Oportunidades (Bakudeku)

15 6 0
                                    

Título: Oportunidades
Ship: Bakudeku
AU: Royal/ Reencarnaciones

Este OS está dedicado a , por adivinar en la dinámica de texto sin contexto, espero que haya cumplido tus expectativas.

La tierra era joven, las primeras civilizaciones comenzaban a formarse y grandes reinos se levantaban en las vastas tierras, en uno de esos grandes reinos, al norte nació el primogénito de Ankarath, era conocido como Gogo Katsuki, era conocido por su temperamento explosivo y su gran habilidad como guerrero, nadie se atrevía a desafiarlo pues quien lo hacía no volvía a ver la luz del sol.

Por otro lado, en el reino vecino, vivía el segundo hijo del rey, el principe Uradok, Yamikumo Atakami, el principe parecía alguien frágil en comparación a otros caballeros, pero era fuerte y muy ágil.

Ambos príncipes se conocieron durante la ceremonia que hizo Uradok para dar a conocer al principe heredero, el primer hijo del rey y dar a conocer a su prometida, en esa gran fiesta ambos príncipes se conocieron y una conexión inexplicable de dio entre ambos, pero, su amor era imposible, puesto que el amor entre hombres será mal visto y eso podía desatar la guerra entre ambos reinos, siendo conscientes de eso decidieron mantenerse ocultos, y aceptar sus destinos, pues pronto sería la ceremonia de coronación de Gogo y también la boda con la princesa de otro reino, resignados a que su amor no podía florecer se entregaron en cuerpo y alma.

—Te amo, Yami — susurro con su voz afectada, respiraba con dificultad luego de correrse en el interior de su amado

—Y yo a ti — respondió el joven principe con lagrimas en los ojos — pero nuestro destino es cruel y debemos cumplir con nuestras obligaciones

—Lo sé — respondió — pero quiero que sepas que tú eres y siempre serás el amor de mi vida.

—Te amo Gogo

Esa fue si despedida, pero el destino fue aún más cruel con los jóvenes, el reino de Tylharun le declaro la guerra a ambos reinos, y como defensores de sus pueblos pelearon en la batalla contra su enemigo.

Era una noche que amenazaba con desatar una fuerte tormenta sobre el campo de batalla, Yamikumo peleaba con toda la fuerza que le quedaba, apenas había logrado derrotar a la persona con la que peleaba cuando, notó como un hombre se acercaba al hombre que amaba, así que sin dudarlo protegió a Gogo de un ataque sorpresa.

La espada atravesó el cuerpo de Yamikumo, el color carmín comenzó a bañar su cuerpo y el líquido brotó también de sus labios. Gogo al ver la escena, sintió como su mundo se desmoronaba, con el coraje por ver a su amado herido de muerte tomo su espada y acabo con la vida de quien le quito al amor de su vida, corrió hasta él, observó como la sangre manchaba el suelo, todo a su alrededor se desvaneció, los gritos de la batalla, los fuertes truenos que se comenzaban a escuchar, los choques de las espadas, nada de eso le importaba, solo podía ver a Yami, al amor de su vida mientras este perdía el brillo de la vida.

Los ojos de Yamikumo estaban vidriosos, intentaba mantenerse consciente y como si el cielo hubiera sabido lo que pasaría, la tormenta comenzó a desatarse, como si los cielos mismos lloraran por el trágico destino de los dos príncipes.

—Lo siento... —susurró Yami con voz débil cada momento le costaba respirar más —No podía... no podía permitir que te lastimaran.

—¿Por qué lo hiciste? —Gogo no pudo contener las lágrimas, algo que jamás había mostrado frente a nadie, el guerrero más temido el príncipe de Ankarath, ahora estaba arrodillado con el amor de su vida muriendo entre sus brazos — No debiste... ¡No debiste hacerlo!

—Tenía que hacerlo... —Yami tratando de sonreír, a pesar del dolor que sentía —Siempre... siempre te protegeré, Gogo.

Los ojos de Yamikumo comenzaron a cerrarse lentamente mientras sus fuerzas lo abandonaban. Gogo lo abrazó con fuerza como si eso lo anclara a la vida y se quedara con él, pero era inútil, pues su herida era mortal.

—No te vayas... por favor... no me dejes solo —suplicó mientras las lágrimas se mezclaban con el agua de la tormenta — No ahora... no así.

—No estaré lejos... —susurró Yami con mucha dificultad — Siempre estaré contigo, y tal vez en nuestra próxima vida, podamos estar juntos.

Un último suspiro escapó de los labios del principe Yamikumo y su cuerpo se quedó inmóvil en los brazos de Gogo. El príncipe de Ankarath lanzó un grito desgarrador que resonó por todo el campo de batalla. Con desesperación Gogo abrazó el cuerpo inerte de su verdadero amor, rogando a los dioses por una segunda oportunidad con él.

