katsuki pero su actual guarda lo protegió.

Izuku tomó aire antes de responder, realmente le dolía, pero no se arrepentía de las decisiones que tomó — Nunca me arrepentiré de haberte protegido, Kacchan — respondió con seguridad — Tú y Takeshi son lo más importante para mí, Denki tomó sus propias decisiones, y aunque me duele lo que ocurrió, no podía permitir que su traición quedara impune.

Katsuki asintió sintiéndose más tranquilo a él también le dolía, pero sabía que había sido la mejor decisión que pudo haber tomado aquel día, se giró en sus brazos para ver esos ojos que tanto amaba

—Solo queria asegurarme que tu estuvieras tranquilo con aquella decisión, ese día llegaste muy serio — respondió rodeando con sus brazos el cuello del alfa.

—Perdóname amor, pero no te puedo negar que verlo frente a mí esperando a que se disculpara o se arrepintiera de lo que hizo, solo mostro odio y amenazó con volver, me dolió saber que no queda nada de quien se supone fue mi mejor amigo un día.

Las manos del rey comenzaron a bajar hasta su cintura, creyó conveniente cambiar el tema y poder disfrutar de su omega y su cachorro que seguía durmiendo plácidamente.

—¿Te he dicho que amo tu cintura amor mío? — susurro contra su oído causando una placentera sensación en el omega

—¿Bromeas? — preguntó en un tono más tranquilo, su aroma salió invitando al alfa a tomarlo — No sabía que amabas mi cintura — respondió, aunque su semblante cambio un poco y eso lo percibió su alfa

— Te lo dije, ¿lo recuerdas? — preguntó mirando esos hermosos ojos rojos — No importa si esta estrecha o más ancha, eres hermoso para mí y te amo solo a ti aunque tu cintura me vuelva loco.

El suave aroma de su omega se intensificó en ese momento, envolviendo al peliverde, que cerró los ojos para deleitarse de aquella fragancia que tanto amaba — te amo, Kacchan, eres mi todo— susurro mientras comenzaba a dejar un rastro de suaves besos en su cuello

Katsuki dejo escapar un suave gemido, su cuerpo comenzaba a relajarse en los fuertes brazos de su alfa, — Izu... — susurro con suavidad dejándose llevar por el amor que le profesaba.

Estaban dejándose llevar por la pasión hasta que el un llanto se escuchó sacándolos de su burbuja. La pareja se separó en ese momento y avanzaron al interior de sus aposentos donde el pequeño Takeshi lloraba.

Katsuki lo abrazo con delicadeza y lo acercó a su pecho, para que se alimentara — Parece que alguien tiene hambre — susurro

Izuku sonrió al ver la escena, su corazón se llenaba de amor al verlos así, se acercó y abrazo de lado a su omega mientras observaba al pequeño Takeshi alimentarse.

—se parece tanto a ti mi amor — susurro soltando su aroma para llenarlos y marcarlos

—Es increíble cómo ha crecido en tan poco tiempo — agregó Katsuki disfrutando de la mezcla de aromas a su alrededor — Quisiera que no creciera tan rápido.

—Bueno eso no se puede evitar, pero tendrá una feliz infancia y también tendrá solo lo mejor, crecerá aprendiendo a amar al pueblo y sus obligaciones como futuro rey, pero dejemos eso para otro día — comento Izuku dejando un suave beso en los labios de su omega.

Izuku era un rey justo y amado por su pueblo, pero aquel día había dejado en claro que nadie se metía con su familia y salía impune aun si se trataba de alguien a quien había considerado como un amigo.

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