.☆.。.:・゜☆゜・:.。.☆..☆.。.:・゜☆゜・:.。.☆.

Siglos después...

El mundo había cambiado, estaba lleno de enormes rascacielos, tecnología muy avanzada y la sociedad moderna, las monarquías habían desaparecido en algunas regiones, en un departamento de Tokio un joven universitario, se despertó nuevamente de golpe, su respiración era errática y sentía su corazón dolido, era ese sentimiento de perdida lo que lo atormentaba, en sus sueños solo estaba esa pelea donde él perdió al amor de su vida, aunque no recodaba todos los detalles de ese sueño sabia perfectamente que ese día había perdido a alguien importante aun y cuando fuera solo eso un sueño.

Mientras tanto, en otra parte de la ciudad, una hermosa joven de rizados cabellos de color verde oscuro, hermosos ojos verdes y pecas comenzaba su día, ella a veces despertaba con esa sensación de que perdió algo muy importante, pero sin saber que era, durante varios días a la semana soñaba con un principe rubio de ojos rojos, pero no sabía quién era.

El cruel destino que una vez los separó hace tantos siglos estaba a punto de reunirlos esta vez, dándoles la oportunidad de su pasado.

Katsuki se subía como siempre en el segundo tres, le gustaba ser puntual en sus clases así que tomaba el tiempo suficiente para llegar, a la distancia vio como una joven de risada cabellera verde corría desesperada por alcanzar el tren en el que él iba, observó como la chica lograba colarse justo antes de que las puertas se cerraran por completo, la joven jadeaba intentando recuperar el aliento, Katsuki no pudo evitar sentirse atraído por ella, eso era algo extraño pues nunca había sentido algo similar, el tren iba un poco lleno y ya no había asientos disponibles para sentarse, así que se sostuvo de una barandilla.

Katsuki desvió la mirada, intentando ignorar la oleada de emociones que lo embargaba, pero no pudo evitar seguir observándola de reojo. ¿Quién era ella? ¿Y por qué su sola presencia lo hacía sentir así? Sentía como si un hilo invisible los uniera, algo tan antiguo

De repente, una sacudida en los rieles hizo que Izuku se tambaleara en su lugar, y sin poder evitarlo, tropezó hacia adelante. Katsuki no supo porque su cuerpo se movió y la sostuvo del brazo antes de que se golpeara en el suelo.

—Ten cuidado —gruñó Katsuki, tratando de sonar indiferente pero su corazón latía desbocado.

La joven levantó su vista y justo cuando sus miradas se cruzaron, una serie de imágenes se cruzaron en sus mentes, un campo de batalla bajo la amenaza de una tormenta que se avecinaba, un principe sosteniendo a un joven en sus brazos, y unas palabras que dolían como si quemara el decirlas por el dolor que sentía "Te amo, Yami".

—Lo siento... —murmuró Izuku, apartando la mirada con el rostro ligeramente sonrojado — Gracias por... eso.

—No fue nada —contestó Katsuki, intentando sonar desinteresado, pero algo en su interior les pedía a gritos que no la soltara, que estuviera siempre con ella —¿Te conozco...? —preguntó dudoso

—No lo creo... pero siento que... sí. —respondió ella, temerosa de que el joven frente a ella la tomara como una loca.

Por un instante, ambos permanecieron en silencio, mirándose el uno al otro, mientras el tren seguía su curso y las puertas se cerraban nuevamente, pero esta vez, ninguno de los dos lo notó. Algo en sus corazones les decía que no era una simple coincidencia.

—Soy Katsuki Bakugo —se presentó intentando romper la tensión —Y tú... tú me recuerdas a alguien.

—Izuku Midoriya —respondió ella con una tímida sonrisa, aunque por extraño que parecía sus ojos se llenaron de lágrimas y su corazón, aunque latía con fuerza se sentía feliz de poder ver esos hermosos ojos carmesí frente a ella—. Creo que... yo también.

Ambos sentían que, aunque no pudieran explicarlo, ese momento tenía un peso especial. Algo mucho más grande que ellos los había unido una vez... y ahora, el destino les daba una nueva oportunidad.

—¿Te... te pasa algo? —preguntó Katsuki, preocupado por verla llorar

Izuku por su parte solo derramaba más lágrimas, pero una brillante sonrisa apareció en sus labios — No, solo estoy muy feliz por encontrarte, aunque no se bien por qué.

Ahora después de siglos podían continuar su historia de amor, aunque sus vidas pasadas no fueran más que recuerdos borrosos en sus mentes, ese fue su primer encuentro de una hermosa vida juntos.

LIBRO DE LETRAS (RECOPILACION DE OS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora